Anorexic Love

Clase de química

Doce años después.

Para Jasson Arthur, fue un desafío superar la muerte de su hermana.  Aunque, actualmente recordaba poco de ella, por el hecho de que él tenía apenas seis años vividos.  Su memoria guardaba imágenes borrosas de ella, lo cual era frustrante. Recordaba que el único lugar donde la veía frecuentemente era el baño. Suspiro pesadamente mientras volvía a recordar cuantas píldoras encontraba en la habitación de ella.

₪Flashback₪

Hermana, ¿para qué sirve esto? – preguntó el pequeño castaño, apuntando hacia aquella caja de píldoras  –

Son para verme más hermosa – respondió la castaña de ojos verdes –

Entonces, ¿yo también me puedo ver más guapo? – pregunto coquetamente el pequeño –

La castaña rió suavemente. Si su hermanito supiera, pensó. Entonces, la castaña alzó a su hermano y seguidamente lo sentó sobre su regazo. Le dedicó una sonrisa y él se la devolvió.

Pero Jasson, tú ya eres muy guapo – respondió ella –

Y tú ya eres hermosa, sin embargo quieres serlo más. No entiendo, hermanita – gesticuló con los labios el pequeño de ojos verdes también –

Cuando seas un poco más mayor, cariño, comprenderás – respondió ella, guiñándole un ojo – 

₪Fin del flashback₪

Cerró los ojos un momento. Ahora, lo comprendía todo. Solo quería ser más delgada, pero ahora lo estaba demasiado. Un esqueleto, comento para él mismo. Rió, sonoramente, ante su ironía. Y entonces, se dio cuenta que estaba en clases. Miro hacia adelante. Todos lo miraran extrañamente. Se regañó mentalmente, esto no le ayudaba con esa materia. Aparte, aquel maestro lo odiaba, según él.

Joven Arthur, veo que el tema sobre ‘’El cáncer’’, le causa risa – dijo el maestro –

Se maldijo de nuevo. Perfecto tema para reírse, pensó.

No, maestro. Solo que recordé algo gracioso – habló desde su asiento –

Como veo que tiene la mente recordando cosas graciosas, le doy permiso para recordarlas afuera de mi clase – dijo el maestro, apuntando la puerta del salón –

Jasson, no habló más y bajó la cabeza. Se quedó inmóvil en su asiento. ‘’Bien’’, escuchó que pronunció el maestro. Levantó la vista y vio que toda la clase siguió transcurriendo normalmente. Siguió hundido en sus pensamientos, hasta que escuchó la perrilla de la puerta del salón girar. Vio como todos sus compañeros dirigían la vista hacia la persona que estaba en la puerta. Chismosos, pensó.  Frunció el ceño, odiaba ser como los demás. ¿Por qué no?, se dijo a sí mismo. Dirigió su vista hacia la puerta, como todos.

Llega tarde, señorita Monroe – espetó el maestro desde su escritorio –

Lo siento – susurró apenada – Enfermería – pronuncio la pelirroja, levantando un frasco de píldoras  que sostenía en su mano derecha –

El maestro, asintió con la cabeza y levanto la mano hacia los estudiantes, dando a entender que prosiga y buscara asiento. Jasson, tembló. El único asiento que estaba disponible, era el de al lado suyo. Se reprochó hacia él mismo, por haber tomado esos cursos escolares extras. Era consciente que no entendía tan bien química, pero sus padres insistieron tanto, que al final cedió.  Ahora, tenía que lidiar con su compañera. No lo decía por intolerancia, solo que ya no quiere tener algún lazo alguno con una mujer. Y tenía sus motivos.

-          Todas se acomplejaban, por otras chicas.

-          Cuando le decían que se veía hermosa, no entendían.

-          Eran tan complicadas por su físico.

-          Tenían una pequeña debilidad por ser perfectas.

Monroe, buscó con su mirada un asiento libre. Lo encontró y sonrió para ella misma. Tenía como propósito, ser la más destacada de aquel curso extra. Adoraba tomar cursos extras. Al menos, eso quería pensar ella. Ocupar todo su tiempo posible, era su objetivo. Trató de caminar desapercibidamente por todo el salón. Tomó lugar en el asiento libre y se dedicó exclusivamente a atender lo que el maestro explicaba.

Jasson Arthur – habló o se presentó el joven a aquella chica –