Así que no entendí por qué seguía pensando que tú estabas conmigo –Rió– Probablemente pensó que era un amigo celoso que contestó tu teléfono…
Asentí, estábamos de retorno a mi casa, hablando sobre la travesura. Lo recordaba como si hubiera sido hace tanto tiempo.
¿Te encuentras bien? –Preguntó y volví a asentir– Normalmente haces comentarios sarcásticos, sobre todo en esta situación. Una vez más… ¿Por qué le diste mi número a ese chico?
–Fruncí los hombros– Eso ya es historia, Jasson.
–Elevó una de sus pobladas cejas– ¿Y cuál es la nueva?
No comenté con él sobre la cita con Matthew, ni siquiera sabía si era una cita. Ir a comer por ahí… Sentía que no lo era, y sentía que no debía contárselo a Jasson. No lo consideraba tan importante, no era mi meta tener chicos flirteando conmigo, ¿o sí?
No importa –Comentó– ¿Vamos por algo? –Dijo ladeando su cabeza a un puesto de comida rápida–
¿Qué tienen todos con la comida? –Pregunté frunciendo el ceño–
Cerré mis puños, pareciera que entre más intentabas evitar la comida, más estaban lanzándote a ella.
¡Ajá! –Saltó y se puso delante mío–
Me sobresalté y lo empujé por el pecho, riendo con él.
Idiota, casi me has matado del susto –
¿Te he asustado mucho? –
–Negué– Ni que fueras cinco llamadas perdidas de mi madre…
–Rió– Has hablado, dime… –Rogó–
–Asentí– No sé si es importante…
La sonrisa de Jasson se amplió, como si hubiera estado esperando esto. Me pregunté si ya lo sabía, el cotilleo recorría demasiado rápido la escuela. Luego pensé; Matthew Beats es el tercero en flirtear conmigo. ¿Era porque ya estaba más delgada, como lo decía Jasson? ¿Me sentía más atractiva acaso? Aún no me sentía delgada, seguía sintiendo la pesadez en mí y, ciertamente, no tenía ganas de volver a mi antigua rutina alimenticia. Solo sentiría culpa por no ser capaz de continuar. De resistir… En el otro caso: no. No me sentía más atractiva, no me sentía ser la persona capaz de opacar a demás chicas con su belleza. No.
Sam ya me lo contó –Rió inocentemente–
Apreté mis puños, esto ya era demasiado. Esto era invasión personal, y Jasson lo tomaba a la ligera. Supongo que eso no era lo único que me molestaba, le había contado que yo tenía una… ¿cita? Con Matt. Yo no quería que él o supiera, no lo quería. Por ninguna razón… tal vez porque pensé que lo lastimaría. Estúpida.
No puedo creer que vayas a tener una cita –
¿Por qué? –Me alejé de él– ¿Piensas que no puedo tener una cita?
–Agrandó los ojos– No… Amy…
¿Piensas que no soy lo suficientemente atractiva para tener una cita? –Chillé a la defensiva–
Jasson miró sus manos, sus mejillas y cuello se tornó rojizo.
¿Es porque soy gorda? –Las lágrimas empezaron a bordear–
Me abracé a mí misma y lo sentí. La grasa corporal sobresaliendo bajo mis axilas, en los brazos e incluso en las costillas. Miré mis piernas, voluminosas por los pantalones que vestía. Seguía ahí. La estúpida grasa todavía habitaba en mi cuerpo. El estómago dolió. Tengo hambre, pienso. Si cierro los ojos puedo verme totalmente dañada por dentro (estoy segura de eso), me duele todo y es como si a cada bocado y la necesaria expulsión, fuera algo natural en mí misma. Me estoy reduciendo a nada, salvo mi exterior, que crece junto al resto. ¿Por qué me siento débil interiormente, si por fuera soy grande? Estúpida comida, ¿Quién la necesita?
Tengo miedo... No tengo miedo… Porque me siento bien cada vez que ignoro la comida, cada vez que siento la satisfacción de no haber ingerido grasa. Duele... pero, no duele. Crezco y no crezco, y empiezo con los dedos en la boca porque soy incapaz de asimilar sola la nueva situación. La nueva situación, comer porque ya no lo rechazo y luego vomitar porque ya no lo resisto. Me duele... me lo merezco, porque de repente todo es obsesión, obsesión, murallas e incapacidad para hacer nada...Busco excusas, la vida, en sí, es mi excusa... la excusa para llegar a mis metas... no entiendo nada. Repentinamente no sé cómo nació todo esto dentro de mí. Pero ya no me preocupo por buscar en el pasado.
El amor, el amor me hace daño. Jasson, él. Lo es todo. Lo es todo en mi vida y es lo único que me quita esta necesidad de sentirme perfecta, por eso él me hace mal. Tengo que alejarlo porque él me está alejando de mi meta, de mi obsesión. De mi propósito en la vida, social, de ser aceptada.
No es sólo el estar delgada, sino el no aceptarse, ni quererse, y atentar contra tu propia vida, e incluso contra la de los demás. Porque ahora me preocupo por él, porque yo lo estoy volviendo a traer al agujero repetitivo y obsesivo. El ciclo que representa esto.
Correr, es lo único que me queda.
Cierro la puerta detrás de mí, la casa está vacía pero yo me siento llena. Dejo mi mochila en el dormitorio y volteo el rostro, entonces lo veo. El WC, el que desaparece mis errores con agua. Lo que yo no puedo hacer, pienso. Toco el estómago, me siento llena. Entonces, ahí parada en medio de la habitación, las arcadas empiezan por sí sola. Intento inhalar y exhalar, pero pareciera que solo empeora la situación. Camino hasta el baño con cuidado porque siento que puedo caer de rodillas en cualquier momento. Luego, caigo. Caigo frente al WC, las arcadas siguen pero nada viene. Veo los dedos sobre el alrededor del inodoro, no tienen oficio alguno. Entonces yo les doy uno, el dedo inicial junto con otro, ambos, entran a mi boca. Escupo, toso y duele. Las arcadas retumban la habitación, pero sigo sintiéndome llena. Cuando respiro de golpe, como si hubiera salido a la superficie de una piscina por aire, me siento completa. Me siento liviana al sentarme sobre la tapa del WC. La cabeza palpita, al igual que la garganta. Cojo un vaso de agua y lo tomo, me llena, pero sé que no me hará daño. Siento como recorre mi garganta caliente por las arcadas. Camino hasta mi cama y me siento sobre ella, con la puerta abierta frente al baño, por si acaso. Miro a mi cómplice, y le agradezco por deshacerse de lo que yo no puedo. De la tentación de comer, porque sé que he comido inconscientemente, y luego, me he arrepentido. Camino de nuevo al WC, más calmada. Sin lágrimas. Cojo una esponja y limpio las gotas del desecho que botó mi cuerpo voluntariamente. Me siento en el frio suelo y miro el techo, blanco, color neutral aceptado por todos. ¿Por qué yo no puedo ser aceptada por todos? Porque soy gorda, pienso. Porque no soy lo suficientemente delgada para gustarle a Jasson. Porque no tengo la aprobación de alguien. Porque no le gusto a alguien. Porque no soy como ella. Porque yo no le gusto a él…
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Anorexic Love
Novela Juvenil''El pasado siempre volverá'' dijo él apenado. ''Tú lo has dicho'' respondí, ''Tu pasado, no el mío'' Él me miró, sus ojos nerviosos por las palabras que saldrían de mi boca. Busqué palabras no hirientes en éste cerebro de poca eficacia, rayos. ''Ah...