Los problemas de Amy Monroe

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No, mamá –Le digo con el ceño fruncido– Eso ya es parte del pasado…

Parte de Hannah –Dice melancólica–

Basta, mamá –Le digo riendo, pero ella no ríe–

La próxima semana es su cumpleaños –Dice sonriendo– Aun me pregunto… ¿Qué hubiese elegido? ¿Arquitectura o Artes?

A ella nunca le gustó arquitectura, mamá –Digo riendo– Tú querías que ella estudie eso… Era tu sueño frustrado –

Basta… –Dice ella ahora, riendo– Ella era muy buena en Artes, en la escuela…

Lo era –Digo y se le borra la sonrisa del rostro, me golpeo el rostro mentalmente– Eh, no quería decir eso… Yo…

Tranquilo, hijo –Dice negando con la cabeza– Ya es parte del pasado, ¿no?

Suspiro y me apoyo en el marco de mi puerta, mis propias palabras me golpean. Mi madre me sonríe, o al menos eso intenta, y se va caminando por el pasillo.

"El antiguo Jasson" –Me digo riendo– Ese si tenía los cojones para ser un dolor más de cabeza en la vida de esta mujer –Digo y entro a mi habitación de nuevo–

Me siento sobre la silla que forma parte de mi escritorio y saco los libros y cuadernos de las materias que me tocan los próximos días, necesito ver si tengo tareas atrasadas. No es que sea un nerd, sino que como lo dije antes, no quiero ser el antiguo Jasson, de nuevo. El teléfono de mi bolsillo suena, lo saco y deslizo el dedo por la pantalla para contestar…

¿Quién? –

Hola –Dice Edward, riendo– Como siempre saludando, ¿no?

Al carajo –Digo–  ¿Qué quieres? Estoy a punto de empezar los deberes…

¿Hay tarea para esta semana? –Dice preocupado–

Para ti, en todo el año no hubo tarea –Digo lanzando una fuerte carcajada–

Cierto… –Dice pensativo– ¿Para qué necesito la escuela si voy a ser un famoso actor porno?

Dios… –Digo riendo– Cabrón –Logro, apenas, vocalizar con la risa que me invade–

Da igual… –Dice– Hay fiesta hoy…

¿Me estas invitando o qué? –

Tómalo como quieras –Dice Edward– Te envío la dirección por mensaje enseguida –Dice y da por finalizada la llamada–

 Cuando veo de nuevo la pantalla de mi celular, veo una llamada perdida. Frunzo el ceño, pues no reconozco el número así que le devuelvo la llamada…

¿Quién? –

¿Eh? –Me responden– Oh, sí. Habla la psicóloga Colleman…

Buenas tardes… –Respondo un poco desconcertado–

¿Fuiste a la casa de la señorita Monroe? –

¿Quién? –Preguntó y recuerdo– Ah, sí.

¿Y? –

Señora Colleman, ¿Por qué le interesa tanto ella? –

Jasson, ella… –Dice y luego la oigo suspirar– Está pasando por lo mismo que Hannah… –Dice y siento mi estómago caer a lo más profundo de mi ser–

¿Y? –La imito–

Verás, Jasson… Tú ya tienes experiencia en esto y… –La interrumpo–

Y, ya tengo suficiente con este tema –Digo con el ceño fruncido, aunque sé que ella no me puede ver–

Jasson… –Dice cansadamente–

No –Me enfurezco– No volveré a esto antes –Digo y finalizo la llamada–

Sé que he sido maleducado con ella, pero es desubicado de su parte. Apenas superé aquel tema ¿y quiere que vuelva a adentrarme en ella? Me quedo pensando… Amy está pasando por lo mismo…

"Está pasando por lo mismo que Hannah…", recuerdo.

Amy tiene anorexia –Digo en voz baja–

¿Dónde está mamá? –Le digo a Nail, mi cocinera–

Ella tuvo que viajar –Dice y pone un plato de comida en frente mío–

Ya comí en la escuela –Le digo sonriendo con pena–

Más para Ruffy –Dice y pone el plato en el suelo–

Seguidamente mi perro aparece y llena su paladar con aquella comida con delicioso aroma, mi estómago gruñe y miro hacia otro lado…

¿Cuándo volverá? –

No me dijo mucho –Dice–

¿Su número estará habilitado? –Le pregunto–

Niega con la cabeza y termina de guardar el último plato en la alacena, me sonríe y seguidamente camina hacia la puerta de la casa, lo último que escucho de parte de ella es la puerta cerrarse.

Despierta... –Dice él–

Siento unas manitos frías tocándome el rostro, sonrío débilmente, seguidamente abro los ojos y me encuentro con el único que logra iluminar mi día…

Dylan, déjame dormir –Digo y miro el reloj de mesa– Son las siete de la mañana… y es sábado

¿Dónde está mamá? –Pregunta–

Está de viaje –Le respondo mientras estiro mi cuerpo–

¿O sea que puedo comer muchos dulces? –Dice entusiasmado–

Cuando seas grande serás un gordo y nadie te va a querer… –Le digo riendo y le aprieto los cachetes–

Seré el gordo más guapo que hayas visto –Dice y me saca la lengua– Además, es mejor tocar algo que no tocar nada –Dice y abro los ojos como platos–

¿A qué te refieres? –

Ya sabes… –Dice y me guiña el ojo–

A tu edad, no tenía idea de eso –Digo ruborizada–

Solo eres tres años mayor que yo… –Dice frunciendo el ceño–

Pero pareces de cinco años, enano –Digo y revuelvo su cabello–

Déjame –Gruñe y se aleja– Creceré y seré más alto que tú –Dice– Y te pisaré…

Qué miedo –Digo y rio–

Ya verás –Dice y se retira de mi habitación–

Niñito con demasiada autoestima –Me digo para mí misma– Mamá tiene la culpa de esto…

Anorexic LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora