El miedo me consume…¿Qué hago? ¿Por qué lo hice?, me reprendo mentalmente mientras sigo viendo la envoltura ya vacía en mis manos…
Me arrepiento y siento el dulce aún en mi garganta, automáticamente las náuseas vuelven, lágrimas caen por mi rostro.
De pie en la cocina, Amy empieza a hacer arcadas y expulsa aquel dulce en el lavamanos, toma un vaso de agua ya utilizado que se encuentra al lado suyo y lo rellena de agua tibia. Seguidamente aquel liquido pasa por su garganta y logra calmarla por unos segundos… Pero solo son esos, unos segundos. Vuelve a las arcadas en el lavamanos y la garganta empieza a dolerle.
Tocan la puerta de mi habitación, mis pestañas me permiten ver alrededor mío. Estoy en el suelo en posición fetal, miró alrededor mío e inconscientemente mi garganta duele al ver. Sigo en la cocina, no en mi habitación, y no recuerdo nada de anoche… sigo escuchando que llaman a la puerta de mi casa y frunzo el ceño, pues no entiendo quién molesta a esta hora de la mañana… Miro el reloj colgado en la pared, adiós escuela, ya son las nueve de la mañana.
¿Y ahora qué hago?, me preguntó por el miedo que mi madre me haga comer… y entonces lo noto…
¿Y mi madre? Si ella hubiera llegado a casa… me hubiera visto y se hubiera preocupado, no dejada tirada en el suelo, ¿cierto?
Una vez más los golpes en la puerta interrumpen mis pensamientos y entonces enfurezco, ¿Quién carajo será? Perezosamente me levanto del suelo y arrastro mis pies hacia la puerta…
-¿Quién interrumpe a esta hora de la…? – Me estremezco… ¿Qué carajos hace él aquí?
Eh, Amy. La psicóloga me mandó a ver si seguías viva – Ríe, pero al ver que no me causa gracia, se pones serio –
¿Quién te dio mi dirección? –
La escuela – Dice con el ceño fruncido - ¿Por qué la pregunta?
Ellos no pueden darle mi dirección a un extraño –
La psicóloga en serio estaba preocupada por ti – Dice incomodo –
Muy bien – Digo – Pues dile a esa tipa que no es mi madre – Digo y le cierro la puerta en la cara –
Me apoyo a la puerta de espaldas y escuchó un motor encenderse, miro por la ventana y observo a Jasson en una moto, seguidamente desaparece de mi vista. Exhalo, no sabía que estaba conteniendo el aire, miró mi hogar vacío. Esto no es un hogar, está demasiado solitario para ser un hogar…
Mamá – Susurro –
Soy estúpido, me digo mentalmente.
"Eh, Amy. La psicóloga me mandó a ver si seguías viva" – Me imito en voz alta – Ni modo que esté muerta, carajo – Grito –
Mis manos se dirigen a mi pelo y seguidamente lo jalo, ¿Por qué fui voluntario para ir a su casa? Tal vez me dieron algo en la cafetería para comportarme así por una chica. Sí, estoy seguro de eso. Me dieron droga, éxtasis, lo que sea que me haya descompuesto…
"El éxtasis es una droga, estúpido" – Dice mi subconsciente –
Antes que me arranque, literalmente, la conciencia del cerebro, la puerta de mi habitación suena. Bufo y me dirijo a ella, la abro y observo a mi madre con ojos preocupados…
Estoy volviendo a hablar solo, mamá – Le digo riendo –
Eso no es normal – Me dice ella seria –
Un momento… ¿Mi madre me acaba de decir que no soy normal?
¿Qué haces acá tan temprano, hijo? – Me interrumpe ella –
Eh, me han sacado de clases – Le digo –
¿Otra vez está volviendo el antiguo Jasson? – Pregunta ella preocupada –
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Anorexic Love
Dla nastolatków''El pasado siempre volverá'' dijo él apenado. ''Tú lo has dicho'' respondí, ''Tu pasado, no el mío'' Él me miró, sus ojos nerviosos por las palabras que saldrían de mi boca. Busqué palabras no hirientes en éste cerebro de poca eficacia, rayos. ''Ah...