''¿Qué es morir realmente?''

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Arrugué el papel en mis manos, esto no podía estar pasándome. Imaginé varias ocasiones en la cual las personas se enteraban de esto. La primera vez pensé que la antigua enfermera lo haría público en mi clase, ya saben, para que tengan cuidado con mi autoestima y todo eso. La segunda vez creí que Jasson lo haría. No me culpen, en ese tiempo no conocía demasiado bien a Arthur, para mí era el chico que me acosaba con el café en las mañanas. Esto era diferente, habían repartido varios volantines con mi ex-Reporte de Observación Psicológica. Técnicamente esto se haría público hace años, por la enfermera esa, pero dijo que si aprendía de esta sería porque me lo merecía y no porque me obligaban, mientras anulaba aquel reporte.

¿Quién repartió esto? –Preguntó Jasson, su voz temblaba–

–Miré a Samantha– No lo sé... –Respondió–

¿No lo sabes? –Encarné una ceja– ¿Y cómo llegó esto a tus manos, Samantha?

Lo recogí del piso –Respondió de inmediato, frunció sus hombros–

Resbalosa, pensé. Me retorcí internamente, quería decírselo en voz alta pero Jasson estaba presente y no quería que pensara mal de mí. Por alguna extraña razón... No quería eso.

–Miré a Samantha, estaba sonriendo– ¡Borra esa estúpida sonrisa de tu cara, maldita!

Grité y avancé hacia ella. Intenté darle un manotazo, jalarle el pelo, lo que sea. Quería que ella sufriera, que dejara de sonreír de una manera tan malvada. Jasson me detuvo, sus brazos rodearon mi estómago y me apartó lejos de ella. El muy hijo de...

¡Sé que tú lo hiciste! –Grité de nuevo intentando liberarme de Jasson– ¡Suéltame! –Exigí– ¡Ella lo hizo! ¡Fue Samantha!

Cruzamos al frente de la vereda, aunque Jasson cruzó y me arrastró con él. Desde el otro lado, Samantha entró a la escuela con el volante en la mano. Me palpitaba la cabeza, jadeaba por el dolor de su brazo en mi estómago, mi garganta ardía por los gritos. La mañana empezó mal sin café, sin privacidad y sin la menor compresión de Jasson.

Ella lo hizo –Afirmé una vez más–

¡Basta! –Dijo y me cargó a su hombro–

–Gemí del dolor– ¡Bájame! ¡Voy a sacarle el tinte a esa rubia oxigenada! –Empezaba a alejarme de la escuela a toda vista–

–Escuché como suspiraba frustrado– ¡Estás cometiendo un gran ridículo!

¿Lo dice el chico quien carga a la chica como un total acosador? –No pude evitar el sarcasmo en mi voz–

Lo dice el chico que carga a la chica con problemas... –Susurró–

Miré mis manos, intentaba convencerme a mí misma de no llorar, sin embargo pareciera que solo aumentaba las ganas. Un dolor en mi pecho desencadenó una oleada de lágrimas. Sollocé y entonces Jasson dejó de caminar. ¿Por qué él me veía así? Es como si me hubiera dicho que no tenía otra opción, que se sentía culpable al verme con mis "problemas". Él lo veía así, y por alguna extraña razón, que no quería admitir, me dolía. Dolía que pensara que yo tenía problemas. Dolía que pensara que necesitaba ayudarme por el hecho de sentirse bien consigo mismo, por el hecho de lograr lo que no pudo en Hannah. Sé que suena estúpido lo que voy a decirles, pero la odiaba. Odiaba el hecho que él siempre me relacionaba con ella, como si fuera un recuerdo que necesitaba volver a vivir. Respiré profundo en cuanto Jasson me bajó de su hombro, limpió unas lágrimas, pero era en vano, nuevas volvían a reemplazarlas. Tenía a un Jasson aturdido en frente mío, ya no era como el chico que tuvo problemas con las mujeres.

¿Sabes? –Dije y él tragó saliva, asustado– Pensé que tratabas de decirme que eras gay...

Jasson frunció su ceño, pero lo asustadizo no se iba de sus ojos.

Cuando me confesaste que no querías tener ninguna relación con mujeres... –Expliqué– Fue una de las tantas mañanas que me trajiste café...

Jasson separó levemente sus labios para responderme, frunció su ceño más y pareciera que tartamudeaba sin decir alguna palabra. Reí.

¿No estás enfadada conmigo? –Dijo, al fin–

–Negué– Me has lastimado, pero quitando la mierda que pensé... –Lo miré y sonreí– Tienes razón... ¿Para qué negarlo si la escuela entera lo sabe de todas formas?

–Noté que se rascaba la nuca nerviosamente– Estamos terminando el semestre, todavía podemos cambiarnos de escuela, si eso quier...

Espera –Interrumpí– ¿Podemos?

¿Podemos? –Repitió con los ojos bien abiertos–

Estaba claro. No entendía ni un carajo lo que Arthur quería de mí. ¿Tal vez si me acostaba con él, me dejará en paz? Lo pensé varias veces, eso siempre funcionaba en las películas o en la vida real, pero... ¿Realmente quería que me dejará? Aunque en circunstancias normales, no había ningún lazo que nos uniera. Solo esto. ¿Y, qué era esto? Un experimento, para que dejara a su hermana descansar en paz, basado en mis problemas alimenticios.

Estaré en una línea fina entre la vida, la autoestima y la muerte. Y por primera vez en mi vida, me pregunté: ¿Qué es morir realmente?

Anorexic LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora