Una historia donde la espera y distancia consigue romper el alma de los protagonistas, las ilusiones y aquellos sentimientos que creyeron eternos.
Taehyung se cansó de esperar, aunque inconscientemente lo siga haciendo con el pasar de los años.
Jun...
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Agosto, 2019
Jungkook permanece acostado contra el parabrisas de la camioneta de su padre, observando lo hermosas que las estrellas se distinguen desde aquel lugar que con Taehyung siempre visita. Sin embargo, ni toda la belleza del cielo nocturno lo puede distraer de aquel castaño que en ese momento posee un puchero en sus labios.
Un suspiro largo abandona su garganta, sus dedos presionan la tela sobrante de su suéter oscuro, dándole la valentía para continuar con la conversación que han dejado pasar por los último minutos... Esa que había callado desde hace días, por lo que puede significar para ambos.
Se sienta al costado del mayor, descubriendo que está abrazando sus rodillas con fuerza. Se ve tan triste.
—¿Crees que los extraterrestres existan?—indaga de repente Taehyung, no permitiendo que diga cualquier cosa—. Dime, ¿Realmente crees que existan?
—Umm... Supongo que sí—responde suave.
Su mano izquierda se desliza por lo largo de la espalda contraria, consiguiendo que se arquee un poco bajo su caricia, y clave seguidamente sus ojos cristalizados en los propios. El corazón de Jungkook se rompe al ver el miedo reflejarse tan claramente en sus facciones, casi, como si fuera la mas fina capa de cristal.
—Quiero un extraterrestre de regalo de cumpleaños—farfulla.
—¿Por qué cambia el tema así de repente? Sé que puede ser demasiado lo que le acabo de contar, pero...-
—Pero son cinco años, Jungkook. Cinco—recalca, dejando temblar las esquinas de sus labios. No sabe cómo hacer para que su pecho deje de doler—. Es demasiado tiempo el que estarás lejos de mi... Yo no sabría... Yo...—sus lágrimas ceden.
Taehyung lo único que puede hacer es ocultar su rostro entre sus rodillas para poder callar los pequeños jadeos que lo hacen sentir tan tonto. Él no llora, él es una persona fuerte que se planteó desde siempre el no verse débil jamás. Pero entonces solo hace falta que Jungkook diga cualquier cosa para hacerlo romper en llanto como un niño sin su mamá.
Tan tonto.
—Yo lo vendré a ver cada vez que pueda—promete, envolviendo el cuerpo del mayor entre sus brazos con desesperación. No le gusta verlo así—. No quiero verlo llorar por algo como esto, por favor. No me haga sentir mal por desear con todo mi corazón algo que lo está lastimando... Y-YoonGi Hyung me está ayudando porque yo se lo pedí. Por favor, confíe en nuestro amor. Prometo que luego de esto... Usted y yo estaremos juntos. Lo juro...
—¿Lo j-juras?—rompe el abrazo un poco, al intentar observar los propios ojos negros de Jungkook que se van humedeciendo por su causa. ¿Él dice la verdad, cierto?—. ¿Por todos los extraterrestres del universo? ¿Lo juras por ellos?
Una risita tonta abandona los labios de Jungkook, para después asentir con total confianza.
—Lo juro por todos los extraterrestres del universo, Hyung. Yo regresaré y seremos felices; porque todo lo que quiero se llama Kim Taehyung.
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