Una historia donde la espera y distancia consigue romper el alma de los protagonistas, las ilusiones y aquellos sentimientos que creyeron eternos.
Taehyung se cansó de esperar, aunque inconscientemente lo siga haciendo con el pasar de los años.
Jun...
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Octubre, 2019
Jungkook observa en silencio las gotas golpear el vidrio de la amplia ventana de su habitación, mientras la respiración inestable por parte de Taehyung le hace comprender que todavía está llorando en silencio sobre la cama, intentando no llamar demasiado su atención.
Justo este día le informaron que ha sido aceptado en esa universidad en Inglaterra, y falta tan poco para que el momento de su partida llegue.
Solo trece.
En trece semanas estará tomando un vuelo lejos de la persona que ama, lejos del chico que le prometió el mundo, las estrellas y los planetas que aún no han sido descubiertos. El chico que con solo una mirada y una sonrisa lo hizo sentir la persona más feliz del mundo.
Aquel día que conoció a Taehyung, no esperaba nada de la vida. A sus escasos 16 años, sus padres habían firmado el divorcio y su custodia se había quedado completamente con su padre, debido a que su madre poseía fuerte problemas con el alcohol.
Debido a ellos, él no creía en el amor.
Pero ese día que sus ojos negros se perdieron en los más cálidos y hermosos que podría ver en su vida, comprendió que el amor no solo era una excusa bastante mala para engañar y aprovecharse de las personas; porque él se había enamorado ese tormentoso día que pudo ver su sonrisa luego de que comprara leche de plato para él y dijera ''Eres tan tierno que me recuerdas a un cachorro''
Algo no demasiado lindo para muchos, pero que para Jungkook fue perfecto.
Por ello insistió, no importando que Taehyung le llevara cuatro años de edad, que estuviera iniciando la universidad, él siguió insistiendo al visitar diariamente por dos años enteros el mismo lugar donde lo conoció...
Hasta que lo volvió a encontrar.
Ese día llovía, una horrible tormenta se acercaba y Taehyung estaba justo debajo del mal clima esperándola. Estaba seguro que aunque su cuerpo estaba totalmente mojado por las precipitaciones previas, de sus ojos caían lágrimas. Entonces lo escuchó farfullar algo al cielo, a la nada, unas palabras que hicieron a su corazón explotar y responder de inmediato para obtener su total atención por los minutos siguientes.
Por los siguientes años.
—*Un ligero estruendo de un trueno. Cielos nubosos, ¿Lloverá? Si es así, ¿Te quedarías aquí conmigo?—susurra Jungkook con ojos cristalizados fijos en la lluvia que cae fuera de su habitación, citando esas palabras que Taehyung pronunció aquel día.
Un sollozo más fuerte se escucha de parte del peliazul, luego de pasos y aquellos brazos temblorosos, al tomarlo desde su espalda. El rostro de Taehyung se hunde en el cabello azabache de su nuca.
—U-Un ligero estruendo de un trueno... I-Incluso si no llueve, me quedaré aquí junto a ti—responde agónicamente Taehyung, como una afirmación a lo que mucho antes Jungkook había preguntado.
¿Me vas a esperar, Hyung? Fue aquella pregunta que hasta ese momento él no pudo responder.
—Te voy a esperar Jeon Jungkook... I-Incluso si ya no hay esperanzas, si pasan los años y no te veo, mi estúpido corazón te va estar esperando en el mismo lugar de siempre. Te amo... Te amo desde aquel día que te encontré llorando en una acera como un niño perdido. Te amo desde que volviste a mí siendo un chico de solo 18 años diciéndome las más lindas palabras que nadie más había podido recitar para mí... Te amo; porque todo lo que quiero es a Jeon Jungkook.
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