Una historia donde la espera y distancia consigue romper el alma de los protagonistas, las ilusiones y aquellos sentimientos que creyeron eternos.
Taehyung se cansó de esperar, aunque inconscientemente lo siga haciendo con el pasar de los años.
Jun...
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Marzo, 2024
—Has cambiado tanto—señala YoonGi en voz baja, mientras ambos caminan por el patio gigante de la universidad en total silencio.
Silencio que solo es interrumpido por el cantar de los pajarillos entre los árboles, y una que otra conversación que es llevada por algunas personas que yacen sentadas en el césped sin muchas ganas de ver clases a las siete de la mañana.
Jungkook se alza de hombros.
—Las personas constantemente lo hacen. Es normal.
—No me refiero a eso—niega con cautela, deteniendo el andar del azabache al tomarlo por uno de sus brazos—. Es solo que estás hermético, completamente centrado en los estudios de una forma que llega a ser impulsiva, tienes problemas para dormir, casi ni hablas, y no te relaciones con nadie más que...-
—Es solo que... Ya no me importan ese tipo de cosas—interrumpe—. Necesito concentrarme en mi carrera, quiero que valga la pena el haber venido aquí.
—¿Sigue siendo por Taehyung? ¿Quieres que valga la pena debido a que lo dejaste en Corea?
Desde hace un año que Jungkook no manda mensajes a este chico con la idea de dejarlo ser feliz de la forma en que desee, y durante todo ese tiempo ha tenido que ver la forma en que Jungkook se consume internamente por la tristeza que le causa los recuerdos.
Al menos ya no habla de él.
—Taehyung—repite Jungkook con total suavidad, saboreando cada letra.
Había olvidado lo que se siente que ese nombre salga de su boca, al repetirse una y mil veces que si lo dejaba de pronunciar, quizás lo iba a dejar de amar. Obviamente, eso no funcionó demasiado.
—Lo superarás si pones de tu parte—alienta, sabiendo perfectamente lo que está pasando por su mente.
—No creo poder hacerlo.
—Lo harás—asegura con seriedad—. Serás tan feliz, que su nombre simplemente será desechado. ¿Por qué no le das una oportunidad a Mingyu? Él se ve como la clase de persona que merece ser conocido. No te pido que salgas con él, solo que... Lo conozcas.
—No sé si deseo que su nombre sea desechado, Hyung—se sincera—. Sigo siendo un tonto.
Sus ojos suben al cielo notando las densas nubes que le recuerdan aquel día...
Ese día donde un ''Tú y yo juntos por siempre'' Salió.
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