Una historia donde la espera y distancia consigue romper el alma de los protagonistas, las ilusiones y aquellos sentimientos que creyeron eternos.
Taehyung se cansó de esperar, aunque inconscientemente lo siga haciendo con el pasar de los años.
Jun...
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Enero, 2020
La suave música se escucha con tranquilidad por todo el salón de baile en acompañamiento de las risas de las demás personas, y Taehyung solo se puede sentir como un total intruso entre tantos chicos de 20 años.
Su pie golpea contra el piso con impaciencia, consiguiendo que el nudo de su corbata lo haga sentir asfixiado. Odia los trajes. En serio los detesta, pero hoy no es cualquier día; ya que este es el baile de graduación de Jungkook, y solo por eso, es que en este momento la gran mayoría de chicos a su alrededor se visten completamente presentables para la ocasión.
Baja la mirada a su cuerpo y más nerviosismo lo aborda.
Él no posee ropa de vestir en su casa, viéndose en la obligación de alquilar dicho traje a última hora del día, por ende, solo pudo optar por uno un par de tallas más grande. Quizás se vea ridículo, tal vez este avergonzando a Jungkook con su presencia al verse feo y ser un anciano para él. No obstante, cualquier tipo de pensamiento negativo se escapa de su cabeza al ver al azabache caminar hacia su dirección con la sonrisa más deslumbrante que puede existir.
Por Dios...
Nunca había visto a su novio en traje, y sin duda, se arrepiente enormemente de no haberlo hecho antes. Él fácilmente puede ser el chico más guapo de todo el mundo... ¿Qué dice? ¡Del universo entero!
—Hyung... Se ve tan hermoso, no, hermoso es una palabra pequeña. ¡Celestial! Por la ciencia, ¿Qué hice para merecerlo?—exagera con ojos muy grandes, sin dejar de recorrer su cuerpo sin disimulo alguno.
¿Es posible que ahora se sienta el hombre más bello del mundo debido a Jungkook? No sabe, pero es suficiente para él si esos ojos lo siguen mirando de esa forma por el resto de su vida.
—Tan exagerado como siempre, Kookie—los brazos de Taehyung se enredan alrededor de su cuello, atrayéndolo tan cerca de sí, que puede sentir su nariz rozar contra la propia—. Yo soy quien debo decir aquello—asegura—. Pareciera que fueras a una boda y no a un baile de graduación.
—Entonces ambos vamos a nuestra boda, ¿No?—comenta suave.
Las manos del azabache toman posesivamente la cintura contraria, pegando su existencia mucho más contra su pecho. Ambos pueden sentir las miradas de algunas personas sobre ellos, pero más poco no les podría interesar los prejuicios de los demás cuando ellos solo quieren ser feliz los días que les restan juntos
—Casémonos. Vayamos a un país donde el matrimonio entre hombres sea legal, y conviértase en mi esposo, Hyung—propone.
♫Te encontraré nuevamente, es el destino.
—C-Casémonos—asiente Taehyung, con ojos cristalizados—Hagámoslo. Joder, juro hacerte el hombre más feliz del mundo—susurra en voz inestable, por fin rozando sus labios con los contrarios en un beso extremadamente suave, solo siendo guiado por la música de fondo que estruja su corazón llenándolo de felicidad—. Te amo, Jeon Jungkook. Te amo.
♫ Siento el destino en ti, siento el destino en mí.
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