6. La invitada

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La noche pasaba lenta, Rimi por fin volvía a casa, pero primero tenía que coger el vuelo nocturno, ella sabía que Namjoon saldría de trabajar en la madrugada y quería sorprenderle, pero todo dependía de que su avión despegara a tiempo.

Estaba sentada en el avión cuando de pronto observó una cara familiar, pero no podía ser ella, la última vez que la vio estaba en España. Rimi se levantó de su asiento y se fue hacía el de esa chica que le recordaba a su amiga.

- ¿Sy? -Ella en realidad no esperaba respuesta alguna, hasta que observó que la chica se giraba tan sorprendida como ella-.

- ¿Rimi? ¡Sorpresa! -La amiga se levantó del asiento en busca de Rimi que se había quedado algo en Shock-. Iba a daros una sorpresa, pero no contaba con esto, ¿y las chicas?

- Pues sorpresa a ti también. -Ella miró a Sy de arriba abajo sin creer aún que su amiga estuviera delante suya-. Las chicas están en Seúl, yo tenía unos días de vacaciones y he venido a Jeju para verlo al fin.

Rimi convenció al compañero de asiento de Sy para cambiar los sitios y poder hablar durante el vuelo, que en realidad era bastante corto, pero cuando ellas superaron el shock de haberse encontrado en el avión comenzaron a ponerse al día lo cual las hacía bastante felices, llevaban al menos cuatro años sin verse en persona, así que no se querían despegar la una de la otra.

Cuando llegaron a Seúl pidieron un taxi para ir al piso, pues como Rimi volvía en modo sorpresa para pasar la noche con Namjoon pues nadie sabía de su regreso y obviamente no irían a recogerla al aeropuerto.

Sy le contó que se había pagado una habitación en un hostal, pero esta no la dejó quedarse allí y le dijo que ya solucionarían lo del dinero que le costaba la habitación, ofreciéndole así su casa. Llegaron al bloque y Rimi la llevó hasta la puerta del piso, llamando al timbre esperando que las chicas abrieran la puerta y murieran con la llegada de Sy, mientras ella estaba escondida, pero sus planes no contaban con tener visita en casa.

- Hola. -La voz de un hombre alarmó a Rimi, era Namjoon que hacía ahí-. ¿Puedo ayudarte?

- ¿Taty? -Sy miró a su amiga en plan "Tierra trágame", esta llegó a pensar que su amiga la había hecho llamar a otra puerta a cosa hecha-.

- Si un momento. -Namjoon entro y Rimi aprovecho para indicarle a su amiga que fingiera que ella no estaba-.

Cuando por fin Taty vio a Sy comenzó a gritar de la emoción no se lo podía creer y entonces observó como a la vez que sus amigas entraban en el piso, Namjoon y Suga salían del piso de ellas. Espero unos minutos mientras todos entraban en sus respectivos pisos y se acercó hasta su piso para soltar las maletas y saludar a sus amigas. Estaba feliz de ver de nuevo a todas sus amigas juntas, había pasado mucho tiempo desde la última vez que pudieron coincidir todas juntas. El teléfono de Rimi sonó y esta se paró para mirarlo, era Namjoon, "Te echo de menos". Sonrió y dejó a sus amigas poniéndose al día de todos los cotilleos mientras ella iba en dirección al piso de los vecinos que tanto las habían alterado.

Cogió su smartphone y le escribió una respuesta a Namjoon, "Le he dicho a Taly que te deje una cosita en el felpudo de tu casa, ve a verlo." Se sentó en el felpudo esperando a que Namjoon abriese la puerta antes que ningún otro compañero de él. Tardó un par de minutos en salir como leído el mensaje, así que en el momento que lo vio escuchó los pasos de este y al fin la puerta se abrió.

- ¡Sorpresa! He vuelto antes.

Namjoon se tiró al suelo a su lado para abrazarla, la chica realmente no era consciente de lo mucho que él la había extrañado, pero al fin la tenía entre sus brazos, la alzó llevándola hasta su habitación en la que Rimi aún no había estado. Tras cerrar la puerta de su dormitorio volvió a abrazar a Rimi esta vez juntando sus labios en un beso algo necesitado mientras las manos del menor recorrían la espalda de ella, que no se quedó parada aún con la respiración entrecortada, introdujo sus manos bajo la camisa de él, rozando suavemente con la yema de sus dedos el torso ajeno. La mente de Rimi iba a mil por hora y no quería separarse de él. Ellos que unos días antes habían discutido porque su relación iba rápido estaban a punto de entregarse el uno por el otro sin pensar en nada más que en lo muchísimo que se habían extrañado.

Mis nuevos vecinos (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora