𝗥𝗘𝗗 | ❝ El mundo entero lo ha visto siempre como el superhéroe millonario que salva de los peligros a la ciudad; mientras que otros lo ven como el empresario egoísta, sarcástico, presumido y sin sentimientos que no piensa más que en sí mismo. Si...
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Capítulo ❾: - No le gusta estar solo -
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No pasaron minutos que se volvieron eternos como suelen describir los besos, solo fueron simples segundos que proyectaron todo como si hubiera sido grabado en cámara lenta.
Sus labios se despegaron de los míos como si nada hubiera pasado, cómo si Tony Stark no me hubiera besado.
Y no es como si yo hubiera querido que durara el beso que me había dado porque no tuve tiempo ni siquiera de reaccionar ante lo que hizo. Solo reinaba dentro de mi el sentimiento de confusión y duda al preguntarme cual habría sido la razón que lo impulso a hacerlo.
-Tus expedientes tienen razón -por fin habló, lo cual agradezco plenamente. Tony puso la botella de vodka sobre su boca y bebió de ella un gran trago que lo dejo sin aliento -. No eres buena para las demostraciones físicas, y es uno de tus puntos débiles que no te hacen tan valiente, ¿O si?
Me señaló mientras reía y se recostó en uno de los sillones sin dejar de saborear su preciado alcohol, el cual parecía ser su único consuelo ante algo que estaba perdido.
-¿Sabes que dice en el mío? Que no sé trabajar en equipo, que soy egocéntrico y solo pienso en mi mismo ante cualquier cosa... ¿Sabes que es lo peor? -tomo la boquilla de la botella entre sus dedos, jugueteando con ella -. Que toda la vida me han dicho eso que a veces pienso que tienen razón. Y otras veces solo quiero... Volar.
Bastó con el término de su frase para aventar al aire la botella y dejarla caer al piso, donde se rompió en mil pedazos, esparciendose no solo el vidrio roto sino también lo restante del vodka que sobraba.
-A veces volar te da la idea de creer que eres libre y no tienes nada que te ate, pero cuando vuelves a la superficie te das cuenta que vives en un simple sueño por un rato, valiendo muy poco la felicidad que estabas sintiendo... -se quedó pensativo unos largos segundos que le sirvieron para ponerse peor que hace un rato, el alcohol en lugar de hacerle olvidar todos sus problemas, parecía que le provocaba sentirlos más -. ¿Alguna vez has volado, Acker? ¿Has visto cuan pequeña es la ciudad, o has traspasado las nubes?
Moví mi cabeza en señal de 'no'.
-Pues algún día te prestaré uno de mis trajes para que sientas la adrenalina de estar a una altura tan larga de la que quizás ya no puedas volver...
Se giró a mí con una pequeña sonrisa de nostalgia que solo su ebriedad era capaz de mostrar.
-Espero cumpla su promesa, señor. Ahora... ¿Quiere hacerme el favor de acompañarme? Le hará bien dormir un poco.
Sus ojos se encontraban menos redondos de lo común, y eso era obra de la ebriedad que había sido su único escapé ante tantas cosas que ocurrían en su vida de las cuales dependía para continuar viviendo.
