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Con eso, pasó los dos dedos dentro de mí profundamente, haciendo que se me escapara un gemido fuerte mientras estaba acostada en mi asiento. Esto era tan jodidamente sucio y me encantaba cada minuto.

—Te gusta, nena ¿no es así?

Solo gemí en respuesta mientras sus dedos comenzaron a bombear dentro de mí a un ritmo lento, pero aun así se las arregló para enviarme a una euforia completa de placer. Yo quería que me llevara a mi casa y luego me follara en mi cama todo el día. Mierda. Cuanto más pensaba sobre ello, más excitada terminaba.

—Estás tan estrecha con mis dedos alrededor, es muy caliente, bebé —susurró, añadiendo un poco más de presión en profundidad.

Todavía me sorprendía la forma en la que aun podía seguir conduciendo con todo lo que hacía. Ni siquiera me prestaba atención, era como una gran usuaria multitarea.

—Pon tus pies arriba de la guantera —murmuró—. Así puedo verte mejor.

No sé si se sentía mejor cuando usaba aquellas palabras. Sin embargo, puse mis dos pies en algo, siguiendo las instrucciones de Lisa.

—Muy bonito —dijo, mirando mi entrada—. Muy mojado.

No me había dado cuenta de que Lisa detuvo el coche hasta que se inclinó seductoramente hacia mi lado, sentía curiosidad por saber dónde estábamos. Mire hacia un lado y Lisa lo hizo también.

Mierda, estábamos fuera de mi casa. Esto no era bueno, alguien podría vernos.

—Papi —le susurré, ella solo tarareó—. ¿Qué pasa si mis padres llegan a casa?

Dejó escapar una risita, depositando besos duros en mi cuello antes de tirar de mí nuevamente.

—Te preocupas demasiado, bebé. No se puede ver el interior de este auto.

Suspiré con alivio, en parte porque nadie podía vernos y en parte porque podría volver a sentir aquel placer de nuevo.

Lisa comenzó a aumentar la velocidad de sus acciones, lo que me hizo arquear la espalda por lujuria y deseo.

—Quiero sentir tu orgasmo alrededor de mis dedos —habló—. ¿Crees que puedes hacer eso por papi?

Asentí con la cabeza rápidamente, cerrando los ojos mientras comenzaba a temblar al sentir sus largos dedos alrededor. Bombeaba con más fuerza y estaba segura que en el próximo minuto o dos estaría llegando jodidamente duro.

Sus manos eran tan celestiales cuando me tocaban. La forma en que sus dedos se movían con tanta fuerza y con tanta felicidad me envió al máximo. Mi estómago estaba apretando, como si estuviera a punto de llegar a mi clímax. Solo necesitaba más de ella.

—Estoy cerca —hablé jadeando, haciendo que Lisa sonría maliciosamente.

—Vamos, nena —sonrió—. Vente para papi.

Me mordí el labio para tratar de suprimir un gemido, pero estaba demasiado sobrecargada como para contener cualquier cosa en estos momentos.

— ¡Papi!

—Será mejor que te corras o reemplazare mis dedos con otra cosa —dijo con dureza.

Llegué a mi orgasmo poco después mientras ella cabalgaba con fuerza hacia dentro y fuera con sus dedos mientras oía un gemido salir de su boca caliente.

Finalmente empecé a bajar de mi clímax, relajándome un poco más y me dejé caer mejor en el asiento del coche.

—Me haces sentir tan bien —admití, pasándome una mano por mi cabello antes de sentarme. Me enderecé la falda rápidamente. Se veía tan sexy cuando estaba nerviosa, era tan jodidamente seductora y sensual.

—Necesito que cuides a mis hijos el sábado —comenzó y todo pasó de vuelta, ella pasó a ser la señora Manoban y no papi. Ya ni siquiera sabía cuál me gustaba más.

— ¿En serio? —le pregunté con asombro, levantando una ceja. ¿Estaba bromeando?

—Lo digo en serio —suspiró sin aliento—. Mi esposa y yo tenemos una ridícula cita para las muestras de torta de la boda.

Casi me atraganté con mi propio aire ante sus palabras ¿estaba realmente escuchando esto?

— ¿Tú vas...?

—Sí, renovaremos nuestros votos —rodó sus ojos—. Ella piensa que nos hará sentir más cerca.

Me sentí un poco culpable ahora, sabiendo que ella se iba a re-casar con su miserable esposa. Supongo que será mejor que me vaya ahora y lo vea el sábado

—Gracias por traerme, te veré el sábado.

—Espera —ordenó y metió la mano en el bolsillo de su pantalón—. ¿Cuál es tu número? Lo necesito, uh... para mantenerme en contacto en caso de cualquier reprogramación o lo que sea.

Lo miré con confusión, pero le di mi número de todos modos.

—Te enviaré un mensaje para que puedes guardar mi número.

Y con eso, me bajé del auto. Ella murmuró algo en despedida antes de marcharse. Supongo que no me sentía tan bien como esperé que me sentiría si acababa tan fuerte en los dedos de la señora Manoban.

Me sentía normal otra vez.

Sentí un zumbido en mi bolsillo, por lo que mi mano viajo hacia el bolsillo de mi camisa. Esperaba un mensaje de ella y no me decepcionó.

Nuevo mensaje de: número desconocido.

Número desconocido:

Recuerda que el sábado vendrás a las 3p.m. Por favor no llegues tarde.

No sabía muy bien en como guardar su número así que opté por Lisa. Seguramente si no contestaba, quedaría como poco profesional, ¿no? Así que decidí responderle.

Jennie:

Ok, no textees y conduzcas. Por cierto, es malo.

Lisa:

Lo único "malo" en esta situación es hablar texteando. Y si conducir y mandar mensajes de texto es malo... entonces, ¿qué tan peligroso es meterle dos dedos a una chica joven?

Jennie:

Tal vez deberías preguntarte eso...

Pd: ¿tienes mi ropa interior?

Lisa:

Están en el bolsillo de mi camisa mientras hablamos. Apuesto a que su olor es increíble. Quiero decir, lo sé porque me estoy chupando los dedos ahora mismo.

Jesucristo, maldición. Siempre sabía exactamente qué decir. No podía hablar sucio para salvarme, era más que embarazoso, pero decidí responder aquel mensaje de todos modos.

Jennie:

Tal vez deberías chupar otra cosa...

Dios, ¿eso sonó mal?

Lisa:

¿Cómo qué...?

Jennie:

No lo sé... a mí.

Me di una palmada en la cara a mí misma mentalmente por mis textos. Maldición, eso era completamente horrible de decir. Sonaba bruto y simplemente extraño. Sabía que no debía ponerme paranoica porque no respondía el mensaje. Quizá se descarriló, quizá fue chocada por otro vehículo...

Ugh. Sonaba egoísta, pero realmente esperaba que fuera atropellada por otro coche.

Llámame papi → jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora