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Por supuesto que mis padres estaban enojados conmigo, pero, sinceramente, no me importaba.

Quería a Lisa de vuelta, aunque no pudiéramos estar juntas. Yo la necesitaba más que su esposa.

Solo había pasado una semana y ya extrañaba a los niños y a ella. Son como viejos tiempos ahora. Me la paso estudiando todo el tiempo ahora. Estaba deprimiéndome.

Tenía la esperanza de que Lisa la esté pasando mejor que yo. Probablemente ni siquiera le importaba, ella tenía su familia. Es por eso que parecía tan contundente cuando le dije que la amaba, era porque pensaba que estaba siendo ridícula.

—Estás pensando en ella de nuevo, ¿verdad?

Mi madre me sacó de mis pensamientos mientras miraba fijamente sin remedio al abismo de mi futuro. Bueno, en realidad yo estaba cocinando unos espaguetis.

—No —hablé con severidad, con ganas de fruncir el ceño, pero no tenía la energía para hacerlo.

—Déjame cocinar eso. Has estado trabajando y estudiando toda la semana, ve a salir con tus amigos.

Rodé los ojos ante su intento de ser amable, sabiendo que no podía contactar con nadie porque ellos me quitaron mi teléfono. Y con eso me alejé hacia arriba, yéndome a mi habitación.

Me acosté en mi cama, sintiéndome miserable como siempre mientras enterraba mi cara sobre las almohadas. Esto era tan deprimente y me ponía de tan mal humor.

Habría pasado media hora y lo único que había hecho era mirar Modern Family en Netflix. Estaba pensando en ver las series dos veces así que probablemente iba a desperdiciar otras ocho horas.

Creo que llegué al episodio doce cuando me comencé a sentir un poco cansada. Estaba decidida a mirar toda la temporada, pero iba a tomar una pequeña siesta.

Mi cara se presionó firmemente contra la almohada de nuevo, intentado dormir. Hubo un corto periodo de tiempo tranquilo, pero me desperté cinco minutos después para inspeccionar un ruido que oía. Se sentía como una vibración, me sentía jodidamente confundida.

Seguí el ruido, haciendo mi mejor esfuerzo para guardar silencio mientras me inclinaba hacia abajo, metiendo mi cabello detrás del lóbulo de mi oreja.

El ruido venía de abajo de mi cama.

Llegué abajo, esperando a oír la vibración y noté finalmente que se trataba de un Iphone. Me puse de rodillas nuevamente y mi boca se abrió mientras me preguntaba: ¿cómo pudo terminar esto aquí? ¿De quién era?

Respondí para ponerle fin a la vibración y también para averiguar de quién era el jodido móvil.

— ¿Hola?

— ¿Quién es? —una voz familiar y áspera me preguntó. Sabía de quién era aquella voz, imposible no hacerlo.

—Jennie —respiré—. ¿De quién es el teléfono que estoy usando?

—Es mío —murmuró casi sin entusiasmo, casi sintiéndose incomoda al respecto—. Debo de haberlo dejado allí desde la otra semana. Pensé que lo había perdido.

¿Eso significa que tendrá que venir a recogerlo?

—Es la primera vez que lo escucho.

—Eso es porque probablemente gastaste todo tu tiempo mirando Modern Family en Netflix.

Rodé mis ojos, pero aun así estaba feliz de oír su voz—. ¿Necesitas tu teléfono de vuelta?

—Por supuesto que sí —parecía aliviado—. Iré a recogerlo ahora.

Llámame papi → jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora