c a p i t u l o. 13

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Las bestias se ocultan en nuestras sombras

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Las bestias se ocultan en nuestras sombras.

Automáticamente miro mí sombra, pero solo es eso, mí sombra. No hay una sonrisa dientuda o esos ojos de sangre. Solo hay oscuridad.

Algo me sujeta del brazo izquierdo y giro la cabeza hacia mí lado izquierdo.

Néstor.

Su rostro mostraba miedo y confusión, me arrastra lejos de la calle, y de un empujón entramos a la casa. Él cierra la puerta y gira a verme.

—¿Que diablos fue eso Ashton? —dijo serio y con el ceño fruncido.

Aún me sentía muy confundido como para explicarle.

—No lo sé —dije sinceramente.

Néstor frunció más el ceño y paso por mí lado, lo seguí con la mirada, atraviesa una puerta y yo le sigo.

Un momento.

Miro a detalle cada sector.

Yo ya estuve aquí.

Mí atención se fijó en el chico que estaba sentado en la mesa junto a dos personas más, la pequeña Zoé y la señora Evans, en sus rostros se mostraba el miedo y la confucion.

—¿Qué pasó?.

Ellos se miraron y volvieron a verme a mí.

—Carlos te encontró tirado en la calle —hablo la señora Evans mirando de reojo al hijo del periodista — y te trajo a su casa.

Le di una mirada al chico y con solo eso le di las gracias. Él asintió.

—¿Como fue que se enteraron ustedes? —mire a los dos mayores.

—Murmurabas nuestros nombres —dijo la pequeña niña de cabellos alborotados — y parecía que estabas teniendo una pesadilla.

El sueño.

El sueño había sido horrible, si, pero no pensé en Néstor, Zoé, o la señora Evans.

—Estas pálido hijo —dijo la señora Evans levantándose de su asiento y cediendome la silla —sientate, por favor.

Acepte su gesto de amabilidad y me senté en la silla, me dolía la cabeza, había mucha información que asimilar.

Miré la cocina, la luz clara del sol ilumina cada rincón, las sombras no parecían tener vida propia como las que había visto antes. ¿Porque?. Miré a la señora Evans que me miraba preocupada, bajé la mirada a su sombra, y vi lo que temi. La sombra posea unos ojos rojos tenebrosos.

Sentí como mí corazón se oprimía, miré a la señora Evans con tristeza, ella no sabía que la bestia siempre estaba con ella.

Yo puedo ver a las bestias. Pero ellas no deben saberlo.

Revise las sombras de todo y los únicos que no podrían los ojos tenebrosos, eran Carlos, Zoé, y yo.

¿Porque no me dijo Néstor que posea la marca?.

No podía decirles a ellos lo de mí sueño y no quería involucrar a la pequeña, solo tenía, al chico.

—¿Néstor puedes tú y la señora Evans ir por algo para el dolor de cabeza? —los miré con súplica.

Ellos asintieron automáticamente y salieron de la casa para ir por la medicina, Néstor se llevó con él a Zoé, lo que me facilito las cosas.

—¿Quiere comer algo señor?.

Miré al chico y no vi al chico que siempre estaba a la defensiva, ahora era otro tipo, se veía en sus ojos de caramelo la preocupación.

—Necesito hablar contigo —susurro —en privado.

Su expresión cambia a una confundida, pero aún así asiente, camina hacia el pasillo y yo le sigo. Aún mareado me ayudó con las paredes para seguir caminando. Llegamos a la habitación donde había despertado hacia un momento, cerré la puerta y me senté en la cama, él me imito.

Tomé aire y lo solté. Relajando mí cuerpo tenso.

—Carlos, ¿no? — él asiente — quiero agradecerte por encontrarme.

—Tampo podía dejarlo tirado —se encoje de hombros sin darle mucha importancia. Parecía que él chico anterior quería volver.

—Aun así, gracias, pero no es de eso lo que quiero hablarte —aclaro mí garganta y trato de ordenar todo en mí mente — verás, tuve un sueño, que más sueño parecía pesadilla —frunzo el ceño— en ese sueño, aparecía la familia Matthews, lo que deduzco de ese sueño es que era un recuerdo —mire de reojo al chico y este me miraba como si estuviese loco y tal vez lo estaba — y se que suena loco, pero es verdad, no era yo la persona en ese sueño y lo más extraño y aterrador fue la voz que me habló en mí cabeza.

Suelto un suspiro y respiro hondo, recién me daba cuenta de que no había estado respirando en todo este tiempo.

—La voz me decía que era el único para vencer a alguien —niego con la cabeza — lo más extraño fue que me dijo que tengo poderes —me río en mí cabeza de lo loco que suena — la voz me dijo que saliera y por eso salí y lo que vi —me llevo las manos a la cara, recordando las sombras tenebrosas — estoy asustado Carlos, esto es mucho para mí cabeza.

El chico permanecía en silencio, asta que hablo.

—Si suena loco todo lo que has dicho —admitio — pero te creo.

Lo miré incrédulo, por mí cabeza pensaba en que él me tomaría por loco, pero no me esperaba esa respuesta.

—Mi padre decía cosas así — desvío su mirada a la mesa de noche que estaba su lado — él decía que habían mounstros acechando el pueblo, pero nadie le creyó, incluyéndome y mí hermana —agarra un portarretrato que estaba boca abajo y lo mira con tristeza.

Era una foto, pude identificarlo en ella, a su lado parecía estar una niña tomándolo de la mano.

Él me pasó el portarretrato y fijé mí atención en la foto.

Se me helaron las manos.

—Nosotros no creíamos en las palabras de nuestro padre y una noche nos escapamos para explorar el pueblo de noche —comenzo a relatar — si solo hubiera creído en mí padre —su voz se agudizo un poco — ella estaría hoy aquí —un leve sollozo se escuchó en toda la habitación.

La niña del cementerio

Recordé sus palabras;

“¿Cree que mi hermano lo escuche?”

Eso lo demuestra.

La voz tenía razón.

Tengo el poder de ver a los muertos.




Nota de autora: hola mis lectores. Hoy estoy deluto, mí abuela falleció, por lo que les pido paciencia asta el próximo capítulo.
Espero les allá gustado el capítulo de hoy.
Nos veremos a la próxima <3.

Los Crímenes De Matthews© Terminada✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora