E x t r a. 1

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(Néstor)

Los días sin poder dormir por las noches se habían hecho constantes, los gritos y los cadáveres eran cada vez más frecuente, nadie se animaba a hablar sobre el tema por miedo. Se podía ver en sus ojos.

Cómo el miedo que pude sentir aquel día.

Muchas desapariciones habían estado ocurriendo en los últimos años, nadie sabía el porqué, la policía no podía encontrar a las personas desaparecidas.

Pero aquéllas desapareciones dejaron de ser hasta comenzar a encontrar los cuerpos colgados en los árboles. La piel pálida, sin ninguna herida o muestra de orcamiento, los pocos doctores que habían en el pueblo examinaron cada uno de los cadáveres pero no encontraron la razón de porque habían muerto.

Todo se descontroló cuando se hayo el cuerpo sin vida del alcalde en el camino que daba a la mansión Matthews.

Las señales de comunicaciones se cortaron y el puente que unía a nuestro pueblo con el mundo fue destruido.

Muchos hombres y mujeres aterrados comenzaron a talar los árboles del bosque, formando un camino, un camino que se había cancelado hacía años por respeto a la naturaleza.

Hoy era el día en el que escapariamos.

Permanecí mirando por la ventana, viendo como familias enteras caminaban por las calles con todas las pertenencias que podían cargar, sus rostros mostraban muchas emociones.

-Hay que irnos amor.

Giro a ver la dueña de esa dulce voz, mi querida, mí esposa, la mujer que me ayudó a levantarme después de la muerte de mi padre y poder dejar la depresión. Quién me dio una hija y una vida que vivir.

Asiento y ella toma mi mano, acariciando con su pulgar mis nudillos, su tacto era suave y su mano me daba esa fuerza que siempre me trasmitía.

Caminamos a la puerta, en la sala estaba mi hija y su esposo, en sus brazos cargaban a mi nieta.

La pequeña Zoé.

Juntos dejamos atrás la casa para unirnos a los demás. Se podía sentir la reunión en el ambiente, una rara opresión en mi corazón me estaba dando una mala espina, la había comenzado a sentir cuando nos alejamos de nuestro hogar.

El aire se volvía pesado para mí y parecía que cada ves que nos adentrabamos más en el bosque, se volvía más pesado. Podía sentir que tenía ojos sobre mí pero cada vez que miraba a nuestro alrededor no había nadie que nos observará.

El dolor era insoportable, me detuve sosteniendo a de la mano, ella volteo a verme preocupada. Sujeto mi rostro son su mano libre y parecía buscar en mis ojos la respuesta que mis labios no podían darle. Porque ni yo sabía lo que me pasaba.

-Devemos volver.

-¿Qué?.

-No tengo buena espina de esto.

Sus cejas se juntaron, no eran de enojo, si no que trataba de comprender mis palabras.

-¡Papá!

El grito de nuestra hija nos saco a ambos de nuestro trance para ver lo que estaba pasando a nuestro alrededor, las cosas tiradas por todos lados, las personas a nuestro alrededor estaban siendo arrastrandas hacia la oscuridad del bosque, los llantos de los niños, los gritos de terror de las mujeres.

Abrazo a mi mujer y corro esquivando a las personas que se sacudían y gritaban como si algo estuviera encima suyo. Seguí corriendo buscando a mi hija y protegiendo a mi esposa con cualquiera que se hacer a dándole una piña en la cara.

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⏰ Última actualización: Dec 03, 2019 ⏰

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Los Crímenes De Matthews© Terminada✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora