Capitulo 8

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Aún no abría los ojos, y ya sentía que este día sería maravilloso. Y como no iba a ser lo si tenía entre mis brazos al amor de mi vida. A la madre de mi próximo hijo. En cuanto abrí los ojos, vi la más bella imagen, La mujer más hermosa que haya existido sobre la tierra. Envuelta entre las sábanas, aún abrazada a mi.

 Parecía una eternidad la última vez que estuvimos así. Aún que en el campamento habíamos dormido dos noches juntos. No era igual no se compara con tenerla aquí conmigo en este momento. Tal vez por ahora sabía que no solo era el amor de mi vida la que me abrazaba, Sí no también es la madre mi hijo.

Sentía miedo moverme. Miedo a que la magia acabará por que ella despertara. Entonces todo volvería a ser igual. Ella se volvería distante y regresaría a casa de Liz. Me removí levemente, provocando que Caroline se removiera en su lugar, y levantará levemente la cabeza. 

Ella me miró y permaneció en silencio por unos segundos. Mirándome con sus bellos, bellos ojos azules. Llenos de un brillo tan especial que la hacían lucir más hermosa de lo que ya es. Ella se acercó más a mi. Nuestra narices casi rozaban, moría por besarla, Quería besar sus deliciosos y rosados labios. Antes que pudiera hacer cualquier movimiento, ágilmente ella se levantó de la cama y corrió hacia el baño mientras cubría su boca con una de sus manos. Una leve sonrisa se instaló en mi rostro.

Ahora sabía porque eran sus vómitos matutinos, eran a causa de nuestro hijo. Uno al cual habíamos buscado con tanto amor. Aún que ella no lo recordará ahora. Me levanté de la cama detrás de ella. A ver si necesitaba algo.

—Amor ¿necesitas algo? —Pregunte después de tocar la puerta del baño.

—No estoy bien. Gracias ¿Me puedes pasar mi ropa ropa? La dejé sobre la silla junto a la cama. —grito aún con la puerta cerrada, me dirigí hacia su ropa aún estaba mojada.

—Tu ropa sigue mojada. Iré a buscar algo de ropa seca. —Comente, acto que hizo que la hizo abrir la puerta y asomar la cabeza.

—No planeas ponerme Ropa de alguna de tus amigas ocasionales ¿Verdad? —Pregunto mientras entrecerraba los ojos. Negué divertido.

—Por supuesto que no, mis hermanas tienen ropa aquí. Te traeré algo de ropa de Rebekah seguro te quedará.—Tuve que mentir, pero mi explicación parecía creíble.

—Bien. Entonces aprovecharé a darme un baño. En lo que traes la ropa. —Cerro la puerta rápidamente. 

Cruce el pasillo y entre en mi habitación. Busque en el guardarropa Caroline siempre tenía una bolsa con ropa preparado por cualquier emergencia. O Como ella le llamaba el Kid de emergencia. Regrese a la habitación y el sonido de la voz de Caroline cantado me hizo sonreír. Ella siempre cantaba cuando estaba feliz.

Deje la pequeña maleta en la puerta del baño. Y regrese a mi habitación a darme una ducha express. Cuando termine Caroline aún seguía arreglándose. Ella siempre tardaba mucho. Bajé a la sala a retirar los cuadros con fotos de nuestras boda. No me gustaba mantener oculto nuestro matrimonio. Pero no quería agobiarla más con una noticia tan importante. Aún no se recuperaba de saber que está embarazada. 

Cómo para darle otro problema más a su vida. Lo ocultaría solo un poco más. Solo has que estuviera lista. Tal vez ella antes lo recuerde. Entonces ya no sería necesario que yo lo revelara. Ella sola Sabría la verdad. El sonido de los tacones bajando las escaleras me precipitó a guardar los cuadros en el cajón más cercano. Caroline término de bajar las escaleras lucia radiante. Con el vestido que llevaba. No entendía como alguien tan hermosa podía verse mejor. 

—Luces hermosa. —Se giro para modelar un poco mientras sonreía.

—Puedes creer que me quedara la ropa de Rebekah.—Solto sorprendida. 

Volverte a enamorar -Klaroline-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora