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Nos estábamos besando con la misma pasión de aquella tarde. Nuestros corazones al igual que la respiración estaban acelerados. Sus manos subían y bajan acariciando mi espalda. Mientras yo jugaba con su cabello. Estaba perdida aspirando el aroma tan fresco y varonil de su piel y cabello. Y gozando de el rico sabor a menta que desprendía de su boca. Por instinto comencé a mover mi trasero sobre su regazo haciendo que Simon soltara un fuerte gruñido.
—Bonita.— Dijo agitadamente soltándose de mis labios. —Si sigues haciendo eso yo no me voy a poder controlar.— Yo enarque las cejas.
—¿Y quien dijo que quiero que te controles?— Sonreí divertida alejándome un poco de el. Sin despegar mi mirada de la suya, crucé mis brazos sobre mi cuerpo llevando mis manos al borde de mi blusa de tirantes, para sacármela. Mis senos quedaron expuestos ante el ya que no cargaba sostén. Me di cuenta como sus ojos se iluminaron y viajaron hacia mi pecho desnudo. Sonreí ampliamente y tome su mano para llevarla a mi seno incitándolo a que jugara con el. Yo retomé mis movimientos circulares sobre su regazo.
Comenzó a acariciarlo lentamente mientras se acercaba para besarme de nuevo. Pude sentir como su cuerpo comenzaba a reaccionar ante las caricias, besos y mis movimientos. Su dureza contra mi trasero me hizo soltar un gemido que se ahogo en su boca. Simon sonrió sobre mis labios.
—Te advertí que no iba poder controlarme.— Murmuró. De pronto nos giró dejándome recostada en la cama, con su cuerpo sobre el mío. Quito algunos de mis rubios cabellos que se habían interpuesto en mi rostro y lo acarició dulcemente, haciéndome cerrar los ojos por un breve instante.
—Eres tan hermosa. No puedo creer que estemos aquí apunto de... bueno tu sabes.— Yo lleve mis manos a su nuca atrayéndolo a mis labios, para luego regresar mi mirada a sus intensos ojos cafes que lucían más oscuros de lo usual.
—No me imagino estar haciendo algo mejor que sintiendo el calor de tu cuerpo y tus caricias sobre mi. Simon quiero que esta noche sea inolvidable para ambos. Hazme el amor.— Le pedi sin pudor. El sonrió y volvimos a besarnos apasionadamente. Sus labios comenzaron a bajar por mi cuello ocasionando un cosquilleo por todo mi cuerpo.
—Me encanta tu aroma—Dijo inhalando el olor de mi piel.—No creí que algo le pudiera ganar a ese exquisito perfume que usas, pero me equivoque. El aroma natural que se desprende de tu cuerpo es mil veces mejor.— Agrego mientras bajaba hacia mis pechos. Estaba apunto de contestarle cuando sentí su lengua lamiendo uno de mis pezones haciéndome soltar un fuerte gemido, llevando mi cabeza hacia atrás. Siguió divirtiéndose en esa zona de mi cuerpo mientras yo me removía del placer.
Siguió con sus besos húmedos llegando a mi abdomen, vio la marca de nacimiento que tenia en forma de una estrella y dejo un tierno beso en el. Llego al borde de mis shorts y junto con mi ropa interior comenzó a bajarlos hasta retíralos y lanzarlos en algún lugar de la habitación. Y allí me encontraba completamente desnuda y expuesta ante el. Si no me encontrara tan excitada seguramente estuviera más roja que un tomate. El sonrío y comenzó a acariciar mis piernas abriéndolas un poco para dejar besos suaves en cada uno de mis muslos con ligeros mordiscos, deslizándose con su lengua hacia mis ingles. Sentía su aliento caliente sobre mi punzante y ya húmeda zona. Jadeé y me agarre fuerte de la sabanas cuando sentí sus labios ahi pero solo dejo un beso. Se levanto para verme y me sonrió divertido al ver mi cara. Estaba disfrutando todo mientras me torturaba pero hasta aquí había llegado su juego.