Simon me había llevado a una hermosa isla. Igual que muchas de las playas en Cancun, esta tenia arena blanca y su agua azul cristalina. Ambos nos cambiamos con nuestros trajes de baño y bajamos para conocerla. Moria por saber por que este lugar era tan especial para Simon.
—Y ¿Que piensas? ¿Es linda no?— Me preguntó mientras caminábamos por la arena.
—Es maravillosa Simon. Pero ¿Por qué es tan especial para ti?
—Hace unos meses esta isla se la estaban peliando unos inversionistas Canadienses. La querían para construir un hotel. Yo me entere y se las gane y ahora es mía—Deje de caminar y lo mire sorprendida.
—¿Eres dueño de una isla? Wow! Y eso que no te gustan los lujos.—Dije recordando lo que me había dicho en la mañana.
—Sabia que me dirías eso.—Rio.— La verdad es que yo la compré porque este lugar esta lleno de diferentes especies marinas. Al construir un hotel y llenarlo de gente iban acabar con todo eso. Poco a poco la ambición del hombre a destruido la naturaleza. Y como yo de alguna forma o otra soy parte de ese grupo, quise aportar con algo positivo salvando esta isla y la vida marina que hay en ella. Por eso es que es tan especial para mi.— Me estaba derritiendo toda y no era precisamente por el calor que hacía. Este chico no terminaba de sorprenderme.
—Simon, en serio eres una persona increíble.—Dije acariciando su hombro.—No cualquiera hace lo que tu haz hecho.
—Gracias, pero creo que si se tienen los recursos uno debería aportar para ayudar ya sea a el planeta o a la gente. No soy de andar con las mejores marcas de ropa o viajando por el mundo gastando millones en tonterías. De vez en cuando me doy mis gustos no lo niego, pero me llena mas el alma ayudar al prójimo.
—Creo que puedo aprender mucho de ti.—Sonreí.—Oye pero no estamos medio matando a los peces con tu yate?—Pregunte preocupada.
—No Bonita, no es lo mismo un yate y dos personas a tener ciento de yates y miles de personas invadiéndolos. ¿Quieres ver lo asombroso que lucen los peces? No hay necesidad de ir tan al fondo del mar.
—Claro que quiero.—Conteste emocionada.
—Bueno espérame aquí voy por el equipo que necesitaremos para bucear.
Simon se fue al yate y regreso a los poco minutos cargado de cosas. Nos equipamos muy bien y nos sumergimos en el mar. Era sensacional la cantidad de diferentes especies marinas que pude observa ahi abajo. Nunca había estado tan cerca de la naturaleza o vivido este tipo de aventuras. Ahora tenia mucho por contarle a mis nietos y todo se lo debía a Simon.
Después de bucear un rato, nos tiramos y relajamos en la cálida arena. Hablamos un poco de todo pero aun había algo que yo no sabía de Simon y me moría por saber.
—¿Me piensas contar algo de tu vida amorosa o no? Digo no te quiero presionar pero yo ya te he abierto mi corazón.
—Mi vida amorosa no es tan emocionante de hecho es un poco patética.— Note como su mirada se tornaba triste.
—Por tu cara puedo percibir que te rompieron el corazón. ¿Cierto?— El suspiró y se mordió el labio, bajó la mirada asintiendo.
—Solo me he enamorado dos veces. La primera fue de esos amores de niños.—Dijo sonriendo.—Fue mi mejor amiga desde los siete años. Cuando nos convertimos en adolescentes nuestros sentimientos empezaron a cambiar, pero lo negábamos a morir. Un día ella me pidió que le diera su primer beso que ya todas sus amigas lo habían hecho y ella no se quería quedar atrás. Yo al igual que ella nunca había besado a nadie así que ya te imaginaras lo nervioso que estaba. El beso fue algo torpe, dulce e inocente. Había sido el primero de un millón ya que después de ese beso no dejamos de hacerlo. Eventualmente nos hicimos novios y a los dieciséis años decidimos tener relaciones, ambos perdimos nuestra virginidad.— Dijo sonrojándose todo.
—Wow! Suena como a esas historias que terminan en boda. Pero ya veo que no fue así ¿Que paso con ella?
—Dos meses después de que lo hicimos por primera vez, su familia se mudó a Estados Unidos. Tratamos de mantener nuestra relación a distancia pero no funcionó. Seguimos siendo buenos amigos incluso fui a su boda hace unos meses.
—Y la otra?
—La otra creo que a sido el peor error de mi vida.
—¿Tan así?— Pregunte.
—Sip. Cuando me gradué de la escuela secundaria, mis padres me mandaron a una Universidad en Inglaterra. El primer año conocí a un amigo con el que pasaba mucho tiempo. El tenia una hermana dos años menor que nosotros. Me caía un poco mal por lo inmadura que era. No sé ni como pero al año siguiente empece a verla diferente y sin darme cuenta se metió en mi corazón. Me enamore de nuevo pero era diferente, la relación era más madura y no tan color de rosa como mi primer amor. Yo me veía formando una familia a su lado, es mas nos habíamos ido a vivir juntos a un apartamento. Me quedaba poco para titularme y sabiendo que le podia ofrecer un buen futuro decidí que le pediría que fuera mi esposa. Había comprado el anillo y todo lo necesario para decorar el apartamento. Planee algo cursi muy a mi estilo la quería sorprender con una cena romántica, llena de velas y pétalos de rosas. Pero el sorprendido fui yo. Me había ido temprano a casa para comenzar a organizar todo. Al llegar la encontré encima de unos de mis mejores amigos gimiendo su nombre sin piedad.— Mi corazón se hundió al escuchar lo ultimo. Como pudo ser capaz de hacerle eso a este chico tan increíble. Simon se limpio una lagrima con rabia y continuó.
—Cuando la confronté le cuestione el por qué de su traición si yo no había hecho más que entregarle todo mi amor. Ella muy quitada de la pena me contestó que yo era demasiado bueno, que la aburría tanta nobleza y que necesitaba a alguien más rudo.
—Que hija de puta! Ella no merecía un hombre como tu.—Simon encogió los hombros.
—Yo no entendía por qué ella quería a alguien que posiblemente la tratara mal. Me rompió el corazón y desde entonces he estado solo.
—¿Te cerraste al amor?
—No. Fácilmente podia haberme vuelto un chico rompe corazones y usar a las mujeres a mi antojo, pero no. Nadie tiene la culpa de lo que me hicieron y no todas son como mi ex. Aunque terminé muy herido mi manera de ver y tratar a la mujer no a cambiado. Se que mi otra mitad esta por ahi esperándome.—Sonrió mirándome intensamente.
—Tu te mereces lo mejor Simon. Las chicas hoy en día no saben valorar cuando tienen un buen hombre a su lado.
—¿Y tu Ambar? ¿No crees que mereces a alguien que te ame? Si yo fuera tu prometido nunca te haría lo que el hace contigo.—Se acerco a mi. Yo me quede viéndolo sin decir nada.—Nunca dejaría que te sintieras abandonada.—Dijo tiernamente acariciando mi rostro.
—Voy a terminar con el.—Solté de la nada. Simon no pudo esconder su sonrisa.—¿Y esa sonrisa?—Pregunte.
—Perdón Bonita no es que me alegre que termines tu compromiso, pero me gusta que te ames a ti misma y no te ciegues ante la realidad.
—Si bueno gran parte de eso te lo debo a ti. Me haz hecho ver las cosas de otra manera. Nunca me había reído y divertido tanto como lo hago contigo. Eres muy especial Simon, gracias.
—Gracias a ti por aparecer en mi vida.— No sé en que momento nos habíamos acercado tanto. Nuevamente nuestros alientos estaban chocando.
—¿Ahora si me vas a besar?—Susurre.
—Aja—Ambos sonreímos y por fin cerramos con la poca distancia que nos quedaba.
Nos unimos en un beso suave y lento que nos permitió saborear lo dulce de nuestros labios. Eran incontrolables las descargas eléctricas que se proporcionaban por todo mi cuerpo. Las famosas mariposas en la panza no existían, lo que habitaba ahi era un zoológico entero. No recordaba haberme sentido así con nadie. Lo que estaba sintiendo por Simon era incontrolable y me estaba rebasando por completo.
Hola! Quería preguntarles si les esta gustando la historia? Yo de pronto siento que esta media pedorra y no sé hacia donde voy con esto jajaja. Igual muchas gracias por estar. ❤️❤️