Capítulo 2

603 54 5
                                    

Una semana había pasado desde que Toya se encontrará con Hodaka. Todo el mundo en el departamento estaba estresado. Por las prisas, no quedaba ningún rastro de la fiesta.

Había actuado como un completo idiota, y de entre todas las personas, enfrente de Hodaka. Pero finalmente Toya se las arreglo para no pensar en ello. Regresó a trabajar como usualmente hacía.

Toya se deprimía cuando pensaba en lo sucedido, por lo que le resultaba mejor no hacerlo. Recordó que escuchó en algún lugar que no pensar demasiado en las cosas era el truco para vivir un vida feliz.

—¡Sakurai! ¿Me permites un segundo?

Toya alzó su rostro bien parecido del fax que estaba revisando enfrente de la oficina, y sus ojos chocaron con la sonrisa significativa en la cara de Makihara.

—¿Qué puedo hacer por usted, Señor Makihara?

—Recuérdame, por el momento, ¿cuántos autores diriges?

—No estoy seguro, pero son alrededor de diez.

—Entonces, puedes tomar unos cuantos más. Te voy a poner a cargo de los proyectos de Hodaka.

—Eh...

Toya no estaba completamente seguro de lo que había pasado. No podía procesar algo tan inesperado como eso.

—Dijiste que eras su admirador, y los dos fueron a la misma universidad. No te dio mala espina cuando lo conociste, ¿o sí?

—No sé nada sobre nuestra conexión universitaria, pero no me siento muy seguro después de eso.

—Te lo dije, la reacción de Hodaka significa que pensó bien de ti. ¿Sigues desilusionado por eso?

—No del todo, señor —Toya contestó cansinamente. No quería que Makihara pensara que estaba siendo infantil por pensar demasiado.

—¿Entonces, cuál es el problema? Tienes un excelente historial con tus autores, y creo que te llevarás bien con Hodaka. E incluso si no puedes, todos los demás están ocupados. El editor en jefe está en el hospital, así que yo también estoy atareado. De todos modos, no trabajarás con Hodaka hasta el año entrante, así que por el momento no tendrás demasiado trabajo extra.

Toya no pudo pensar en que decir. Era demasiado repentino.

—Además, siempre entrega sus trabajos a tiempo, por lo que no tienes que preocuparte por eso. Oye, ¿por qué estás tan callado? ¿No quieres esta asignación?

Por supuesto que la quería. En verdad, rebosaba de alegría. Pero era difícil reaccionar ante tal felicidad. Había sonado con este día incluso antes de unirse a la compañía, pero no se imaginaba que su deseo se cumpliría tan rápido.

Toya siempre había sido conocido como un buen trabajador con una personalidad amable, pero su apariencia a menudo interfería y lo hacía víctima de habladurías. Tendía a carecer de auto confianza, así que aunque pensará que tuviera un excelente historial de rendimiento, solía no ser reconocido. Así que encontró difícil de creer que se le ordenará el hacerse cargo de la edición para Kai Hodaka. Debía haber alguien más calificado para ese trabajo.

—Es sólo que es difícil de digerir.

—Va a ser efectiva desde el próximo jueves. Irás a ver a Hodaka a su casa. Deberás tener libre tu horario por la tarde.

Entonces, sin más explicaciones, Makihara murmuró, —bueno, de vuelta al trabajo—, y desapareció en el pasillo.

La boca de Toya comenzó a abrirse, pero la cerró firmemente de nuevo. Este era un asombroso golpe de buena suerte, y no tenía ninguna idea de cómo reaccionar.

The Guilty | El culpableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora