Capitulo XIV

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Capítulo XIV final:

Para cuando cumplí los seis meses de embarazo había dejado de hablarle a Thomas, se había vuelto loco, negándome la salida de la mansión, y con guardaespaldas siempre tras de mí, permitía que mi hermana y mamá Vilka vinieran a visitarme cuando quisieran pero a mí se me prohibía salir de los terrenos de la casona.

Había dejado de nadar en el lago y de salir a caminar por los bosques quizás aquello mismo propició que enfermara, deprimiera y comenzara a deteriorarme para el séptimo mes de embarazo mi cuerpo casi no podía sostener ni enorme vientre de fue entonces que Thomas decidió actuar y ceder, por lo que dejó varios de sus negocios a sus hermanos para ayudarme a pasear por el bosque y acercarme al lago.

Al principio siempre estaba en silencio pero conforme pasaban los días comenzó a contarme de su día en el trabajo, los proyectos, problemas e incluso trivialidades como sus almuerzos en la ciudad, o lo mucho que extrañaba discutir conmigo.

Se disculpó cientos de veces por todo lo que había dicho aquella noche en el bosque, y por todas las actitudes que había impuesto en post de protegernos si bien sabía que no era lo correcto habría hecho lo necesario para conseguir que su familia estuviera intacta.

Para cuando los nueve meses llegaron, yo ya había recuperado energía y todos decían que me veía mucho más animada y feliz, como se supone que una mujer embarazada debe estar, la tranquilidad que me provocaba estar cerca de la naturaleza había traído nuevamente mi equilibrio, fue por eso que cuando entré en labor de parto me mantuve tan quieta como las aguas del lago mientras en la casona Polly había armado todo un escándalo.

Suspiré mordiendo la manzana mientras pataleaba en el agua sentada en el muelle, me giré al escuchar los pasos tras de mí encontrándome a Thomas caminando mientras arremangaba las mangas de su camisa para agacharse junto a mí y dejar sus manos en mi barriga.

– Polly llamó y dijo que estás en labor – Me habló directamente buscando mi mirada – tiene a todos corriendo en la casa ¿Estás bien? – Volví a morder la manzana observando los destellos del agua – Vadoma, nuestro hijo va a nacer ¿podrías por favor hablarme?

– Aún puedes dejarnos ir...

– ¿Sigues con eso? Después de todo este tiempo sin hablarme sigues con eso... – Guardé silencio cerrando los ojos para contener los dolores – ven a casa llamaré al doctor.

– Prometiste que llamarías a Vilka y a mi hermana – Bufé colocando ambas manos sobre mi espalda baja.

– Vadoma...

– Lo prometiste.

– Ya ya – Se apresuró a decir cuando mi voz se volvió más grave por el dolor, se acercó dejando su mano en mi espalda – ¡ve por Vilka y mi cuñada al campamento! – alzó la voz a uno de sus hombres que esperaba en donde comenzaba el muelle, Thomas se colocó a mis espaldas pasando las piernas alrededor de mis caderas, me recosté sobre su pecho al tiempo en que él acariciaba mi estómago, era la mayor cercanía que habíamos tenido en todo ese tiempo.

El tiempo que pasé en negro me hizo considerar muchas de las cosas que le había hecho y dicho a Thomas para lograr alejarme completamente de él, que no hubiera cedido ni un metro me frustraba; podía escucharlo gritar mi nombre mientras lo sacaban de la habitación, el llanto del bebé, y de mi hermana a Vilka llamándome a gritos. Me preguntaba si estaba muerta, y si no lo estaba dónde demonios estaba, pronto ya no hubo nada.
Cuando desperté era de noche, Thomas permanecía con los codos apoyados en la cama y el rostro escondido entre las manos.

– ¿El bebé está bien? – Thomas se me acercó de inmediato tomando mis manos para acercarlas a su rostro mientras asentía.

– Si, si – Respondió rápido – tu hermana lo está amamantando – asentí tratando de levantarme – quédate en la cama por favor.

Vadoma [{COMPLETA}]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora