-No puedo creer que estés aquí.
-Yo aún no puedo creer lo que vi- dijo Piero mientras bebía un poco de su café. No dije nada, baje mi mirada viendo una dona de chocolate a la mitad y el humo de mi café. -Supongo que ahora no le agrado tanto a ese chico.
-¿Porqué dices eso?
Las imágenes regresaban a mi cabeza, Ignazio y Piero creando un silencio incomodo mientras yo corría a abrazar a mi mejor amigo, Ignazio hizo una mueca demostrando su disgusto que era completamente entendible. Por mas que veía los ojos de Piero aun no podía creer que él estaba ahí, un suspiro que dio Ignazio me trajo de vuelta al momento, los presente pero pareciera que no fue la mejor manera de conocerse, Ignazio solo me dio un beso en la mejilla y subió a su departamento sin decir nada lo cual causo un pequeño vacío en mi estomago lo cual era señal de que algo malo había pasado , Piero se quedó conmigo unos minutos y se había ido para regresar por mi en unas horas y estar donde estábamos en este momento, una cafetería a las 9:30 de la mañana mientras unas cuantas gotas caen del cielo haciendo este ambiente aun más incomodo. Cuando salí de mis pensamientos regresé mi mirada hacia él, en su mirada podía percatar un poco de confusión y enojo.
-Solo fue un mal momento, en otra situación podría presentarlos nuevamente.
-¿Cuanto llevas conociéndolo?- su pregunta me sorprendió un poco
-Unos cuantos meses, no lo se, ¿Qué tiene eso de importante?- movió un poco su cabeza -Es un buen chico, es divertido, agradable y muy lindo...
-¿Lindo?
-Si, lindo- soltó un suspiro demostrando su inconformidad y metió sus manos a su abrigo -¿Qué es lo que te molesta?
-No estoy molesto.- volvió a verme, esto estaba empezando a molestarme por lo cual una idea extraña llego a mi cabeza
-¿Estas celoso?
-¿Qué?, ¡No!- tomo su taza y termino de darle el ultimo sorbo de café -Estoy preocupado por ti, no quiero que te vuelvan a lastimar como lo hizo...
-No...- lo interrumpí -No quiero que hables de él por que no son iguales.
-Kismet... no te voy a decir lo que puede que sea que estés haciendo mal o estés haciendo bien pero no puedes confiar tan rápido en las personas -
-No fue rápido
-Dime, ¿Qué tan bien lo conoces?- esa pregunta hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo, empecé a pensar en nuestras platicas en las escaleras, el elevador y todo lo que había pasado, sabía que tenía 24 años, vive solo, le gustan las plantas, le gusta bailar, lleva viviendo poco en la ciudad y no tiene mucha familia aquí, da clases de música aun que nunca lo he escuchado... -Kismet-
-Nos estamos conociendo- no encontré otra respuesta más que esa, una tristeza empezó a llenar mi pecho, no conocía a Ignazio tanto como había creído, un pequeño pero incomodo silencio se hizo entre nosotros.-¿Crees que las cosas se vuelvan a repetir?-
-Todo depende de ti- tomo mi mano entre las suyas y me regaló un pequeña sonrisa -tengo que irme y no te traje aquí para hacerte sentir mal- limpió una pequeña lagrima que corría por mi mejilla -¿Qué te parece si salimos dentro de dos días a beber?-
-Sabes que no puedo decirte que no- reímos-
-Ven te llevo a casa, deja de pensar en esto y regálame una sonrisa de esas que extrañaba.
Llegando a casa aun traía conmigo aquel sentimiento de tristeza y confusión, por una parte yo sentía que las cosas iban bien, sentía que con Ignazio el tiempo nunca era suficiente y que algo dentro de mi me hacía confiar en él, pero por otro lado Piero tenía toda la razón, no lo conocía tanto como yo lo había creído hasta este momento y ya hasta nos habíamos besado un par de veces. No tomé el elevador, caminé por las escaleras mientras sacaba de mi bolso las llaves que había podido recuperar apenas hace unas horas, me detuve al llegar a mi puerta, ¿Ignazio estará enojado conmigo?, era una pregunta que difícilmente podría sacar de mi mente, un pequeño impulso me llevo a las escaleras nuevamente para empezar a subirlas hacía el departamento de él. me detuve el llegar, ¿En verdad estoy haciendo esto?.
Llamo a la puerta una vez y nadie contesta... quizá estará ocupado y no me escucho o algo por el estilo.
Llamo por segunda vez y me digo a mi misma que no debería estar ahí.
Llamo una tercera y lo único que logro escuchar al recargarme en su puerta es una pequeña voz que me suena familiar y al reconocerla se que es una estación de radio. Será mejor que regrese a casa y hable con él otro día.
-¿Kismet?- una voz suena a mis espaldas y al mirar ahí esta él. No se como, pero siempre logra que mi corazón se acelere.
Perdón por la tardanza, han sido tiempos difíciles para mi.
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Átame a tu recuerdo.
RomanceEra una noche de Diciembre cuando te recorde Tal vez era la noche más solitaria de mi vida. Quizá nunca te hubieras ido.