Átame a tu recuerdo.

Sombras.

Había mucha gente, el lugar era muy grande, no sabía en donde estaba. Comencé a caminar ¿Cómo es que había llegado ahí?, mientras mas caminaba más empezaba a entender en donde me encontraba, era una estación de tren, por mas que caminaba no lograba encontrar la salida y algo dentro de mi no me dejaba parar.

Esto no puede estar pasando. Creí haberlo visto y camine hacía él.

-¿¡Ignazio!?- empecé a correr al ver que él se alejaba, realmente no había visto su rostro pero algo dentro de mi sabía que era él. Por fin, llegué a la salida,  vi como lentamente él empezaba a desaparecer. -¡Hey!- se detuvo.

Cuando se dio la vuelta pude ver su rostro, no, no podía ser él de nuevo.

Di unos pasos hacia atrás y él siguió su camino, empezó a llover, la lluvia era tanta que no lograba ver mas allá de un metro, eso no me intereso.

-¡Detente!- grite con todas mis fuerzas mientras corría bajo la lluvia, no lograba encontrarlo, me detuve y pude sentir lo tibio de mis lagrimas en mis mejillas, era lo que la diferenciaba de las gotas de agua.

-Kismet- su voz me hizo temblar, estaba detrás de mi.

-No debías irte.

-Estamos mas cerca de lo que puedes creer- puso su mano en mi hombro.

Grite. Mi corazón estaba latiendo tan rápido que por un momento imagine que se saldría de mi pecho y se iría a ocultar.

Miré el reloj, eran las 5:24 am apenas habían pasado un par de horas desde la ultima vez que vi a Ignazio, la música había acabado.

Respire profundo, todo había sido un sueño.

Pero...¿Porqué él?.

Abracé mis piernas y miré por la ventana.

Tranquila, solo fue un sueño.