«uno»

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Haise mira al otro costado de los casilleros, encontrándose con Christopher y su novia Lauren. Los dos se están besando como si estuvieran en una película para adultos. Las manos del castaño bajan por sus costados hasta sus nalgas, apretando estas. Con las mejillas sonrojadas se da la vuelta, mirando hacia su casillero.

Por unos instantes recuerda el día que conoció a Christopher en el kínder.

—Me gustan tus lentes. —el castaño dice, haciéndola sonreír.

Los niños en la escuela se burlan de ella por usar lentes y a veces se los quita por pena, lo que la deja viendo borroso y teniendo accidentes a causa de eso.

—Soy Christopher. —le sonríe, extendiéndole la mano.

—Haise. —dice en un tono tímido, mientras que las mariposas en su estómago hacen un revoltijo.

Desde entonces le ha gustado Christopher, y mientras los años pasaron los dos fueron por sus caminos separados, pero a ella le sigue gustando.

—¿Y ahora a ti que te pasa? —Richard, su mejor amigo, cuestiona con la ceja alzada detrás de ella, sacándola de sus pensamientos.

—Hola Rich. —la pelinegra se da la vuelta para saludar al moreno de beso en la mejilla.

—Entonces, ¿qué te pasa? —él sigue insistiendo, mirándola con los ojos entrecerrados.

—Hm. —hace un ruido, apuntando con la boca a dónde están Christopher y Lauren.

La escena ha escalado, ahora él la esta acariciando a través de sus jeans, haciendo que la chica se retuerza de placer.

—Puta madre. —el moreno maldice. —sucios exhibicionistas. —hace una mueca de asco.

—No te hagas el santo. —Haise lo molesta, poniendo sus ojos en blanco.

—Por supuesto que lo he hecho, pero no en un lugar público. —se encoje de hombros. —anda, date prisa o si no llegaremos tarde. —toma su mochila del piso, poniéndosela en el hombro.

—Pero miren a quiénes tenemos aquí. —la voz de Lauren hace que los dos la vuelvan a ver. —uno de los chicos mas guapos de la escuela junto a la mosquita muerta. —agrega en tono burlón, mirando a Haise de pies a cabeza.

La pelinegra agarra su cárdigan, encogiéndose en si misma, tratando de esconderse detrás de este, bajando su cabeza en vergüenza. A Lauren siempre le ha gustado burlarse de ella por la forma en que se viste y nunca se ha defendido de eso.

—Ya veo que no se te ocurrió otra forma de molestar a Haise durante el verano. —Richard dice, sabiendo que su amiga no dirá nada. —eso esta fuera de temporada, corazón. —le guiñe el ojo, dándole una sonrisa burlona.

—Tu pedazo de... —

—Vámonos Lauren. —Christopher la detiene, tomándola del brazo y jalándola para su salón de clases.

Cuando ambos y sus seguidores están fuera del alcance auditivo Richard vuelve a ver a Haise con carita de pocos amigos.

—¿Por qué carajos no te defiendes de ella? —

—No vale la pena. —la pelinegra se encoge de hombros.

—Te imaginas la cara de esos dos y de todo su grupito de seguidores si te vieran como Ma... —

—Nunca lo harán. —ella lo interrumpe.

—¿Por qué no? —

—Porque estoy tratando de probar un punto. —espeta frustrada. —y no necesito la aprobación de nadie en esta escuela. —cierra su casillero y camina para el salón de clases.

* * * * *

Haise sonrío ampliamente cuando vio que tenia una clase a su elección y eligió arte, su última clase del día. Entra a la clase y ve que hay varias personas del equipo de futbol allí, frunce el ceño pensando que hacen ellos allí cuando una bola de papel le golpea la cabeza. Los chicos en la esquina se burlan de ella, chocando las manos entre ellos.

—¿A ustedes que les pasa, idiotas? —La voz de Richard viene desde la entrada del salón.

—No se que le ves a esa. —uno de ellos dice, mirando a Haise de pies a cabeza.

—¡Oye Chris aquí! —uno de ellos dice cuando el castaño entra al salón.

—Señor Vélez. —la maestra dice desde el escritorio. —tengo un plan para esta clase y usted no se sienta allí. —revisa uno de los papeles. —se sienta con Haise, Richard y Jackie. —

Christopher pone los ojos en blanco y se sienta al lado de Haise, poniendo a la pelinegra nerviosa.

—El primer proyecto que haremos será en grupos, ustedes y las demás personas en su mesa harán una pintura expresando sus sentimientos. —la profesora explica.

—Entonces, ¿qué haremos? —Richard pregunta, mirando a todos en la mesa.

—Puede ser odio o enojo. —Jackie sugiere.

—¿Tu que piensas, Vélez? —el moreno lo vuelve a ver.

—No me importa. —el castaño se encoge de hombros, mirando a sus manos como si fueran la cosa mas maravillosa del mundo.

Por un segundo todo alrededor de Haise se detiene, la voz de Christopher siempre ha tenido ese efecto en ella.

—Piénsale, Vélez —el dominicano sigue insistiendo.

—No. Me. Importa. —él agrega en un tono más tosco.

—Los tatuajes en tus brazos, ¿tu los diseñaste? —Haise susurra, tratando de no tartamudear.

—Si, algunos de ellos. —Christopher responde, trazando su tatuaje mas reciente.

—Bueno, este proyecto es como eso... solo que no va en tu piel, va en un lienzo. —

—Lo se, no soy estúpido. —Christopher pone sus ojos en blanco.

—Lo siento, no quise... —

—¿Sabes que? Solo deja de joderme. —el castaño la interrumpe, poniéndole mala cara.

Haise lo quiere golpear por ser tan idiota, sabe que Richard esta listo para hacerlo, pero pone su mano sobre su rodilla debajo de la mesa y tienen una conversación silenciosa. Su amigo lo deja pasar, pero ella aun no puede creer que todavía este enamorada de ese idiota.





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Dedicado a ValentinaLCV

IT'S IN HER DNA - HAISETOPHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora