«final»

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Cuando Haise se está despertando al día siguiente sus fosas nasales son inundadas con un olor familiar. Sonríe contra la almohada, abrazándola mas fuerte contra ella. Poco a poco va reaccionando y se da cuenta que en su cama no tiene una almohada que huele a él. Abre sus ojos y se encuentra con una almohada negra, frunce el ceño y mira a su alrededor. Jadea ruidosamente cuando mira a Christopher acostado en la cama enfrente de ella. El castaño se remueve en la cama, le toma unos segundos en despertarse completamente.

—Joder. —balbucea entre dientes.

—Ghm. —Christopher gruñe, frotándose los ojos.

Haise se sienta en la cama, su mirada va a su cuerpo notando que solo tiene una camisa puesta.

—¿Qué carajos? —se levanta la camisa para revisar si tiene sus bragas puestas.

—Solo fue para que durmieras cómoda. —el castaño dice, haciendo que ella lo vuelva a ver.

—Hm... gracias. —se baja la camisa de nuevo, buscando el resto de su ropa en la pequeña habitación.

—Tus cosas están en mi mesita de noche. —abre el primer cajón. —te daré privacidad. —camina hacia la puerta.

—Christopher. —Haise susurra. —gracias. —le da una sonrisa.

—Nunca dejaría que te pase algo. —susurra para si mismo mientras sale de su habitación hacia las duchas comunales.

Tratando de vestirse lo mas rápido posible, Haise se pone sus jeans y camisa. Se recoge el cabello en una coleta alta, limpiándose el resto del maquillaje después. No sabe si irse antes que Christopher regrese, o quedarse y hacer la situación mas incómoda. Da vueltas alrededor de la habitación buscando su chaqueta. Su teléfono vibra en sus jeans y ve que es un mensaje de Samantha preguntándole en dónde está.

<<Llegaré en unos minutos

Vuelve a poner su teléfono en su bolsa y revisa que tenga su identificación y tarjeta del banco. Revisa la habitación con la mirada una vez mas antes de caminar hacia la puerta.

—¿Todo bien? —la voz de Christopher la saca de sus pensamientos, haciendo que se detenga de golpe.

—Si. —asienta con la cabeza. —llevo todo. —

—¿Tienes algo que hacer hoy o tienes que estar en algún lado? —

—No. —

—Okay. —entra a la habitación y se sienta en la cama. —ayer dijiste... —

—Ayer no estaba en mis 5 sentidos. —

—Lo sé, por eso no hablamos ayer. —palmea el lado de su cama para que ella se siente. —hagámoslo ahora. —le da una sonrisa tímida.

Con la respiración entre cortada Haise se sienta a su lado, jugando con sus pies. Se queda callada porque no sabe como empezar. La vez anterior que intentó hablar de esta situación Christopher no dejó que le explicara, así que prefiere quedarse callada hasta que él diga algo.

—Ahora entiendo porque me llevaba tan bien con Mazikeen. —el castaño dice, y eso le duele de una u otra forma a ella.

—Nunca intenté vengarme de ti, o de tus amigos cuando me vestía como Mazikeen. —mira a sus dedos como si fueran la cosa mas interesante del mundo.

—¿Entonces porque lo hiciste? —

—Pensé que sería de la única forma que seriamos amigos. —deja salir una bocanada de aire. —ya que tu y yo éramos personas muy diferentes en ese entonces. —traga el nudo que se le ha formado en la garganta.

—¿Sabías que Madison es hermano de Lauren? —

—Por supuesto que no. —niega con la cabeza. —si lo hubiera sabido no hubiera ido al night club esa noche, no te hubiera conocido como Mazikeen nunca. —

—No se como no lo descubrí antes. —niega con la cabeza, dejando salir una bocanada de aire. —ósea, tu y Richard han andado para todos lados juntos desde que se conocieron. —ríe amargamente.

—Porque Richard tiene mas amigos aparte de mi. —

—Pero él siempre andaba contigo, siempre. —juega con sus dedos. —y no es como que te cambiaste el color de cabello... —

—No, pero tú y tus amigos nunca se imaginarían como me vería arreglada. —

—Y ahora eres una combinación de las dos. —él la vuelve a ver, haciendo que ella deje de respirar por un segundo.

—No voy a la universidad con ninguna de las personas de nuestra preparatoria. —encoge un hombro, restándole importancia.

—¿Qué pasó con Richard? —

—Está saliendo con Paulina. —dice con una sonrisa en sus labios. —es un desastre ya que ambos esperan que me ponga de su lado cuando tienen una "discusión". —hace comillas con los dedos.

—Entre tu y yo... ¿en el lado de quién te pones? —cuestiona con una risita en sus labios, una de esas que te hacen reír a ti también.

—No me meto en eso, se los dije desde que me dijeron que estaban saliendo. —

—Buena decisión. —le da unas palmaditas en el hombro.

Se quedan en silencio por unos minutos, ambos mirando a la pared enfrente de ellos.

—¿Estamos bien? —ella pregunta en un hilo de voz.

—Estamos bien. —Christopher pone su mano en su rodilla, haciendo que ella lo vuelva a ver.

Sin decir nada mas Christopher la envuelve con sus brazos, atrayéndola hacia su pecho. Haise toma una respiración de él, aferrándose a él como si lo dejara ir él desaparecería.

—Nunca me iré de nuevo. —Christopher dice de la nada, lo que hace que ella lo vuelva a ver. —eres mi esposa y nunca te dejaré sola otra vez. —

—¿Como? —ella frunce el ceño.

—Érase una vez, un niño llamado Christopher Vélez se casó con una niña llamada Haise Gómez cuando eran pequeños... se juraron amor eterno y esa es una promesa la cuál ninguno puede romper. —él le sonríe.

—Oh. —ella sonríe al recordar esa bonita escena.

Ella se vistió con el vestido de la primera comunión de su  hermana y Christopher apareció con la corbata de su padre.

—Prometí cuidarte y amarte por siempre. —Christopher susurra, acariciando su mejilla. —y si me dejas, cumpliré esa promesa. —

—Por supuesto que si. —ella contesta con los ojos cristalizados, uniendo sus labios.

IT'S IN HER DNA - HAISETOPHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora