Recíproco

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JUNGKOOK'S POV
T/n: Jeon, te quiero. Sé que la jodí, y no espero que me perdones pero quería que supieras que siempre fue recíproco.

Llevaba esperando oír esas palabras salir de su boca hace ya mucho, y ahora que por fin las había escuchado, no pensaba dejarla escapar nunca más. Ella lo había dicho, me quiere. Desesperado por una unión entre ambos me acerqué para sostener su rostro entre mis manos, para así analizar en profundidad sus facciones, esos lindos lunares que adornan su nariz y resto de la cara. Esos ojos resplandecientes que me miraban con intensidad y deseo, ya sabiendo lo que esperaba que hiciera. Sin más dilación junté nuestros labios en una sinfonía de besos, no queriendo que este momento se acabara nunca. Por más que haya probado sus labios anteriormente, no puedo evitar sentirme como la primera vez hace dos años, tan efusivo, tan desesperado. Desesperado por su amor, por ser correspondido. Me inundaba un sentimiento de satisfacción y a la vez consuelo. Nunca antes había desbordado tanta felicidad de mí mismo como ahora.

No sabría decir cuanto tiempo pasó desde que comenzó el beso, pero ambos necesitábamos más, sentirnos en nuestra total plenitud.
La arrastré hasta la cama nuevamente, mientras tanto nos íbamos despojando de las prendas que llevábamos puestas. Quedamos expuestos el uno ante el otro, totalmente desnudos saboreándonos mutuamente. La sensación que me transmitía era indescriptible, lo único que podía pensar era que quería sentirla durante el resto de mi vida.

Ella da el paso y giramos quedando ella a horcajadas encima. Seguimos comiéndonos mientras ella desliza su lengua por la comisura de mis labios, llegando hasta mi mejilla izquierda y siguiendo el camino hasta mi mandíbula. Sus trazos húmedos desataban lo peor de mí, lo cual ella estaba notando al oír mis gruñidos. Siguió su trabajo satisfecha con mi reacción, llegando a la parte baja de mi cuello, cerca de la clavícula. De la nada, muerde una zona carnosa en mi cuello, cosa que me pilla desprevenido. Fue un mordisco suave, aunque excitante. No tardó más de cinco segundos en encontrarse cerca de mi miembro viril, el cual pedía ser el centro de su atención. Lo que no esperaba es que se levantara repentinamente. Yo aún aturdido intento analizar la situación. Ella sonríe mientras se hace una coleta. Joder, me va a dar la mamada de mi vida.

Una vez su suave pelo es recogido en una cola de caballo, se dispone a seguir con lo que había dejado a medias. Estoy demasiado ansioso por cada movimiento que hace, torturándome como ella solo sabe hacerlo. Se acercaba con parsimonia, se tomaba su tiempo. Lo que no esperaba en absoluto fue lo que dijo a continuación.

- Si me pones una mano encima, pararé y te dejaré con las ganas, es un aviso cariño.

Sin más, capturó mi masculinidad entre sus delicadas y expertas manos. La suavidad con la que lo masajeaba me ponía enfermo, haciendo que se me hiciera imposible no querer hundir mi pene en su cavidad bucal. Lame la punta del glande ocasionando jadeos incontrolables en mí, a la vez que inclinaba mi cabeza hacia atrás, disfrutando del contacto. No quiso seguir haciéndome sufrir ya que de un momento a otro toda mi extensión se encontraba envuelta por su boca, sintiendo la punta rozar la pared de su garganta. Llegados a este punto, no razono y me dejo llevar por la lujuria y el placer que me brindaba los movimientos de su capacitada lengua. La forma en que succionaba demostraba lo buena que era en ello, haciendo que me replanteara si era algo innato o que había practicado ya muchas veces.

Mi fuerza de voluntad se debilita por momentos y no puedo soportar no querer tocarla, sentirla. Arrastro mi mano derecha a su coleta algo despeinada y levanto la cadera minuciosamente para poder adentrar más mi miembro. Esto a ella no parece gustarle y detiene el maravilloso trabajo que estaba haciendo. Mierda, estaba a punto de correrme. Limpia la comisura de sus labios, de los cuáles colgaba un hilo de saliva la cual limpio con su propio brazo.

- Te lo advertí, Kookie. Soy una mujer de palabra -todo lo decía como si estuviera regañando a un niño por portarse mal, pero esa malicia escondida mostraba algo más que una reprimenda. Yo respirando entrecortadamente intento decir algo pero ella me lo impide- Shh, Jungkook ha sido un niño malo. ¿Debería castigarlo?

Dicho eso vuelve a situarse encima de mí, rozando nuestras partes íntimas. Noto que ella también está excitada, ya que su mojada intimidad se restriega contra mi palpitante pene. Suspiro inútilmente intentando recobrar mi aliento, esta parte de ella dominante me ponía en demasía. Me hacía querer ver esta parte de ella más a menudo.

- S-sí, castígame.

- Mmh, lindo... Vas a saber lo que ocurre cuando me desobedecen.

Se levanta en busca de algo en los cajones de su  armario, y yo no puedo apartar mi vista de lo intrigado que me encuentro. ¿Qué clase de castigo tenía pensado? Esto de ser pasivo me estaba gustando más de la cuenta.

Sin previo aviso, sitúa una especie de venda en mis ojos e introduce una pelota de goma en mi boca. Yo extrañado balbuceo algo intentando que me de una explicación. Ella solo suelta una pequeña carcajada, lo cual me pone la piel de gallina. Esta especie de excitación no la había experimentado nunca, y ahora me encontraba atento a lo que tenía planeado mi chica.

En un abrir y cerrar de ojos -qué irónico sabiendo que no puedo ver nada- agarra firmemente mi miembro y desliza su mano bruscamente de arriba hacia abajo. Yo sorprendido nuevamente me inclino sobre el colchón, mientras mis manos arrugan la sábana de la cama. No calculé cuanto tiempo pasó hasta estar casi al límite, pero de repente noto como introduce un dedo por mi ano. Abro los ojos escandalizado por su acto, sin embargo no se siente nada mal. Dejo que continúe, volviendo a saborear con su lengua mi longitud. Eso provoca que muerda con fuerza la pelota de goma, que amenaza con romperse de un momento a otro. Ya no daba más de mí, y le aviso como pude entre balbuceos de que estaba a punto de correrme, aún así ella insistió en seguir mamando, hasta que definitivamente consigo llegar a mi punto máximo.

Exhausto por todo lo experimentado, no me doy cuenta de que había quitado la venda de mis ojos, siendo yo mismo quien saca la pelota de mi boca. Ella se acuesta a mi lado, acariciando mi pecho desnudo en lo que yo trato de regular mi respiración.

- Eso... fue... excitante. Muy excitante -logré decir.

Ella me dedica una sonrisa que mostraba su brillante dentadura. Disfruto de su tacto mientras me dedico a acariciar su pelo, del cual despojé su recogido con anterioridad.

-Entonces... ¿te gustó actuar de pasivo?

- Contigo me gusta cualquier cosa. Espero haber ayudado a cumplir alguna de tus fantasías sexuales.

- Oh, créeme lo has hecho. Nunca había hecho lo del dedo en el ano. Es que siempre he leído que el punto g del hombre se encuentra ahí. Verte disfrutar me excitaba bastante.

- ¿Ah, sí? Bueno, podríamos hacer realidad una de mis fantasías entonces -digo convencido. Ella frunce el ceño dando a entender que no sabía de que se podía tratar.

Yo sonrío y me acerco a su oído con la intención de sonar más sexy.

- No hay nada que quiera más en este mundo que tenerte a cuatro delante mía.

El simple hecho de susurrar eso provocó que se le pusieran los pelos de punta. Me miró con los ojos ardientes de deseo y pidiendo suplicantes que lo hiciera. Ahora, era mi turno. El momento que tanto he estado esperando.

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2019 ⏰

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𝙰𝚖𝚒𝚐𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝙸𝚗𝚏𝚊𝚗𝚌𝚒𝚊 ~ 𝙹𝚞𝚗𝚐𝚔𝚘𝚘𝚔 𝚢 𝚃𝚞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora