Scaner de Recuerdos

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A partir de aquí no habrá nombre de capítulo a menos que alguien quiere sugerirme uno :p
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» 16 AÑOS DESPUÉS...

Las jornadas de ese día -gracias al cielo- habían llegado a su fin y ahora solo quería marchar a casa con su mejor amigo para pasar el rato armando la estrella de la muerte como en los viejos tiempos.
Últimamente Peter estaba demasiado ocupado en no sé dónde, haciendo no sé qué, cuando concluía las  responsabilidades con su padre y la abuela o las actividades extracurriculares. Hacía tanto que no pasaban tiempo juntos que comenzaba a sentirse algo abandonado.
La etapa donde los maestros parecen ignorar que sus alumnos tienen una vida propia fuera de la escuela y encomiendan deberes por toneladas era una pesadilla. Por fortuna había pasado hace una semana, así que estaban desahogados.
Algunos días sus maestros solo tomaban asistencias y no dejaban trabajos: Este era uno de esos días. Por fin podría pasar tiempo con él.
Sin embargo, recordó lo mucho  que su amigo estuvo trabajando en un asombroso invento (o lo sería si lograba que esa cosa no estallara en un volcán de baba verde). La fecha límite de entrega para los proyectos era precisamente ese día.
— Oye, Pete. — lo llamó caminando a su lado.
— ¿Uhm?
— ¿Ya entregaste tu proyecto? — Peter cerró su mochila para acomodarla nuevamente sobre la espalda y retirarse la rosquilla con chispitas de colores de los labios. Cuando Ned lo miró lo hizo con ceño ¿De qué estaba hecho Peter que podía comer cajas enteras y no subir ni un gramo? — Luces muy confiado. Supongo que lo entregaste ayer, después de que me dejaste como un tonto con las malteadas en las manos y desapareciste.
— Lo siento. La abuela llamó y tú sabes... — Ned cruzó los brazos como una esposa resentida.
— Dos hermosas chicas me vieron y pensaron que ambas eran para mi... fue patético.

Pero Peter ya no escuchaba la historia de Ned. Recordó que aquel día fueron juntos por un par de malteadas antes de su primera clase que era a media mañana, durante el descanso aprovecharía para entregar el proyecto, al finalizar la jornada irían a la tienda de historietas y por último a casa. Los planes no se concretaron, por el contrario, su sexto sentido se activó alertando del peligro que corría una pareja de enamorados en un callejón. En el acto (y a escondidas de su mejor amigo) salió disparado con la enorme máquina en brazos como si no pesara nada. Con apuro buscó un lugar solitario para cambiar su atuendo por el traje entallado en rojo y azul. Echó el proyecto y también la mochila en un contenedor de basura que parecía abandonado por años. Volvería por ellos más tarde porque ahora los inocentes necesitaban su ayuda.
Al llegar, la pareja gritaba de horror. Había una figura delante de ellos, cuyos sables cruzados formando una "x" en la espalda reconoció. El cuero rojo y la voz le hizo darse una palmada en la frente.
— ¿Ven? Soy el tipo bueno. — decía el sujeto de los sables. El rostro quedó expuesto al retirarse la máscara: Su piel tenía el aspecto de haber sido abrasada por el fuego hasta el punto en que las pústulas reventaron dejando una serie de hoyuelos irregulares. Peter pensaba que le conferían cierto encantó, pero la pareja estaba aterrada con su aspecto. — Creo que no fue buena idea. Pero venga... vamos a darnos un abrazo ¿No? Que tal si te dejas caer y yo te atrapo. — el sujeto dió un paso al frente luego de acomodarse nuevamente la máscara pero la mujer respingó muerta de terror y lo golpeó con su bolso.— Ese no es un abrazo, señorita. Venga aquí, le muestro cómo...
— ¡¡No!!
— Wade. — Peter le llamó y se llenó de ternura cuando esté giró sobre sus talones en el acto, como un cachorro que responde al llamado de su amo. — Los estás asustando. — Los ojos blancos en la máscara de Wade mostraron congoja y Peter suspiró dentro de la suya con ceño de frustración. — Yo me encargo.
— ¡Spiderman! ¡Estamos salvados! — proclamó el hombre que protegía en un abrazo a su mujer. Cuando Peter avanzó hacia ellos lo hizo intentando apaciguarlos.
— Eran unos delincuentes...— explicó la mujer. — ...intentaron robarnos pero él.... ¡Él les cortó las manos y luego trató de pegarlas con cinta adhesiva! ¡Está demente!
— ¡Wade! — Peter no alcanzó a disculparse con ellos por los errores de Wade pues, hasta entonces, notó las salpicaduras de sangre en la pareja y en el traje de su compañero. — ¡¿Que hiciste?! — negó exhausto. Le aseguró a la pareja que no les harían daño, que podían marcharse.

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