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TaeHyung maldijo por sus adentros, gruño y pateleo lo más que pudo, el sonrojo que adornaba su piel no bajaba para nada.— Estúpido mocoso. —dijo de mala gana. Lo único que oía era el agua de la cafetera hervir, sus pies descalzos sobre el frío azulejo sonaban de vez en cuando, la calefacción del departamento era baja, era por eso que sentía frío. Aun así, solo llevaba puesto un camisón largo, que solo protegía parte de sus glúteos.— Vaya noche. —toco lijeramente las marcas sobre sus hombros y cuello, sus labios estaban un tanto irritados, al igual que sentia un dolor leve en sus caderas. Cerro sus ojos recordando perfectamente lo ocurrido.

JungKook lo había despojado de su ropas de dormir, el pelinegro se tumbó encima de él, le comió la boca tan fogosamente que hasta el se sorprendió de no haberlo detenido, recuerda perfecto como el menor descendió sus besos hasta su zona baja, donde también se lo comió, como diría el, su cuerpo solo reaccionó a las caricias, con cada estocada que le daba JungKook a su prostata. TaeHyung gimió el nombre de JungKook toda la noche, le pidió más y más, toco cada parte del cuerpo del menor, esos músculos marcados, acarició con cariño el rostro del menor, donde estaban todos los hematomas de los golpes. JungKook le dio una mirada que nunca le había visto. Se veía feliz. Y raramente TaeHyung también lo estuvo. Fue por eso que se sintió tan avergonzado al despertar desnudo al lado del menor, que había huido a la cocina con la excusa de preparar el desayuno, aunque solo estaba parado como tonto viendo a la pared.— El agua se consumió. —susurro alguien a sus espaldas, sacándolo de sus pensamientos.

Eh~ —su voz salio aguda, sus mejillas se pusieron más calientes, al sentir como JungKook lo abrazo de la espalda, dejándole un par de besos sobre las marcas rojizas.

—Buenos días. —dijo el pelinegro.— ¿Qué hace despierto tan temprano?.

—JungKook, deja de hablarme de usted. —pidio, mientras preparaba el café.— Solo soy mayor que tú por dos años, aún así, no creo que sea correcto que me llames así después de lo de anoche. —confeso apenado. El menor rió bajito, apretando más la cintura del peligris.

—De acuerdo. —musito el chico, TaeHyung se mantuvo callado, suspirando pesado, porque sabía lo que JungKook estaba haciendo.

—B-Basta... Me duele la cintura. —dijo avergonzado. Pero JungKook no se detuvo, él solo subió el camisón del menor, tanteo la entrada aún dilatada del peligris, metió un dedo simulando embestidas con el mismo.— JungKook, para. —pidio. Aunque no estaba poniendo mucha resistencia que digamos.

—Tu solo gime. —ordeno. TaeHyung bajo la cabeza avergonzado, se sostuvo de la encimera, respirando pesado al sentír como JungKook entraba en el lenta y tortuosamente. Con movimientos profundos que lo hacían gemir alocado.— Eso Hyung, así. —JungKook lo toco por todas partes, lo estímulo con su propia mano, encantado de escuchar como el mayor gemía, con la cabeza hacia atrás, sus manos sujetándose lo mejor que podía, sus piernas abiertas a cada lado dándole una mejor entrada, JungKook subió el ritmo de la embestidas, más veloces y voraces, gruñía agudo, limitándose a escuchar como TaeHyung le pedía más.— Estoy a punto de llegar. —dijo dificultoso, sintiendo como su mano era embarrada por la esencia del peligris y poco después el, lo lleno con su propia esencia.

—JungKook... —susurro TaeHyung, viendolo por sobre si hombro, su rostro un tanto sudado, con las mejillas rojas.— Sal de mi, por favor. —El menor rió, igual de avergonzado, poco a poco salió del interior del mayor, viendo con morbo como la entrada del peligris escurría semen hasta llegar a sus piernas. Bajo el camisón del mayor aún admirando como sus sustancias bajaban por las piernas del chico. JungKook no dijo nada y solo se subió los pantalones deportivos y volvio a abrazar al mayor por la espalda, pegó su rostro al cuello del mismo, disfrutando de la calma que le traía el cuerpo ajeno.— ¿Café?.

—No me gusta el café. —murmuro somnoliento. Tener sexo toda la noche, madrugada y por la mañana lo habían dejado agotado.

—A mi tampoco, pero debo tomarlo o me quedare dormido en el trabajo. Al cual ya voy tarde. —dijo el peligris, viendo la hora desde el reloj de pared.— ¿Tienes escuela?.

—Sí, pero las clases que me tocan empiezan a medio día. —TaeHyung hizo un sonido afirmativo, tomado el café cargado, sus piernas temblaban, pero agradecía que JungKook lo abrazara y así no callera.

—Debo tomar una ducha. —dijo después de tomar toda la bebida, espero a que el pelinegro dijera algo, pero no, solo escuchaba su respiración pausada.— ¿JungKook?. Debo ir a trabajar.

Ajá. —respondio. El peligris no sabía cómo decirle que lo soltara.

—Puedes seguir durmiendo si quieres, como ya te dije, voy tarde al trabajo.

—¿Por qué? —pregunto JungKook.

—¿Por qué qué?. —dijo sin entender. JungKook lo soltó, TaeHyung se agarró de la encimera para no caer.— Oye. —reclamo. Volteo a ver qué le ocurría al menor.

—¿Por qué quieres atraparlo?.

—¿Disculpa?. —el mayor levanto una ceja, sin entender aún.— ¿A qué te refieres?.

—¡¿Por qué quieres capturar al Conejo Asesinó?!. —no hubo una respuesta al principio. TaeHyung solo lo veía sin saber que decirle, algo dentro de él le dio la leve sospecha de que:

—¿A caso eres él?. —y JungKook le mostró una de las sonrisas más falsas que TaeHyung haya visto.

—Si TaeHyung soy el. —respondio seco. TaeHyung se congelo en su lugar, esperando algún ataque. Pero lo único que consiguió fue que JungKook lo abrazara de nuevo, ocultando como siempre su rostro en el cuello.— No seas idiota Hyung, si fuera el ya te hubiera matado. —el mayor sintió un extraño alivio a escucharlo decir eso. El pelinegro se alejo un poco de él, tenía una mueca de frustración.— Solo te pido que tengas cuidado.

—Acabas de hacer que casi me orinara Jeon JungKook. —reprocho.— ¿Y ahora me dices que tenga cuidado?.

—Sí.

TaeHyung rodó los ojos, sin entender el comportamiento del pelinegro.— Al Conejo Asesinó le gusta jugar con tu mente, es un sociopata de primera.

—¿Cómo sabes tanto de él?. —el menor hizo una mueca, abrazando fuertemente a TaeHyung, cosa que al peligris ya se le estaba haciendo costumbre. JungKook lo hacía cuando estaba Incómodo.

—Ya te lo dije, paso mucho tiempo en lugares de mala muerte.  —TaeHyung asintió, dejando que el pelinegro le diera la razón de la duda.

Pero TaeHyung recordó algo que su jefe le había hecho saber.

El Conejo Asesinó actúa inocente, se ve inocente. Pero es todo lo contrario.

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Ahí está su Smutt.
One

The ℛabbit Killer. © |KookTae| #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora