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                                                             Dante

Los segundos y terceros pensamientos se lanzaron alrededor de mi cabeza mientras estaba fuera del Bar Belle. Habíamos comido en este lugar en varias ocasiones antes y había sido grandioso, un ambiente animado, pero ahora que pienso sobre ello, nunca había visto realmente niños pequeños o bebés ahí. Emma estaba dormida en su porta bebé, su cara vuelta hacia un lado contra mi pecho, pero no podría garantizar que permanecería de esa forma una vez que hubiera entrado. Solo eran las 07:30, pero mirando a través de la ventana, vi que el lugar estaba un poco más lleno de la mitad. Aunque no podría ver a Adam, lo cual quizá era mejor. Ojalá que él no me hubiera notado tampoco. Un rápido saludo a mis amigos, tal vez un trago y después podría irme…

Revisando a Emma mientras estaba dormida, entré. El olor a cerveza agria, vino dulce, ligero perfume y axilas sudorosas ―todo mezclado y otras cosas― me golpeó de inmediato, seguido rápidamente por el ruido de las charlas, risas y alguna clase de vieja música de jazz. Copas sonando, una puerta golpeando en algún lugar en la distancia ―cada sonido vibrando. El problema era, que para llegar al área de restaurant tenías que caminar por el ruidoso bar. Miré a Emma ansiosamente. Era más tarde de su hora de dormir y sonaba como que estaba dormida, pero ¿por cuánto tiempo se quedaría así?

―¡Dante! Estamos por aquí. ―La voz de Collette sonó sobre el ruido en general.

Volteando, la vi poniéndose de pie y dirigiéndose hacia mí. Josh, Logan y al menos siete u ocho personas más estaban en una esquina del restaurant. Se sentaron en una mesa larga donde había bebidas y botanas. Collette se veía bien como siempre. Vestía una camiseta rojo sangre y unos jeans negros. Sus grandes ojos cafés y almendrados brillaban mientras me sonreía. Su cabello estaba recogido en una coleta trenzada hacia atrás, y aretes como largas y delgadas gotas de oro caían sobre su piel. Mi amigo Josh estaba sentado a su lado. Como era usual, su cabello castaño claro había sido peinado con gel separándose por milímetros como siempre. Estaba sosteniendo su botella de cerveza como si fuera un amigo que no hubiera visto en mucho tiempo y por la vidriosa y feliz mirada en sus ojos azul oscuro, ésta no era la primera.

Miré hacia abajo a Emma de nuevo. ¿Cómo la iba a explicar? Mi decisión de traerla conmigo estaba comenzando a oler como uno de sus pañales usados. Esto podría tornarse complicado. Me dirigí hacia Collette y los demás.

―¡Hey amigo! ―Josh sonrío mientras me acercaba.

―¡Hola! ―sonreí.

―¿Qué demonios? ―Josh no fue el único en exclamar, al fijarse en lo que estaba llevando.

―Así que, ¿cómo están todos? ―pregunté, como si no hubiera nada mal.

Josh movió sus pies así que podría sentarme entre él y Collette.

―Hola Collette ―sonreí, inclinándome hacia adelante.

Ella trató de contestarme el beso de saludo, pero la bebé se interpuso en el camino.

―¿Qué es eso? ―Josh apuntó hacia el contenido del porta-bebé atado alrededor de la parte superior de mi cuerpo.

―¿A qué se parece? ¿Una patata?

―¿Trajiste un bebé? ―preguntó Logan.

Logan era delgado pero fuerte. Corría al menos diez kilómetros cada día antes o después de la escuela y estaba en muy buena forma ―y demonios, se aseguraba que todos supieran eso.

Boys Don't CryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora