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Dante
Emma tuvo su primer cumpleaños, con un pastel y una vela. Cantamos “feliz cumpleaños” y le ayudamos a soplar la vela. A ella le encantó. Y también los juguetes y la ropa que recibió como regalo de mi padre, mi tía y mi hermano; más animales de granja y un juego de bloques del alfabeto de papá, un vestido amarillo y botas a juego de parte de Adam y dinero de la tía Jackie. Papá sacó su cámara, cuyo estuche estaba cubierto de polvo, y tomó suficientes fotos para llenar una docena de álbumes de fotos. Era como en los viejos tiempos. Me hizo sonreír verlo trabajar con su cámara de nuevo. Todos posamos sosteniendo a Emma, caminando con ella, levantándola sobre nuestras cabezas, meciéndola, sentada en nuestros hombros (a ella en serio le gustó esa). Lo que fuera, papá quería una foto de eso. Y a Adam le encantaba, por supuesto. Pongan una cámara sobre él y brilla como champaña. Pero incluso él se hizo a un lado para que Emma pudiera ser el centro de atención. Todos estábamos a su alrededor como abejas—y a ella le encantaba.
Fue un buen primer cumpleaños.
Una semana después fue mi turno. Mi cumpleaños número dieciocho llego pero estaba seguro como el infierno de que no necesitaba un pastel y no quería regalos.
―Si quieren gastar dinero, cómprenle algo a Emma ―le dije a papá y a Adam.
Papá no necesitó que se lo dijera dos veces.
No tenía planes de ir a alguna parte o de hacer algo para mi cumpleaños, pero papá impuso su voluntad: ―Dante, tú y tu hermano salgan y disfruten. Es tu cumpleaños, por amor de Dios. Vayan y cenen o vean una película—yo pago.
―¿Qué hay de Emma? ―fruncí el ceño.
Papá levantó una ceja. ―Yo la cuidare.
―Mmm… no creo que sea muy buena idea si Verónica se aparece ―dije yo.
No había tenido más noticias de Verónica, la hermana de Collete, pero no dudé ni por un segundo que ella regresaría. Ella se abalanzaría sobre mí como la espada un Damocles.
―Verónica esto, Verónica lo otro ―rechazó mi papá―. Es tu cumpleaños. Solo tienes dieciocho una vez y no te hace mal padre salir una noche sin tu hija de vez en cuando. Ve y disfruta. Adam saca a tu hermano y recuérdale como se sienten los buenos tiempos. ―Metió la mano en su bolsillo y sacó algunas notas―. Vayan, ustedes dos. Salgan y diviértanse un poco ―insistió.
No estaba seguro de eso. Tomé a Emma y le expliqué. ―Papi va a salir, pero solo por un rato. Estaré de vuelta antes de que lo notes.
―¡Oh, por Dios! ―exclamó papá―. Vas a salir un par de horas, no te vas a ir a una expedición a la Antártica. Emma estará perfectamente conmigo. Ve.
Para ser honesto, ¡se sentía bien dejar la casa y no estar empujando un coche!
Papá llevó a Emma hasta la puerta para vernos salir. ―Dile adiós a papi, ―le dijo a Emma― despídete de papi.
―Dannggghh ―dijo Emma, despidiéndose de mí.
―Adiós, Emma. Nos vemos pronto ―me despedí de vuelta. Realmente no estaba seguro de esto. Estaba a punto de devolverme cuando Adam agarró mi brazo, arrastrándome lejos.
―Dante, deja de ser tan patéticamente triste ―me dijo.
―De acuerdo, de acuerdo ―le concedí.
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Boys Don't Cry
Teen FictionA Dante, le espera un futuro brillante en la universidad y una carrera como periodista, pero el día que está previsto que estos lleguen, su antigua novia Melanie regresa inesperadamente… con una bebé. Él asume que ella está ayudando a alguna amiga...