c a t o r c e

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—me voy a cambiar, ahora bajo— le dije a matu que salía de mi pieza.

—vale.

opté por ponerme un buzo de mateo; de adidas blanco y negro, lo amaba y a matu también jaja. me cagaba de frío y era raro en verano pero hoy hacía frío. me puse un short de adidas también que me dejó ania y unas chanclas.

—acá estoy— dije entrando al salón.

—te queda mejor que a mi— alagó haciendo referencia al buzo.

—¿donde van?— preguntó mi tío al ver que mateo se paró.

—pá, no te importa— soltó ania.

—ah ya entendí— levantó las cejas y yo me tenté, volteé a ver a mateo y estaba sonrojado. no man que tierno. le agarré las mejillas y le sonreí.

—vamos— agarré la mano de mi amigo y salimos de ahí.

—¿donde vamos?— preguntó mateo una vez afuera.

—a la playa— él asintió y caminamos agarrados de la mano en un silencio cómodo hasta allá.

cuando llegamos nos sentamos en la orilla.

—mateo— me miró.

—¿si?— tenía las re ganas de comerle la boca bldo pero no me atrevía.

—¿te acordas de lo que te prometí hace un tiempo?— este asintió sonriente.

me entró el cagaso.

—matu es que quiero pero me da miedo— dije y él se tentó.

—¿es la primera vez?— asentí —bueno yo te ayudo— dijo y palmeó sus piernas —sentate— sonrió sin mostrar sus dientes.

me subí a horcajadas y me ruboricé. me abrazó por la cintura y se escondió en mi cuello, donde empezó a dar suaves besos. me encantaban, mucho. hizo un caminito desde mi oreja hasta mi barbilla y cuando estaba por darme el beso me miró como pidiendo permiso y asentí.

al fin, al fin sentía sus carnosos y suaves labios.
a mitad del beso mateo abrió un poco la boca pidiendo permiso para meter su lengua en la mía, con miedo la abrí. fue una de las mejores decisiones de mi vida sinceramente. su lengua recorría cada parte de mi boca al igual que la mía. nos separamos y lo miré con una sonrisa.

—te amo— me sinceré, me salió solo.

—yo más— dijo e hizo que me saliera una sonrisa tonta.

—mateo— hizo un sonido para que prosiga —quiero que seas el primero en todo —él asintió con una sonrisa que hizo que se le achinaran los ojos.

—juli, ¿nos metemos?— propuso mirando el mar.

—me da miedo.

—estas conmigo, no tengas miedo— dijo re cursi.

—ah no man sos re cursi vos— solté y él se rió.

—dale vamos— negué y él me miró sonriente.

estaba encima suya así que como pudo se paró conmigo aúpa.

—o te metes o te meto— sonrió.

—bueno dale banca— sonrió orgulloso y yo me bajé.

me saqué el buzo y los pantalones.

—¿me meto con la remera?

—si querés.

decidí quitármela, al fin y al cabo iba en ropa interior y si quería algo con mateo tenía que confiar en él y no tener vergüenza. cuando me la quité me miró sorprendido. él se quedó en bóxers y me pilló la mano para entrar. cuando llegamos a una parte que cubría maso maso me subí a él cual koala, cara a cara. le miré los labios y obvio que quería repetir pero no sabía si se iba a apartar.

—dale, quítate las ganas— susurró con voz ronca.

acuné su cara con mis manos y volví a besarlo.
esta vez me atreví y fui yo la que decidió pedir permiso para meter mi lengua. y de un beso lento pasó a ser uno desesperado. bajé mis manos al abdomen de mateo y hacía dibujos en él sin dejar de besarle. luego pasé mis brazos por su cintura y al igual que en su abdomen hacía dibujos. a medida que se hacía más intenso quería sentirlo más pero era imposible, estábamos pegados. en un movimiento pude sentir algo bastante ejem... duro. rápidamente me rescaté de que era su pija. cuando rozó con mi parte íntima solté un pequeño gemido.

•••

no man perdón por esto soy una mierda pero al fin chaparon. 🤪

veranos; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora