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julieta

tres días pasaron sin clases. todo piola.

—juli ya está acá el tío.

salí desganada de mi pieza con mi valija.
oí dos voces masculinas en el recibidor.
manuel y abian. seguro.

—mirá, si está re grande— sonrió mi tío viniendo a abrazarme. yo solo sonreía falsamente porque ni ganas de irme ¿viste?
mi primo se acercó y me saludó y abrazó.

—ania, martin y mateo ya están allá— dijo mi primo a lo que yo asentí. ¿mateo? quien carajos era ese.

—no sabía que tuvieron otro hijo— solté con el ceño fruncido mirando a mi tío a lo que él y manu soltaron una carcajada.

—mateo es el mejor amigo de manuel, es como de la familia— yo asentí avergonzada.

en el camino iba escuchando música. tumbando el club salía de mis audífonos. vi que manuel se volteó dispuesto a decir algo así que me saqué el audífono derecho.

—tenés 18 ¿verdad?— asentí —viste pa— le dijo a su padre.

volví a ponerme los audífonos y miré por la ventana hasta que vi la casa de mi tío.
un pibe morocho con mechas rubias estaba en la pileta con martin. ania estaba sacando fotos con su celular a los pibes que jugaban en la pileta.

—llegamos.

—manuel— le dijo a su hijo —la llevas a su pieza para que deje la valija y después le presentas a mateo, ¿si?— mi primo asintió y bajó del auto al igual que yo.

seguí a mi primo hasta lo que supuse que era mi pieza.

—está será tu pieza— dijo abriéndome la puerta de esta, era la que siempre tuve cuando venía acá de chica —la de allá es la mía— señaló —esta la de ania, acá la de mi viejo y martin y la de enfrente tuya es la de mateo —enumeró mientras señalaba y yo asentía.

entré, observé toda la habitación. tenía una pequeña terraza que daba a la mesa exterior, la casa del árbol se veía genial desde acá y vi un columpio bajo de esta. más allá de la verjas podía ver el mar y mucho campo. sonreí al ver las vistas.

—lindas vistas— dijo manuel.

—si.

—¿cómo estuviste?— no cambió, es igual de tímido que yo.

—bien, ¿vos?

—bien, vení te presento a mateo ¿dale?

lo seguí hasta la pileta. martín se secaba con la toalla de espaldas con ania al lado suyo y pude ver al pibe de antes que los miraba sonriendo.
supuse que era mateo. era muy lindo. tenía el torso mojado y marcado. ah pará pensamientos anti family friendly NO.

—relámpago está es julieta.

el pibe me miró frunciendo el ceño y luego sacudió su cabeza y se acercó a saludarme.

—un gusto, soy mateo— me sonrió.

—prima— se acercó ania a abrazarme —te extrañé.

—yo también— le sonreí y mi primo pequeño vino a repetir la acción de su hermana.

•••

veranos; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora