s i e t e

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3:45 de la madrugada. un golpe en la puerta me despertó.
—juli, ¿estás despierta?

—ahora sí— dije de mala gana.

—permiso— abrió la puerta —¿te jode si duermo con vos?

—¿por?— me fijé como pude en su cara. tenía los ojos hinchados— pará mateo, ¿lloraste?— asintió y palmeé mi cama para que se acostara.

—gracias juli— me abrazó por la cintura. esta vez no sentí tanta incomodidad pero aún así estaba rara, nunca en mi vida un pibe me trató así. mateo también se me hacía distinto, parecía que lo conocía de toda la vida.

5:46 de la madrugada. oí un sollozo a mis espaldas y noté que ya nadie me estaba agarrando por la cintura. me volteó al lado de mateo y lo encuentro sentado en la cama llorando.

—eu vení— se acostó quedando cara a cara conmigo y  me avivé y  lo abracé, él aceptó el abrazo y suspiró en mi cuello. puse una pierna entre medio de las suyas y noté como paró de llorar.
sonreí y volví a caer en el sueño.

7 de la madrugada. salí de la cama viendo a un mateo re dormido y con una pequeña sonrisa en su cara. entré al baño y me cambié para salir a correr. cuando salí del baño vi a mateo sentado en la cama mirando su celular.

—buen día— sonrió.

—buen día, perdón por despertarte.

—fue— se paró —voy con vos.

—¿seguro?— asintió y salimos —primero desayunemos.

después de desayunar fuimos a correr.

—juli ya me cansé— oí que decía mateo muy atrás mío bastante cansado.

—sos un cagón— paré y me volteé para esperarlo.

—che salimos hace 2 horas, ¿donde mierda estamos?— me hundí de hombros —tengo calor.

—mateo deja de quejarte wacho.

—che vamos a la playa boluda— me negué.

—vine a correr no a la playa— él se hundió de hombros y vino corriendo hacia mi para agarrarme cual saco de patatas y así meterme al agua —wachin, ¿te gusta meterme así al agua o que onda?

—pensé que te ibas a enojar— se rió quitándose la remera.

—nah que boludez— sonrió —eu— me miró —¿por qué llorabas?

—¿podemos hablar más tarde de eso?— asentí.

jugamos por un rato en el agua. me abrazó jugando y yo acepté el abrazo, me quedé mirando sus ojos. estábamos por chapar de vuelta pero algo nos interrumpió. el teléfono.

—¿si? hola mi amor— oí que decía y ahí fue cuando sin que se diera cuenta me fui. ¿amor? ya me boludearon de vuelta la concha de la lora. manga de giles son los pibes. algunas lágrimas salieron de mis ojos pero rápidamente las quité.

—juli, ¿y mateo?— dijo mi primo desde una de las hamacas.

—no sé.

—¿comiste algo?— asentí —¿y donde fuiste?

—salí a correr.

—¿por qué estás toda mojada?— preguntó riendo.

—el siome de tu amigo me tiró al agua.

—que gil— rió y asentí.

—voy a cambiarme— señale la planta de arriba.

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dale no se ortiven fekas voten 💘

veranos; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora