Cuarenta y uno

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Poco le importaba si se lastimaba o algo por el estilo. De hecho eso era lo de menos en ese instante, lo que más deseaba era lograr llegar a tiempo para dar un abrazo al mayor, aunque sea el último.

Empujaba a cada persona que se cruzaba en su camino, aunque estas le dirigieran una mala mirada. Siguió avanzando entre aquella multitud esperan que el avión aún no despegará.

— ¡Minho hyung!— gritó con lágrimas en sus ojos llamando la atención de muchos en el aeropuerto. Su pie tropezó con el equipaje de uno de los pasajeros que esperaban su avión.

Al mismo instante, observó cómo el vuelo donde Minho viajaba, despegó.

AT MY DOOR LOVE NEVER CAME BACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora