Cuarenta y siete

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Había tomado su mano, aunque el de pecas no pareció darle importancia para él si la tenía. Y mucha.

Quería recordar cada poro de su piel, la suavidad de esta, quería que su sonrisa quedará grabada en su memoria al igual que su rostro. Su bello rostro. Quería llevar el sabor de sus labios consigo, probarlos por una última vez.

Quería volver a pegar las piezas rotas de su corazón.

Quería que Felix volviera a brillar. Solo una vez más, incluso si ese brillo no era para él. Sonrió en cuanto el menor gritó de la emoción al ver la enorme sala de videojuegos.

Bien, vamos—Me llevaré tu sonrisa como último recuerdo.

Los estoy subiendo lentamente, porque no quiero que termine ;;

AT MY DOOR LOVE NEVER CAME BACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora