prólogo

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Sentía que hoy la vida le sonreía, era su oportunidad perfecta para confesarse, Mangel y Pol habían salido a comer y ellos se habían quedado solos al terminar el vídeo.

Ahora solo necesitaba sacar toda su fuerza de voluntad para no echarse para atrás.

Estaban sentados en la cama mientras veían sus celulares, Raúl acostado en el lado de las almohadas y Rubén del lado contrario, la habitación se encontraba en un profundo silencio.

-Tio, ya me he aburrido, ¿Quieres salir a caminar? -dijo Rubén rompiendo con el silencio y volteando a ver al contrario.

-Chaval, hace media hora dijiste que no querías salir -respondió Raúl mientras despegaba su vista del móvil para mirar fijamente al más alto.

Giró su vista hacia el gran ventanal, le parecía difícil mantener el contacto visual en estos momentos.

-Vamos, no seas aguafiestas -tenía que convencerlo antes de que el mismo se echará para atrás.

-Vale vamos, que yo ya comienezo a dormirme -termino por aceptar Raúl.

(...)

Caminaban por la banqueta mientras Raúl hablaba muy emocionado de su gato o como él solía llamarlo "su hijo", movía las manos mientras miraba enfrente y Rubén sonreía bobamente teniendo la vista fija en el , no le estaba poniendo mucha atención, la verdad es que estaba más concentrado en lo tierno que se veía y en como demonios debería pedirle una oportunidad.

Pensaba en que si tal vez tenía suerte podía encontrar un carrito de nieves, invitarle una, sentarse en la banca de un parque y soltarlo, pero luego debatía mentalmente en que eso sonaba muy cliché y demasiado tonto.

Y así llevaba los últimos 3 minutos pensando, hasta que topo con un poste de luz y sus pensamientos se vieron opacados por las risas de Raúl.

-Tio, pero en que venías
pensando -decía Raúl entre carcajadas mientras la gente los veía como raros.

-Mierda -soltó después de estabilizarse un poco-. Pero no te rías hijo de puta -decía Rubén sonriendo y frotándose la frente.

-Lo siento, pero es que no puedo
tío -seguía Raúl riendo-. ¿Estás bien? ¿Quieres que regresemos? -dijo cuando al fin pudo tranquilizarse.

-No, está bien, sigámos -respondió el mas alto aún sonriendo y ahora tratando de concentrarse en el camino y en lo que decía su acompañante.

(...)

Llegaron a un parque y como si alguien lo hubiese estado escuchando había un puesto de helados, pensándolo bien era obvio que habría uno, bueno, es un parque.

Rubén invito y Raúl no se opuso a la idea de comer.

Se sentaron en la orilla de una jardinera ya que las bancas estaban ocupadas y se mantuvieron ahí en un silencio cómodo para ambos.

Aunque no duró mucho pues Rubén se encargó de romperlo.

-Oye Raúl -llamó la atención del mencionado, a la par que sentía sus mejillas un poco calientes.

-¿Que paso tío? -volteo a ver el mayor con cara de duda.

-No nada -se arrepintió de inmediato y mejor continúo comiendo su helado.

Pero la vida es un riesgo y el prefirió arriesgarse antes de darlo todo por perdido.

-Oye Raúl -volvió a llamarlo mientras lo miraba decidido.

-Mande tío -volteo a verlo el otro mientras lamía su helado y manchaba su bigote.

Era demasiado tierno y no sabía que decir, así que en vez de decir algo decidió actuar a lo estúpido y besarlo, besarlo tiernamente mientras lo tomaba de la nuca y tiraba la nieve por un lado. Cerró los ojos y se dejó llevar, sus labios eran suaves y deliciosos, le encantaban. Raúl le correspondió y eso hizo que sus ganas de separarse fueran nulas, pero pronto el aire se agotó y con eso el beso llegó a su fin.

Sentía que el corazón se le saldría en cualquier momento. Abrió los ojos, un lindo sonrojo adornaba la cara del contrario.

-¿Y-y eso p-por qué?

-Es q-que tenías nieve e-en los labios y yo... -ahí se quedó, ya no supo nada más que decir y decidió mejor callarse, su excusa había sido muy boba y no quería meter la pata todavía más.

Raúl se le quedó mirando y decidió estampar la poca nieve que le quedaba en Rubén para luego besarlo; el de blanco le siguió el beso colocando sus manos en los costados del mayor y este último colocando las suyas en las mejillas del contrario...

No hicieron falta las palabras, con solo ese beso el quería pensar que también le gustaba a Raúl y podían intentar algo.










Holaa, este libro por así llamarlo, va a ser de pequeños momentos o situaciones de esta pareja del tamaño que me llegue la inspiración.

Este es como una explicación de cómo se volvieron pareja y así...?)

En fin, espero les guste.

momentos rubiusplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora