The Monoban twins [Primera Temporada]

Capítulo 9.

Hola, antes de empezar esté capítulo, quiero decir que será largo; así que pónganse comod@s y disfruten del buen drama y espectáculo.

Ah, una cosa más, al final de este capítulo pondré un video del cual me inspiré para esté capítulo, el video no es mío, lo encontré en YouTube; sí alguien conoce al creador del video, diganme para darle los créditos, si uno de los lectores es el creador del video, díganme y les daré los créditos.
Gracias, disfruten.

♥Bye♥

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Y así pasaron tres días desde ese día...realmente me sentía mejor y muy feliz, JungKook y TaeHyung se encargaban de que mi estancia en el hospital no fuera tan aburrida. Justo el día de ayer, TaeHyung fue perseguido por todo el hospital, por el guardia de seguridad; gracias a que introdujo una rata tamaño familiar en el hospital, muchos doctores y enfermeras se asustaron, fue tan gracioso verlo correr por su vida.

JungKook y yo ya nos llevamos mejor, en estos días él es el único que me trae comida a escondidas de Lalice y de las enfermeras.

También he estado un poco triste y deprimida, ya que no ha venido Yoongi a visitarme; ni siquiera un mensaje, ni una llamada, ni siquiera se a presentado a clases.
Le pedí a Lalice y a TaeHyung que lo buscarán, y que le dijeran que quiero verlo...pero no han encontrado rastros de él.

—Ya vino por quien llorabas.—La voz de JungKook me sacó de mis pensamientos.

—¿Así? Pues no veo por ningún lado a G-Dragon.—Él rió sarcástico.

—Muy graciosa.—Sonreí.

—Un poco, así es.—Él negó con la cabeza mientras reía.

—Te traje comida.—Levantó la bolsa que traía en su mano.

—Eres mi persona favorita.—Él sonrió y me dio la comida.—Por cierto, ¿No has visto a Yoongi? —Él soltó un suspiro.

—No, Lisa deberías de dejar de tratar que venga; está más que claro que no quiere verte.—Sus palabras fueron duras. Frunci los labios.

—¿Porqué no quiere verme, eh? —Él negó con la cabeza y la agachó. Algo esconde.—Tú sabes algo de él, ¿Cierto? —Dejé la comida en la mesita de alado de mi cama, me puse de rodillas enfrete de él.—¿Porqué no me lo habías dicho? —Él negó, sin mirarme.

—Apenas lo vi hoy...me dijo que vendría a hablar contigo hoy.—Sonreí, ¡él vendría a verme! —Estaba muy serio...y su cabello... —Frunci el ceño.

—¿Su cabello qué? —Pregunté impaciente.

—Cambió de color.—Abrí la boca sorprendida. Realmente no me lo imagino con el cabello de otro color que no sea negro.

—¿De qué color es? —Pregunté emocionada.

—Es color azul menta.—Mi mente empezó a rodar para imaginármelo con ese tono de cabello.