Capítulo 16

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Capítulo 16: En la Mansión Takagi se respiraba un clima de bastante agitación, ya que en la zona de carpas, Takashi y Rei trataban de hacer entrar en razón a los refugiados de tomar las armas y defenderse, algo que resultó prácticamente imposible, ya que estaban liderados por un mujer que no toleraba el uso de la violencia y seduciendo a toda esa gente, el chico y su novia debieron retirarse de allí, ante la hipocresía.

- Ellos ya están condenados. Háganme caso. Les dijo Aiden, quien estaba mirando todo desde la columna de donde estaba apoyado.

- ¿Cómo lo sabes? Preguntó el castaño.

- Solo sé que para ellos, su historia no terminará nada bien. Dijo el Justiciero, mientras que se retiraba del lugar.

Al ver cómo se alejaba el Justiciero, Takashi por un lado temía por la seguridad de los refugiados, pero por la otra vía, esperaba que pudieran cambiar, sino todo estaría perdido.

Uno al pensar que tal vez la desgracia no lo estaría persiguiendo nunca más, bueno, creo que es mejor recapacitar de lo dicho y pensar que tal vez, ésta se encuentra a la vuelta de la esquina, por así decir.

¿Por qué?

Shido Koichi estaba dirigiéndose hacia la mansión, informado por uno de sus estudiantes, quien se había escabullido, logró pasar la ubicación de la misma y así poder llegar en calidad de "pobres víctimas" de los zombies, cosa que él mismo ya tenía planeado, todo un buen papel dramático para así seguir lavando las mentes de la gente inocentes.

- ¿Será cierto lo que dijo Aiden-san? Preguntó Hirano.

- Ya lo veremos, por ahora debemos estar bien alertas a los zombies. Ordenó Saeko, quien había estado entrenando, mientras que Saya recibía instrucciones de sus padres en el caso de un posible ataque de los muertos vivientes contra la mansión.

Y justo en ese momento, Shido bajó del bus y caminó hacia la puerta de entrada, como todo un "héroe", por así decirse, se llevaba todas las medallas y banderas, pero no del heroísmo, sino de la cobardía, la traición y la corrupción: Él era igual a su padre, corrupto, vengativo y lleno de odio, no le importaba si los demás corrían peligro, lo importante era él y nadie más. ¿Quién lo detendría? Su familia era poderosa, el Parlamento lo tenían bajo su control, nadie podía decir algo en contra, sino, ya tendría los papeles de renuncia a su banca y listo, otro ocuparía ese escaño.

Pero lo que Shido tenía planeado, podía venirse todo abajo, un pequeño resbalón terminaría con todo su plan.

¿Qué iba a pasar a continuación?. Eso lo verán en el capítulo que viene.

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