1.1-Las familiares

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Me ha tocado despedirme de familiares por casos migratorios y no es para nada facíl.

Se fue mi hermano mayor, yo tenía solo dieciseís años, a seís días de cumplir mis diecisiete y a un mes de graduarme de bachillerato/preparatoria.

Como soy la menor de tres hermanos y la única niña, sí, toda mi vida he sido consentida, soy fan de cumplir años y saber que mi hermano mayor no iba a estar, fue duro o caer en cuenta también que no estaría el día de mi graduación, y no escucharia el discurso que había preparado.

Segun yo y mi amplia esperanza, ese sería el único cumpleaños en que la iba a pasar lejos de él, y me reconfortaba. Sí, fui ingenua. Y sin intentar darme cuenta van tres cumpleaños lejos de él, en los que no celebramos juntos ni cumpleaños, ni fechas festivas, pero no todo era tan gris, al final del día, tenía a su otra mitad, mi otro hermano y era reconfortante.

Dos años y medio pasan y ahora es el turno de Alejandro de irse y reencontrarse con mi hermano Felipe y fue otro golpe bajo. Para este entonces, ya, yo tenía dos años mas de madurez y por la personalidad peculiar de Alejandro supimos disfrazar la triste con humor, y fue así, como con un abrazo y un beso en la mejilla me dijo: -Esto va a pasar rapido, nos veremos pronto. Y una parte más de mi corazón se fue entre sus maletas.

A pesar de que una inmensa parte de mi corazón se fue yendo con ellos, me mantenía firme, por la única razón de que mamá estaba conmigo y cuando mamá esta junto a nosotros, todo está bien, así el mundo se caiga a nuestro alrededor. Y de pronto, pasamos de ser una familia de cuatro, a una de tres y un día solo eramos mamá y yo.

Mama y yo siempre hemos sido unidas, pero luego de ser solo nosotras dos aquí, nos convertimos en inseparables. Incluso habia noches en las que dormiamos juntas porque se me hacia imposible conciliar el sueño por miedo o porque siemplemente queriamos dormir juntas.

Llega el día en el que a mamá le ofrecen un trabajo donde estan mis hermanos y habia que tomar una decisión. Su respuesta habia sido un rotundo no, porque o nos ibamos ambas o no se iba ninguna y a mi me dio por empezar en una academia gastronomica y solo iban los primeros meses de curso.

Lo medité, y decidí por ella para que se fuese, lo hablé y con un pesar le dije que yo iba a estar bien, que los mesen pasarian rapidos.

Mamá empieza a estructurar su viaje y por alguna razón esperaba que me despertara un día y fuese mentira que en serio en pocos dias iba a despedirme tambien de ella.

Recuerdo haberla acompañado a comprar su boleto y mi dolor y tristeza y aceptación de que en serio era cierto, lo disfrace con ira y lagrimas por supuesto. Con boleto en mano, nos damos cuenta que nos quedan escazos veinte días juntas.

Va pasando dia tras día y los nervios porque se acerca el día estan a flor de piel, mamá cada día me daba una recomendación de como se tienen que hacer las cosas en casa, cada cuanto sacar la basura, como refrigerar las comidas y las porciones que debía hacerme, donde iba cada cosa, así yo lo supiese, porque llevaba toda mi vida observandola hacer todo aquello.

Mamá se va diecisiete días antes de mi decimo noveno cumpleaños y saben? Ese día, el resto de mi corazón se fue completito en su maleta y agreguemos que para alguien que adora cumplir años y que mamá no este, lo que menos quería era que llegase ese día.

Estar sin mamá es lo más duro que me ha tocado pasar en la vida.

Sí, las despedidas apestan.

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