6. DOLOR

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Taehyung continuó avanzando hasta llegar a la puerta de la sala de la que salía el hermoso sonido. Se apoyó en el resquicio de la puerta y se quedó observando a la persona que tocaba el piano.

Allí estaba Yoongi, tocando una de sus piezas favoritas, la balada nº 1 de Chopin en G menor, siempre le causaba nostalgia porque recordaba sus días en el conservatorio cuando era un adolescente. Estaba con los ojos cerrados, dejándose llevar por la melodía que el mismo ocasionaba al presionar las teclas con una delicadeza indescriptible, parecía que sus dedos flotaban. Tenía la espalda tan recta que parecía más alto de lo que era en realidad, aunque a veces se curvaba hacia delante o hacia detrás dándole énfasis a la melodía. La interpretaba, la sentía con todos los poros de su cuerpo y la sonrisa que asomaba por la comisura de sus labios lo confirmaba.

Taehyung estaba sorprendido por la actuación del chico, le veía concentrado sin parar de mover las manos con una fluidez que envidiaba. Pero lo que más le asombraba era la pasión con la que tocaba, como sus delicadas manos que parecían de porcelana presionaban las teclas con suavidad y como el chico disfrutaba. Pasaron varios minutos y Taehyung seguí allí estático, mirando al chico del piano, pensando en que jamás habría creído que ese chico de ropa oscura que parecía un vándalo pudiera estar interpretando una melodía de esa forma.

Namjoon estaba al lado de su amigo disfrutando de la interpretación de Yoongi y mirando a Taehyung con curiosidad. Los ojos de su amigo seguían brillando, pero ya no por las lágrimas, sino por la emoción que le causaba ver y oír a Yoongi. Cuando Taehyung cerró los ojos y echó ligeramente la cabeza hacia atrás con una cara de completa paz, Namjoon sonrió plenamente. No sabía cómo, pero al parecer Yoongi había transportado a su amigo a un estado en el que sus problemas parecían haberle dejado de importar durante unos minutos.

Namjoon no conocía mucho a Yoongi, pero pensó que no le haría mucha ilusión ver que dos personas habían estado espiándole cuales voyeur. Así que cuando se dio cuenta de que la canción estaba por terminar, decidió que lo mejor era tocar el hombro del peli azul para irse de ahí silenciosamente. El problema es que Taehyung estaba tan metido dentro de la melodía que se había olvidado de que su amigo estaba ahí, así que cuando Namjoon le tocó el hombro se asustó tanto que se dio un codazo contra la pared que resonó por toda la sala.

Taehyung se agarró el codo con la mano del dolor que le había causado el golpe mirando a Namjoon y preguntándole con la mirada porqué le había interrumpido.

El tremendo estruendo había hecho que Yoongi saliese de su burbuja y se asustase, dejando de tocar prácticamente al instante. Vio a dos personas en la puerta, reconoció a Namjoon y se preguntó que estaría haciendo allí con el peli azul que había visto el primer día de clase. Solo se le ocurrió que habrían ido allí a burlarse de él o peor aún, que se habían enterado de que iba allí a tocar todos los días y querían pruebas para delatarle a algún profesor. Ambas ideas le aterraban, así que recogió algunas partituras las metió en su mochila y se dirigió a la puerta con intención de irse de allí lo más rápido que pudiese.

Ambos amigos vieron como Yoongi recogía todo y corría como alma que lleva al diablo en su dirección. El menor de todos miraba a Yoongi lamentándose por haber interrumpido algo tan mágico como lo que había vivido unos instantes antes. Namjoon cuando vio que Yoongi se iba y el temor que reflejaba su cara decidió llamarle para hablar con él.

-Oye.... Mmm.... ¿Yoongi?- Dijo Namjoon con cara culpable

-Yo... lo siento, no volveré a hacerlo- Balbuceó Yoongi cuando pasó al lado de ellos. Pensó que tal vez disculpándose, no le delatarían o al menos evitaría que los insultos y las tomaduras de pelo no fuesen muy fuertes. Y continuó su camino.

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