3. PRIMER DÍA

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Yoongi y Hoseok seguían a Namjoon muy de cerca, tanto que este se percató de que llevaban rato detrás de él. Así que se paró de golpe y se giró, quedando enfrente de ellos.

- ¿Qué queréis?- Preguntó Namjoon bajando un poco la mirada hacia los chicos.

Yoongi se paró en seco y desvió la mirada, no había rastro de los hoyuelos del mayor, su cara no reflejaba nada de amabilidad; y eso a Yoongi le causaba verdadero pánico, no quería empezar con mal pie el primer día, pero no sabía que contestar.

-Pues... la verdad es que somos alumnos de primero y no sabemos dónde estan las aulas, así que básicamente te estamos siguiendo- dijo de pronto Hoseok, con una gran sonrisa en su rostro.

Yoongi no sabía dónde meterse. ¿Cómo se le ocurría decirle que le estaban siguiendo? Tenía miedo de lo que su hyung pudiera hacerles o decirles, de todas formas no le conocían.

-En vez de seguir a la gente, lo más normal es preguntar-dijo Namjoon resoplando - aunque no tenéis pinta de ser muy normales- añadió mientras miraba de arriba a abajo a ambos muchachos, le había llamado la atención el gorro marrón y la vestimenta tan colorida de Hoseok que contrastaba con el look oscuro de Yoongi.- ¿Cuál es vuestra clase? Me da tiempo a llevaros.

-¿En serio Hyung? ¡Muchas gracias! Mi nombre es Jung Hoseok, pero puedes llamarme Hobi, todo el mundo me llama así. – Se quedó mirando a Yoongi y como no hacía mención por presentarse, lo hizo por el- Él es Yoongi, vamos los dos a la clase 7.

- Yo soy Kim Namjoon, venid por aquí.

Namjoon les llevó a su clase dando un pequeño rodeo explicándoles donde estaba la cafetería, el aula del piano, la sala de los profesores... Namjoon se fijó en como ambos chicos estaban emocionados por todo lo que veían, pero no se le escapó la forma en la que Yoongi miró al piano cuando pasaron junto a la sala que lo contenía. Sus ojos brillaban, sus pupilas se habían quedado estáticas en el piano de cola y lo más sorprendente de todo, tenía una sonrisa que bien podría opacar a la estrella más brillante del cielo.

Namjoon no podía imaginar que ese chico con el pelo ondulado, que le tapaba prácticamente los ojos y que llevaba unas converse junto con unos pantalones rotos en las rodillas y una sudadera, todo ello negro, al igual que su pelo, fuera un amante el piano. Cuando observaba a Hoseok, no entendía que podía ser lo que le encantase a él, se le veía emocionado con absolutamente todo.

-Chicos, esta es vuestra clase, espero que recordéis el camino- Dijo Namjoon nada más llegar a la puerta del aula de los chicos

-Claro que si Hyung, no se preocupe, ¡Muchas gracias!- dijo alegremente Hoseok.

-Si necesitáis alguna cosa, mi aula es la 14. Podéis venir cuando queráis.-Dijo Namjoon mientras se despedía con la mano y una sonrisa. Pero se paró de repente sorprendido.

-Gracias por todo Namjoon Hyung- Dijo Yoongi mientras hacia una reverencia.

No sabía qué, pero en ese momento terminó de comprender que había algo peculiar con Yoongi, algo que le inquietaba y le daba curiosidad. Namjoon volvió a despedirse y se fue.

Yoongi entró a clase, buscó un sitio al lado de una ventana y se sentó allí. Las vistas eran estupendas, gente divirtiéndose en el césped, cantando, bailando, pintando... sin duda había elegido el mejor sitio de todos. Se quedó ensimismado viendo como una chica tocaba el violín debajo de un árbol, y aunque no podía oírla, estaba seguro que era una melodía preciosa.

Hoseok se había sentado justo en el asiento de delante de Yoongi. Estaba muy contento de haber conocido a un chico el primer día de clase que parecía que no le juzgaba por su forma de ser. Hoseok sabía que su personalidad a veces podía llegar a ser cargante y que la gente le calificaba de vivir siempre en el país feliz, de la casa de gominola, de la calle de la piruleta; pero él era feliz siendo tan positivo y haciendo que el resto de la gente estuviese feliz a su lado, aunque muchos solo estuviesen con él por interés.

Hoseok continuó pensando en que Yoongi no parecía ser como el resto de gente que había conocido, no se había burlado de él y aunque prácticamente no le había contestado a ninguna de las preguntas que le había hecho se sentía a gusto a su lado sin saber exactamente porqué.

Un profesor entró y dando un golpe con un libro en la mesa sacó a ambos muchachos de sus pensamientos

-Soy el maestro Lee, espero que disfrutéis de lo que hoy comienza, el camino más bonito y duro de vuestras vidas. La música es arte, es tristeza y alegría, es dolor... en conclusión, son emociones. Hay que saber transmitir, hacer sentir cosas a la gente que nos escuche; por eso hay que tener una técnica perfecta y hay que saber conectar con los sentimientos de nuestros oyentes. Eso es lo más importante y lo que siempre os vamos a exigir.

¿Conectar con los sentimientos de las personas? ¿Desde cuando Yoongi sabía hacer eso? El pelinegro tragó saliva dándose cuenta de que estudiar música iba a ser peor de lo que imaginaba.

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Taehyung y Jungkook iban caminando por los pasillos de su facultad hasta que encontraron su aula, la 9. Entraron y se sentaron en los dos primeros sitios libres que encontraron, Jungkook justo delante de Tae. Jungkook se giró con una sonrisa en los labios y miró emocionado a su amigo.

-Tae, ¡Por fin estamos aquí!, estoy taaaan emocionado- dijo mientras le brillaban los ojos. Taehyung únicamente le sonrió, estaba nervioso. - ¿Crees que nos dejarán hacer fotos?

-No lo sé Kookie, espero que dejen pronto que nos especializemos en lo que realmente nos gusta- Jungkook siempre había sido un amante de la fotografía, mientras que él se decantaba un poco más por la pintura, aunque también le gustaba fotografiar paisajes y a sus amigos a escondidas.

-Ahora cuando nos pongan trabajos podremos ir los dos juntos a algún parque o a algún sitio bonito y mientras yo hago fotos, tu pintas!- Jungkook lucia tan emocionado que el peli azul solamente pudo darle la razón

- No sería mal plan...- Dijo Taehyung sin estar convencido del todo. No le gustaba que la gente viera sus pinturas, sabía que únicamente les sacarían defectos, y para eso ya estaba él.

Jungkook iba a contestar cuando de repente se oyó un portazo y ambos se sobresaltaron. La puerta había sido cerrada por una mujer de unos 40 años vestida un traje de falda y unos altos tacones rojos.

-Buenos días mis queridos alumnos, soy Alice, vuestra profesora de pintura y tutora. A partir de ahora pasaremos mucho, pero que mucho tiempo juntos – añadió mientras se sentaba encima de su mesa y cruzaba las piernas-, que sepáis que no toleraré ninguna falta injustificada, ningún retraso y mucho menos excusas en lo referente al trabajo. Si queréis aprobar esta carrera, no es suficiente con tener talento, hace falta vivir por el arte, - mostró en una sonrisa ladeada sus blancos dientes que contrastaban con sus labios pintados de un rojo demasiado llamativo - y este se consigue con sacrificio, sangre, sudor y lágrimas. Es lo mínimo que espero de vosotros.

Un escalofrío recorrió la espalda de Taehyung pensando en que la universidad iba a ser mucho más complicada y dura de lo que él se pensaba. Lo único que no paraba de repetirse en su cabeza era que estaba más jodido de lo que se había pensado en un principio.


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No sé que os está pareciendo la historia. Se que está yendo algo lenta, pero espero poder estar situándoos bien en como es cada uno y lo que les espera.

 Acepto comentarios ^^

Gracias por leerme


*Si jugamos bien, nada sale mal, solo tienes que arriesgar*

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