20. Valor

71 9 35
                                    


Tae se encontraba tumbado encima de la cama mirando al techo pensando en todo lo que le había dicho Jungkook.

Era cierto, le había gustado besarse con Yoongi, también quería volver a repetirlo. Llevaba tres días sin verle y sin hablar con él y sentía que le faltaba algo. Pensaba en si era gay o si solamente le gustaba Yoongi, y la verdad es que nunca se había sentido atraído por un hombre hasta conocerle a él, así que no sabía exactamente como calificarse y eso le ponía nervioso. Quería saber qué era, quién era.

Jungkook le había dicho que para él era el mismo de siempre, pero... ¿seguía siendo el mismo? Últimamente había experimentado tantas cosas nuevas, que no sabía si era el mismo de antes de empezar la universidad, independizarse y fijarse en un chico.

Le había dicho también que nadie le daría la espalda, y estaba claro que Kookie y Nam le apoyaban, pero... ¿y el resto? No dejaba de pensar en la discusión que había tenido con Jimin, ¿él le apoyaría? Ya le había dejado claro que Yoongi no era de su agrado, así que tenía miedo de que Jimin se enfadase y dejase de ser su amigo, o le juzgase o le creyese un monstruo. Pero tenía que hablar tarde o temprano y prefería que fuese pronto.

Con todos esos pensamientos, suspiró y cerró los ojos. Una melodía comenzó a colarse en su mente, era la canción que Yoongi estaba tocando cuando le conoció. A esa melodía le acompañaba la imagen del pelinegro tocando el piano. Recordaba la primera vez que le había visto y también el día que le ayudó con el trabajo en la sala, se veía tan jodidamente sexy y delicado a la vez. No entendía como Yoongi podía tener esa dualidad tocando el piano. Tal vez era eso lo que le había empezado a volver loco de Yoongi, su dualidad, el cómo podía ser cariñoso y amable cuando se lo proponía y a la vez sexy.

Se pasó una mano por el cuello siguiendo el mismo recorrido que había seguido Yoongi con su boca aquella noche. Llegó a su clavícula, recordaba exactamente como le había besado, chupado y mordido en el mismo lugar que estaba tocando en ese momento. Soltó un pequeño gemido y continuó bajando su mano hasta llegar a su erección, la rozó por encima del pantalón que le hizo recordar como su polla rozaba con la de Yoongi.

No recordaba cuando había sido la última vez que se había sentido tan excitado y el recordar la forma en la que Yoongi había estado encima de él, solo hacía que su erección se hiciese más notable.

Comenzó a acariciar su miembro con la mano, subiendo y bajando lentamente, haciéndolo dolorosamente agradable. Recordaba lo suave que había sentido el culo de Yoongi mientras se acariciaba el glande y notaba que sus dedos se humedecían cada vez más. ¿Cómo sería tocar la polla de Yoongi? Solo de imaginárselo su miembro se ponía mas duro.

No dejaba de pensar en cómo se sentiría que Yoongi le tocase como él lo estaba haciendo, y comenzó a subir y a bajar por su gran miembro cada vez más rápido imaginando que no era su mano, si no la de Yoongi. Los gemidos cada vez más seguidos y más profundos resonaban en las paredes.

Un cosquilleo comenzó a nacer en el abdomen de Tae, siguió masturbándose con movimientos descoordinados y algo bruscos hasta que varios espasmos sacudieron su cuerpo y alcanzó el orgasmo.

-Yoongi...- dijo jadeando, recuperando poco a poco el aire.

Se quedó tumbado en la cama varios instantes pensando en que era exactamente lo que había pasado. "Sí Tae, te has empalmado pensando en Yoongi. Sí, te has masturbado pensando en él. Y sí, te has corrido pensando que era él quien te tocaba. Cojonudo".

Al salir de la ducha cogió el móvil, tal vez debería hablar con Jimin antes de enfrentarse a Yoongi, le parecía más sencillo, pero se encontró con un mensaje.

Mi inspiración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora