Sus ojos ardían debido al cansancio.
Las ojeras debajo de sus ojos eran demasiado visibles para cualquiera, pero Min Yoongi sabía que todo el esfuerzo valía la pena, pues estaba en su último año de especialización de oftalmología y los exámenes y trabajos eran hasta más no poder.Sostuvo sus gafas después de haber dormido tan solo cinco horas en toda la noche.
Los gritos de su madre desde el piso de abajo no se hicieron esperar segundos después de que su alarma sonara.
Frunció el ceño cuando vió empañado y dedujo que el frío de la noche las había hecho ponerse de esta manera.
-Voy - gritó cuando volvió a escuchar los gritos de su madre.
Dió pasos fuera de su cama observándose en el espejo mediano que sostenía la vieja pared de su habitación. Dus pectorales medio formados y sus músculos un poco agraciados le estaban aclarando que el hecho de estar jalando las camillas del hospital en sus horas sociales estaban haciendo efecto, puso una camisa para cubrir su torso desnudo, saliendo de su habitación escaleras abajo.
Pudo observar como el hombre que decía ser su padre estaba tirado en el suelo de la sala a los pies del sofá profundamente dormido con una botella de alcohol en su mano.
Yoongi sintió asco, pero ya estaba acostumbrado así que solo pasó de largo hacia el baño.
Diez minutos después se dirigió nuevamente a su habitación observando como su viejo ropero estaba empezando agrietarse, sacó su ropa para cambiarse. Le fue inevitable no fijarse como su bata blanca estaba perdiendo la grosura de su tela y se estaba formando en una desgastada.
Lastimosamente no tenía el dinero suficiente para poder mandar hacer otra y agradecía grandemente que su hermano mayor antes de irse a estudiar al extranjero le dejara un poco de dinero pudiendo así mandar hacer su bata junto a su uniforme de enfermero y sus libros.
Se peinó, para luego arreglar las cosas necesarias de su día.
Aún podía recordar la llamada de Seokjin diciendo que su hermano había contestado, seguido de una disculpa para decirle que si podía presentarse al día siguiente.
Estaba más que felíz de poder tener ese trabajo. Necesitaba el dinero y su madre ya llevaba medio mes exigiéndole que aportara algo a la casa. Después de que la florería donde trabajaba anteriormente fue remodelada también hicieron recorte de personal siendo el una de las personas desafortunadas en ser despedidas.
Suspiró en resignación cuando su madre ni siquiera volvió a verlo al salir de la casa.
Las palabras del día cuando se suponía que tenia pago y no llevó dinero a la casa aún podían resonar en su cabeza.
"Si no traes dinero a la casa, no me hables"
No podía culparla, el ya era mayor de edad, todo el cargo recaía sobre ella ya que su padre gastaba todo el dinero que ganaba en alcohol y él pues... estudiaba.
Se apresuró para llegar a la casa de los Jeon lo más rápido que pudiera, no quería ser impuntual dado que no tenía dinero para el transporte. Le tocaría caminar.
Agradecía que no estuviera tan lejos, solo al menos unas diez cuadras, pero él trataba de ver el lado positivo a las cosas y lo tomaba como un ejercicio para su cuerpo.
Hizo reverencia al honbre que cuidaba el enorme portón frente a él. El doctor ya le había informado que los Jeon eran una familia muy rica, pero difuncional, pues los padres casi nunca estaban en casa y ellos eran el total ejemplo de que el dinero no lo era todo.
"Todo tiene un precio".
Finalmente las puertas se abrieron automáticamente permitiéndole ingresar al gran terreno. Para Yoongi era sumamente admirable ver todo aquel jardín lleno de hermosas rosas de colores, los árboles muy bien recortados en figuras sumamente adorables, una gran fuente de agua hacía un lindo contraste frente a la gran mansión de color amarillo pastel.
El pálido lo veía como un cuento de hadas, algo sumamente hermoso. Siendo testigo de lo sus ojos brillosos admiraban bajo sus limpias gafas. Llegando a la entrada sonrió aún no creyendo que había pisado un lugar así, pues en su mente nunca contempló siquiera la posibilidad de que algo así pasara por su vida, pero ahora estaba ahí, parado frente a esa preciosa paisaje.
Una mucama con un traje verde con blanco salió a su encuentro invitándolo a pasar.
-Bienvenido Joven Min, el señor Jeon está en el comedor y me ha dicho que lo invite a pasar.
Yoongi asintió siguiendo a la mujer. Sus ojos aún no paraban de inspeccionar el hermoso lugar siendo aún más bello por fuera. Podía jurar que ni su vida duplicada pot diez valía alguna de las tantas reliquias de las que adornaban cada pasillo de la enormeesa casa.
Cuando ingresaron a la cocina agradeció que su frente ya no sudara tanto por haber caminado mucho al ver aquel joven sentado comiendo frente a una gran mesa.
Seokjin le dirigió una sonrisa al pálido viendolo de pies a cabeza y sus ojos brillaron al verlo sumamente aseado. El sabía que Jungkook era un poco minucioso en tal aspecto. No es como si fuese un obsesivo si no un tanto preferencioso y aunque ahora por obvias razones no iba a poder segurarse, pero amaba complacerle.
-Buenos días, Joven Jeon. Tenga un buen provecho. - dijo Yoongi haciendo una reverencia.
-Buenos días. No seas tan educado conmigo. Sé que apenas me acabas de conocer, pero aquí estamos en confianza-sonrió- Ven, siéntate y desayunemos, haz venido un poco temprano y Jungkook aún no despierta, ¿No tiene nada de malo que comas conmigo o asi?
Yoongi tenía mucha hambre puesto que lo único que comió ayer en su cena fueron unas galletas que su amiga Nancy le había obsequiado en el hospital. Sin embargo no quería ser maleducado, pero la sonrisa del rubio le inspiró confianza, así que se sentó esperando a que le sirvieran.
Minutos después terminaron de comer, ambos se levantaron de la mesa para subir luego a la habitación de Jungkook.
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Love Blindly • [Yoonkook]
Fanfiction¿Podrías adorar a alguien sin siquiera mirarlo? Jungkook pierde la vista tras un trágico accidente de tránsito, por lo cual siente que su vida está acabada debido a que ésta toma una giro drástico, hasta que conoce a un chico al cual lastimosament...