Love Blindly • [Yoonkook]

5

¿Acaso crees que no puedo hacer las cosas por mí mismo? - Soltó un molesto Jungkook dándose la vuelta en su cama para darle la espalda a su hermano.

-No es eso Jungkookie, sólo hago lo que el doctor me recomendó y él sólo quiere lo mejor para tí.

-A la mierda con el doctor.

-Jeon Jungkook cuida tus palabras si no quieres que me moleste contigo. Soy tu hermano mayor y me debes respeto. - responde Jin de manera cansada, estando ya harto de los berrinches de su hermano menor.

Sin embargo no obtuvo respuesta del otro más que sólo un suspiro.

Yoongi sólo escuchaba todo el problema detrás de la puerta, pensando que quizá no había sido tan buena idea.

Segundos después apareció Jin por la puerta asomando la cabeza.

-Min Yoongi, entra, por favor.

El pálido hizo lo que le ordenaron, notando como aquella habitación dentro de la entallada puerta caoba estaba muy poco vacía donde apenas estaba una pequeña mesa con una lámpara y una silla, un piano con una capa de polvo y al fondo una cama matrimonial con un chico recostado mostrando su espalda.

Yoongi había atendido muchos pacientes mediante hacía las horas sociales y prácticas en el hospital, pero podría jurar que nunca había visto una curvas tan lindas resaltar en unos pantaloncillos de mezclilla y esa camiseta neta de algodón, fué subiendo al ver ese cabello negro brilloso de aquel chico refunfuñando a su hermano.

-Hay un chico aquí a mi lado. Tú ya sabes que el será tu enfermero personal, y no quiero que lo veas como alguien que ayuda a un discapacitado o a un anciano, sino más bien un amigo, el Joven Min Yoongi solo tiene veinticinco años y el estará al tanto de tus medicinas y cualquier cosa que necesites. No quiero que seas grosero con él ya que no tiene ni una pequeña culpa de nada, ¿Estamos de acuerdo?

-No prometo nada. - se escuchó un susurro de parte del menor.

Seokjin trató de sonreír para darle un apoyo al pálido aunque no podía dejar de pensar que Jungkook le fuese a decir algo incómodo, porque de ser así mejor le diría que se fuera y le daría algo de dinero por el esfuerzo. Él simplemente no podía ver como las personas con dinero se aprovecharan de las necesitadas, así que eso sería lo mejor.

Pasaron dos horas donde Yoongi sólo pasó sentado en la silla al lado de la cama del pelinegro, hojeando un libro sobre medicina.

Jungkook por otro lado estaba tratando se ignorar el hecho de que alguien más estaba invadiendo su espacio y odiaba el hecho de tener que pasar por ésto. Pero no podía molestarse con Seokjin por que sabía que su hermano sólo hacía lo mejor para él.
Sólo  tenía dieciocho años, ¿Alguien podría juzgarlo por hacer sus berrinches como todo un inmaduro?

Quizá el hecho de siempre tener todo le justificaba el hecho el hecho de su comportamiento. Como un niño mimado pidiendo un dulce para después pedir una dulcería entera.

Pero ahora el hecho de estar ciego sólo le ayudaba a poder reafirmar el verso de "Hay cosas que ni con todo el dinero del mundo se pueden comprar".

Salió de sus pensamientos cuando después de casi tres horas el ruido de un libro cayendo llegó a sus oídos.

-¿Aún sigues aquí? - fue lo único que pudo formular.

-Y... yo, sí. Risculpe si lo molesto, joven Jeon. Puede seguir durmiendo si  desea, aunque dentro de media hora le tocan sus gotas para los ojos. - respondió el pálido.

Jungkook hizo aún seguía sin darse la vuelta, pero aún así podía deducir que su enfermero personal tenía un muy gruesa, pero muy agradable voz. Eso talvez se podría decir que le inspiró algo de confianza y dentro de su ser se dejó llevar por los sueños.

-Joven Jeon, Joven Jeon. - los susurros de aquella voz agradable llegaron a su oídos sacándolo de aquel sueño profundo.

-Dime - respondió con su garganta seca.

-Disculpe que lo despierte, pero es hora de sus gotas para los ojos.

-Entiendo, solo... - Jungkook tenía una enorme sed, pero sentía tanta pena de pedir un vaso con agua. No quería dar razones para que empezaran a creer que el en realidad sí era un inútil, y agradecía que su brazo ya no doliera como antes, pero aún así se arriesgó cuando la voz agradable llegó a sus oídos.

-¿Disculpe?

-¿Podrías traerme un poco de agua por favor?

-Oh, claro, espéreme aquí, por favor.

Yoongi salió de manera apresurada bajando las escaleras hacia la cocina, encontró los vasos y se dispuso a llenar uno de ellos para subir escalera arriba.

Cuando entró a la habitación casi se tropieza con la alfombra al ver al joven Joen sentado de frente en la cama, con los ojos cerrados - probablemente evitando el resplandor que se colaba por la ventana.

Tragó duro cuando sus pies se detuvieron observando cada detalle de aquel joven. Dus cabellos estaba alborotados con unos mechones cubriendo su frente, sus pómulos brillando y sin duda en su nariz no podía evitar apreciar aquel lunar que se asomaba con suma delicadeza para bajar aquellos labios finos, resecos pero adornados por una capa de color rosa y un lunar abajo de ellos.

El brillo de la ventana haciendo contraste con su piel sólo le daba una hermosa imagen de creer que estaba viendo un ángel.

Su ángel...

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