Love Blindly • [Yoonkook]

7

Yoongi aclaró su garganta al momento que Jungkook apareció fuera del baño ya vestido. Aguantó una risa fingida al notar como la camiseta del castaño estaba al revés, pero lo dejó pasar, después de todo no quería que Jungkook dejara de sentirse orgulloso de poder ponerse la ropa por si sólo, por que si lo hacía talvez todo lo que había avanzado se iría por la borda en ese mismo momento. Con el carácter el menor no se andaba con juegos.

Depositó la galletas para decirle que se sentara ya que la hora de sus gotas nuevamente había llegado y dentro de poco se iría a su casa.

El menor obedeció y minutos después ya se estaba despidiendo de Yuqi para salir nuevamente de la hermosa mansión pensando que para ser su primer día no había sido tan malo. Solamente había visto casi desnudo a su paciente, pero nada más.

Lanzó una risita al aire al momento que movió sus pies en dirección a su casa.

Otra caminata larga sería, pero ésta vez se prometió que el día siguiente sería mejor que el de hoy.

El teléfono sonó por sexta vez en la mesa de la noche siendo ignorado de nuevo por el menor.

-Disculpe que me entrometa, ¿Pero no piensa contestar?

-No.

-¿Es algún acosador? Por que sí es asi puedo mandarlo a la lista negra por usted.

-Parece un acosador, pero es mi novio.

-Entiendo.

Hubo un silencio sepulcral en la habitación donde hasta se podía contemplar el sonido de los pajarillos asomando por la ventana.

Yooongi estaba por quitar para limpiar sus lentes cuando Jungkook rompió el silencio.

-Usted... ¿Tiene novia o novio?

-Pues no. No me queda mucho tiempo para eso. Hay una chica en el hospital... -sonrió- es de recepción y a veces me dice que cuando terminemos la carrera nos vayamos a África y luego Alaska a ver si morimos con el cambio de clima - lanzó divertido.

Para su sorpresa por primera vez en dos días había visto la sonrisa de Jungkook, mostrando sus peculiares dientecitos y unos pequeños hoyuelos formándose cerca de ésta.

Los Ángeles también sonríen fue lo que el pálido pensó.

-Pues deberías intentarlo. Al menos tú podrías apreciar que tan hermosos son estos lugares -  el pelinegro borró la sonrisa de su rostro.

-No se menosprecie. Entre usted y yo no hay una gran diferencia ¿sabe? Yo sin mis lentes no podría ver casi nada.

-¿Llevas lentes?