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Ocurrió una tragedia. Algo tan horrible que era digno de pesadilla.

Seguía mi rutina de siempre, estaba vez disimulaba más mi mirada solo por la razón de que todo el grupo estaba en la mesa. América se burlaba de Demián por ser... Demián, Gastón hablaba con Emily sobre alguna nueva canción y Riley nos miraba de a ratos y volvía la vista a su teléfono sin importarle mucho sino se unía a alguna conversación. Todo iba bien, con la mayoría en sus cosas yo podía aprovechar aquellos momentos para mirarla una vez más.

Solo que esta vez ella no tenía su sonrisa de siempre, no hablaba con sus amigos y estaba evitando mirar al chico que estaba sentado al final de la mesa que parecía eufórico mientras hablaba de lo que sea que estuviera hablando. Nunca odié a Jace por ser el receptor del amor de Allyson pero sí que lo odié por no darse cuenta de ello aunque tenía  mi teoría de que igual si lo supiera no habría diferencia puesto que de seguro no le correspondería. Y en ese momento también lo odié porque cuando dejé de mirarlo para devolver mi vista a la chica más hermosa que había visto jamás una lágrima se le había escapado o al menos parecía nada más una, ella la limpió disimuladamente y revolvió su comida sin ánimo.

Aquello era ciertamente injusto porque yo lloraba un lágrimita apenas y ya no podría parar hasta acabar con el 90% de agua en mi cuerpo, aparte de que cuando lloraba era un desastre horrible de ver y ella incluso se veía más hermosa llorando. Surreal, simplemente surreal.

Y fue cuando Jace soltó una carcajada, y ella apartó nuevamente la mirada deseando huir de aquel lugar, que pasó la tragedia.

Sus ojos conectaron directamente con los míos e hizo ese gesto de parpadeo y yo me había paralizado tanto que no pude ni quitar la mirada y es que ¿Como culparme? Era la primera vez que veía esos ojos directamente y era ciertamente una de las mejores -y peores- cosas que me habían pasado en días, semanas, meses, quizá años. Y se volvió peor porque ella no quitó su mirada, no me miró como si fuera un bicho raro sino que apoyó su cabeza en su mano y me miró con lo que creí era curiosidad, lo más probable es que se estuviera preguntando qué diablos hacía yo mirándola o porque no había quitado la vista todavía y eso me aterró de sobremanera porque si ella era inteligente y me miraba por más tiempo lo vería todo, lo sabría todo. Y es que Emily ya me había dicho muchas veces antes que mis ojos eran muy expresivos, que por más que tratara de ocultar algún sentimiento o fuera muy buena mintiendo cualquier persona perceptiva podría verme a los ojos y me leería.

Mi mente estaba en estado de alerta y las pequeñas personistas en mi cabeza corrían de un lado a otro y me gritaban que dejara de mirarla. ¡Nadie puede saber nuestro secreto, mucho menos ella! Me gritaban ¡Quita la mirada, por amor a Jisoo!

Nada. Mi cuerpo no quería reaccionar pero al final logré mantener el secreto a salvo gracias a la única otra persona que lo sabía aparte de mí.

—Abro debate, cierto o falso que Demián es más tóxico que la relación de Tessa y Hardin.— preguntó Emily y me dio un codazo para que le prestara atención y tuve que contenerme infiernos para no besarla ahí mismo por salvarme de una vergüenza segura.

—¡No te pases!— salió Riley olvidando por completo su teléfono, Demián asintió hacía ella para luego sacarle la lengua a Emily —Demián bebé es tóxico pero tiene sus límites— ahora fue el turno de mi amiga de sacarle la lengua

—Demián es más tóxico que las toxinas que emanan las flatulencias de Gastón— dijo esa vez América —¿Mejor?—

Todos asintieron incluyéndome porque necesitaba algo con lo que distraerme para evitar mirar hacía Allyson.

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