Capítulo 13: Dudas

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La cita de Vale y Max resultó tan bien que al día siguiente se encontraban tan enamorados como la primera vez. Los sorprendí besuqueandose en el corredor.

—Échenles agua—interrumpí su romanticismo—. Les fue bien ayer ¿verdad?

—Mejor que nunca—respondió Max sin despegar la vista de Valentina.

—Aw, que tiernos—dijo Olivia acercándose a nosotros con Tony y Justin—Valentimax por siempre.

—Yo digo que suena mejor Malentina—objetó Antonio.

—¡Valentimax!

—¡Malentina!

—Los Hibert—dijo Justin a Valentina y ambos se alejaron de la discusión y carcajearon ante tal acto. Dejándonos confundidos, sobre todo a mi.

—Es algo que solemos hacer cuando una pareja discute—explicó Vale.

—Ah, que... interesante—fingí no sentirme excluida, mas no era la primera vez que ellos compartían algo que no podía comprender, odio admitirlo, pero estaba celosa.

—Sorry, Roxana—se disculpó el rubio.

—Me llamo Rose Anne, no Roxana—hablé entre dientes.

—Hola, chicos—saludó Ricky pasando por el corredor. Evitando mirar a Olivia. Desde el cumpleaños de Vale no cruzaban palabras por cierto incidente que sigo dudando que hubiera sido una equivocación.

Al terminar las clases, fui a acompañar a Alejandro al funeral de sus padres diciendo que iría a casa de Olivia a hacer unos trabajos.

Entré a la funeraria, habían muy pocas personas velando los ataudes, ya que llegar de una ciudad a otra repentinamente no es para nada fácil. Me acerqué a Alex, quien estaba conversando con Max.

—Y bueno, aquí estamos para lo que sea—lo abrazó y dio unas cuantas palmadas en su espalda—. Te dejo con Star—se alejó.

—Ay, Alex—lo abracé fuertemente—. ¿Cómo estás?

—Siento que todo se revuelve aquí—apuntó a su estómago—y aquí también—señaló a su pecho.

—No sé muy bien lo que puedo decir, sólo que comprendo tu situación, este tipo de pérdidas son horribles, pero hay que saber sobre llevarlas. Sé que será algo difícil y por eso es que te brindo mi apoyo en esto—comenté.

—Gracias—colocó sus manos en mis mejillas.

Por unos días nos olvidamos de las preguntas y las investigaciones, por más sospechas que tuviéramos Sofía y yo sobre el convento no teníamos pruebas suficientes para levantar una denuncia. Es por ello que decidió quedarse con Alex en lugar de ir a la ciudad en donde vivía su abuela, además de que la mujer ya no estaba en pleno uso de sus facultades, por no decir y los padres de Alex habían dejado de herencia una cuantiosa cantidad de dinero que permitiría sustentar tanto a él como a su prima por algún tiempo.

Con la herencia pudo conseguir un modesto lugar para vivir, al cual yo iba a visitarlo cuando encontraba una buena excusa para que me dejaran salir. Cada vez que iba trataba de hacer que recobrara sus memorias, mientras que Sofía sólo pensaba en todo lo que había perdido.

¿Odiarte? ¡Imposible! [#2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora