Muñeca del Destino [COMPLETA]

CAPITULO 2

Al llegar a casa, anhelo ver a Nicolás. Quiero contarle sobre mi día. Estoy agotada. No hice mucho en el trabajo, ya que estuve familiarizándome con el sistema, con los procedimientos y mis colegas. Sin embargo, físicamente estoy como si me hubiera pasado un camión cargado de cemento por arriba. Debe ser por los nervios que pasé. El primer día implica una gran carga tanto emocional como mental. Sexual también ¿no Emma? ¡Qué difícil que es apagar la voz impulsiva e interna que todos llevamos adentro! Los ojos oscuros del bombón idiota vuelven a apoderarse de mis pensamientos.

-Princesa de mi alma, al fin llegaste – Nicolás me besa dejando su guitarra apoyada contra la pared.

-¡Hola amor! Qué lindo que estés aquí en casa, tuve un día de locos – comento abrazándolo.

-Mmm... si tuviste un día estresante, conozco una forma ideal para quitarte la tensión – susurra en mi oído dejando una estela de besos a lo largo de mi cuello.

Mi cuerpo responde automáticamente con un leve empujón en su pecho para alejarlo. Lo miro extrañada.

-¿Cuándo llegará el día en el que te preocupes por saber por qué digo lo que digo? ¿No se te ocurre preguntarme cómo me fue o por qué estoy tan cansada? – le grito irritada.

-No exageres, te lo iba a preguntar luego.

-¿Luego? ¿Luego de qué? – Me cruzo de brazos enojada - Lo único que te interesa es el sexo.

-No, no es lo único que me interesa. Tú problema es que no sabes disfrutar el momento. Siempre tienes un "pero" para cada cosa que quiero hacer – pasa al lado mío y me mira con hastío. Enciende un cigarrillo. - ¿Hace cuánto que no hacemos el amor?

Su pregunta me agarra de sorpresa. ¿Hace cuánto? Pues no lo sé. Uno no tiene por qué llevar la cuenta de esas cosas ¿o sí? Me lo quedo mirando un poco apenada. Realmente no puedo recordar la última vez que estuvimos juntos sexualmente.

-No lo recuerdas ¿verdad? – pregunta resoplando. Le da una larga pitada a su cigarrillo esperando una respuesta que no llega -¿Quieres que te lo diga yo?

-Basta Nicolás. Eso no tiene nada que ver con lo que te estoy reclamando.

-¡Sí tiene que ver Emma! – Grita exasperado – Soy HOMBRE, un HOMBRE, y los HOMBRES quieren y necesitan SEXO – con su mano libre me toma del mentón con fuerza.

-¡Suéltame! Me estás lastimando – percibo lágrimas formándose en mis ojos.

¡No voy a llorar! Quizás Nicolás tiene razón, el sexo no debería ser un tema de discusión. ¿En qué momento nos sucedió esto? Entiendo que es un hombre, pero a veces me gustaría sentirme más acompañada. Me gustaría que me abrace, me prepare un café y que me pregunte cómo me fue en el día. Me gustaría sentirme mimada.

Desde que me fui de la casa de mi madre para estudiar en la universidad, ya nadie me prepara las comidas, nadie me ayuda a limpiar el departamento ni a pagar las cuentas. Siempre fui bastante independiente. He tenido trabajos de medio tiempo para mantenerme, obviamente no me alcanzaba para pagar el alquiler y demás gastos de vida, pero era suficiente como para sólo aceptar un poco de dinero de mi madre. Ahora con este nuevo trabajo, ya no necesito que me envíe dinero mensualmente. 

De todas formas, el ganarse la vida como cualquier adulto no significa que no tenga necesidades. A veces necesito atención, una demostración de cariño, saber que hay alguien que se interesa por mi vida.

Al principio de nuestra relación Nicolás era atento, me cuidaba. Cuando salíamos me buscaba por la puerta de casa, me escribía para ver si había llegado bien luego de alguna clase de la universidad, todos los días me recordaba lo hermosa que era para él. Cuando me juntaba a cenar con mis amigas, en vez de dejarme ir y volver en taxi, él se ocupaba de acompañarme y luego volvía para buscarme. Eso implicaba hacerlo caminando, otras veces en autobús, pero a él no le importaba, sólo quería asegurarse de que yo llegara bien. Y ahora, luego de cinco años de relación, ni siquiera me pregunta cómo me fue en el primer día de trabajo. Se supone que cuando uno empieza a trabajar en un lugar serio, es un momento importante, algo para festejar y hablar al respecto...