CAPITULO 1

1.8K 181 191
                                    

Primer día en mi nuevo trabajo: miedo, incertidumbre, ansiedad. Me acabé de graduar de la carrera de Administración de Empresas, es el momento de trabajar para adquirir experiencia y formarme en la práctica. Mi amiga Samantha me ayudó a conseguirlo. Ella trabaja en Zret Company hace seis meses, y me comentó de la vacante en el área administrativa. Supe ver una oportunidad y la aproveché, le pasé mi curriculum, a la semana me llamaron, me entrevistaron y aquí estoy, por empezar a trabajar en una de las compañías más renombradas del mercado. ¡He tenido suerte! Sin experiencia y dar mis primeros pasos en esta empresa... es un sueño.

A pesar de que estoy súper nerviosa, tener a una amiga en la empresa me alivia un poco. ¡Por lo menos no voy a almorzar sola en mi primer día! Sam trabaja en el área de Cuentas a Pagar, no vamos a estar trabajando juntas, pero su sola presencia me hace sentir acompañada.

Empezar algo nunca es fácil, tenemos que salir de nuestra zona de confort para explorar cosas nuevas, salir de la rutina que nos cobija y protege de la realidad. Y todas esas experiencias nuevas nos hacen crecer, madurar, nos van dejando una huella, nos forma y transforma. Lo nuevo nos da miedo, porque no sabemos qué esperar, qué puede pasar. Tengo miedo. Tengo miedo de no saber hacer las cosas que me pidan, de no gustarles a mis colegas, de ser menos que los demás. Tengo tantos miedos e inseguridades, ¡hasta tengo miedo que se note!

Me miro en el espejo de mi dormitorio por última vez para comprobar que mi ropa y mi pelo estén perfectos. Estoy vestida semi-formal, es decir, ni formal ni informal. No sé cómo se visten las personas para ir a la oficina, pero Samantha me dijo que con un pantalón y una camisa estaré bien. Por lo que opté por unos pantalones negros ajustados y una camisa celeste de seda para contrastar. Amo el azul y cualquier tonalidad refinada de este color, creo que queda bien en mi piel, y me siento elegante y seria para ir a trabajar. Lo que cuenta es la primera impresión ¿no?

De mi pelo mucho no puedo decir, es difícil de controlar, lejos de ser lacio y lejos de ser rizado. Es un híbrido que me lleva mucho tiempo mantener prolijo, primero secador de cabello, luego planchita, y por último una coleta alta y tirante para tenerlo bien controlado. Si pudiera cambiar algo de mi cuerpo, definitivamente cambiaria mi pelo. Lo que daría por salir de la ducha, peinarme y ¡listo! No tener que invertir horas en arreglarlo. Si de bañarme fuera a pasear, a los quince minutos parecería un león. Mi cabello tiene la capacidad de adquirir un volumen descomunal y sin forma. Pero bueno... es lo que tengo.

-Eres preciosa – Nicolás me abraza por atrás mientras me miro en el espejo.

Es mi novio hace cinco años. Aún no convivimos, pero se queda varios días en la semana en mi departamento. Me encanta cuando está recién levantado con su cabello castaño claro revuelto y su cara totalmente relajada.

-¿Piensas que estoy bien vestida para mi primer día? ¿No estoy muy informal? Quizás una falda quede mejor ¿no? – insegura contemplo su reflejo en el espejo buscando una respuesta que me conforme.

Besa fuerte mi mejilla para reafirmar lo que dijo antes, que estoy preciosa. Me giro enfrentándolo. Nicolás me sonríe seductoramente. ¡Oh no Emma, sabes lo que significa esa sonrisa! Sus manos se posan en mi trasero empujándome hacia delante para hacerme sentir su erección matutina. Sus ojos color miel brillan con lujuria. Se acerca para besarme los labios y lo detengo colocando mi dedo índice sobre su boca.

-Esta noche festejamos, ahora arruinarás mi maquillaje. Quiero estar perfecta en mi primer día. – Evado sus claras intenciones deshaciéndome de su agarre.

-¿Para qué quieres estar tan perfecta? Es trabajo nada más... ¿o será que quieres que los chicos que trabajan ahí te miren? – sus celos saltan a la vista.

Muñeca del Destino [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora