Uno

2.9K 177 36
                                    

DongHae

La música aturdia demasiado, las luces ya hacían doler mis ojos, aún así no quería cerrarlos.

Cerrar los ojos en un beso, significaría mostrarle algo que no era realmente.
Me abracé a la pequeña cintura y acerqué aquel cuerpo caliente, para lograr sentir lo que deseaba en ese momento, hacerla sentir deseada... ya que eso era lo único que podía ofrecerle.

Pero no podía, el alcohol que llevaba en mi sangre, hacia fallar mis sentidos.

De pronto ella se separó, sacándome un quejido. Fruncí el ceño, pero lo relajé al verla hacer una mueca. Inmediatamente solté mi agarre.

-¿Qué sucede?.- pregunté.

- Quiero volver a mi casa.- respondió.

Asistí, le tomé la mano y aunque opuso resistencia, no la solté. Conocia como se ponía cuando bebia, y no la dejaría perderse en un lugar lleno de personas ebrias.
Pasamos por las personas que aún quedaban en ese antro, hasta que llegamos a la salida, donde el ruido era menor, donde la luz del sol ya comenzaba alumbrar la ciudad.

En la misma calle ya había una fila larga se taxis, esperando lleva a los ebrios que saldrían en un rato, ya que pronto cerraria el lugar.
Me dirigí hasta el primer taxi, y abrí la puerta para que ella pudiera entrar.

-Ire sola, DongHae- dijo sería.

-Sabes que no permitiré eso.- solté.- es peligroso.

-No me importa.- su voz aumentó de volumen.- No quiero que vayas conmigo.

-Liz.- suspiré.- Sube por favor, no actues como una niña.

Me miró unos segundos, para después rendirse y subir al taxi al que yo también me subí.
El viaje fue demasiado largo, pues su casa estaba lejos del lugar, y aunque me quedé sin dinero, no importaba, no podía dejarla volver sola.
Al llegar, ella se bajó inmediatamente, y tan rápido que casi no la alcanzó antes de que cruzará la puerta, casi.
Tomé su mano.

-Liz...

Ella se zafó de mi agarre, y me miró enojada, sus ojos estaban cristalinos.

-Dejame DongHae, vete.- escupió.- ¿No es eso lo que querías?

-No.

-¡No hiciste el esfuerzo de quererme!.- limpió una las lágrimas que cayó por su mejilla.- Nunca debí pedirte una oportunidad.

Me quedé en silencio ¿Qué podía responderle? No le sacaría en cara mi advertencia de ese momento.

"No tengo sentimientos por ti" y su "Haré que te enamores de mi"

- Me cansé de amar por los dos.- con brusquedad limpió las demás lágrimas que salieron.

-Perdón.- me limite a decir.

-Entenderia si lo hubieses intentado, pero ni siquiera eso.

- Lo intenté.- mis palabras salieron rápido, pero solo logré enfurecerla aún más.

-¡Mentira!.- gritó.-Nunca tomaste la iniciativa, y está noche estuviste conmigo porque es mi cumpleaños.

- Lo hice porque te quiero, siempre te acompaño a donde quieras, por esa razón.

-Pero no me amas, y a todos esos lugares que fuiste, siempre con mala gana.

-Perdón.- dije por segunda vez.

-Fue la primera vez que presenté una pareja a mis amigos, y te la pasaste callado, sin intentar socializar.- comenzó a llorar mucho más.- Y el único beso que le diste fue tan despreciable...¡Todos saben que no me amas!

Integridad Perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora