DongHae
Otra vez. Una vez más quedaba completamente pobre. Sin un centavo en el bolsillo. Y era mi culpa en su totalidad, yo debí haber cambiado la cerradura de mi casa.
La mujer que me dio a luz y crió, tenía esa manía de meterse en casa, tomar mi dinero e irse a gastarlo con hombres jóvenes que vendían su cuerpo.
Me había salido de su casa sólo para que ella dejara de tomar mi dinero, pero eso sólo lo empeoró, pues antes por lo menos algo me dejaba, pero ahora entraba a casa y se lleva todo.Igualmente el tonto era yo.. ¿Por qué no cambiar de cerradura? En el fondo sabía el porque.. porque me sentía en deuda con ella. Sabía que estaba mal, que sólo se aprovechaba de mi, pero si se lo negaba, ella recordaría todo lo que yo quería olvidar.
Había sido rápida y en apensas media hora que había salido a despejarme en el centro comunitario, el domingo en la tarde, ella me dejó vacío.
Como siempre lo hacía.. en todos los sentidos.
Me pesaba mas el vacio en el pecho, que el vacio material.Hacía un día desde que no comía, mi estómago dolia un poco, y no tenía ni un centavo. Ya no tenía a Liz que me prestara algo.
Aparte de ella, no había nadie más.
A las 7 am, salí de casa, para ir al trabajo, sin desayunar.
Llegué a las 9 y me puse manos a la obra, dirigiriendome hasta la máquina que me correspondía, tomé todos los cajones de madera que pude y comencé.La máquina desde la derecha soltaba limones, mi trabajo era empacar los que estaban en mejores condiciones, esos serían exportados; el resto, los defectuosos se quedaban aqui, para ser vendidos a bajó precio... ese siempre era el destino de todo lo imperfecto.
Nos pagaban por cantidad de empaque que hacíamos, por lo que siempre me apresuraba para empacar la mayor cantidad posible, hasta que se hicieran las 6 de la tarde.
A ese horario las máquinas se detenían, mis brazos quedaban doliendo, por dentro debido al cansancio y por fuera, debido a las espinas que tenían algunas ramas. A los minutos llega el encargado a pagar lo que correspondía a cada uno.
Una vez con el dinero en mano, salí como siempre casi corriendo hacía ese lugar.Ese lugar que estaba muy cerca del trabajo, el que me hizo elegirlo.. teniendo otros trabajos mucho más cerca de casa.
No entré, ni siquiera pisé la vereda, me quedé en la del frente, detrás de un árbol para que no me vieran.Miré mi reloj, conté los segundos para que se hicieran las 18:30 en punto, la puerta se abrió y los niños comenzaron a salir.
No era difícil identificar a Ian, era el más pequeño de su salón, y su cabello era castaño, casi rozando a rojizo. Con su mochila colgada en sus pequeños hombros, salió y se quedó a un costado, hablando con uno de sus compañeritos, hasta que llegaron por el.Su padre y su madre. Los dos lo fueron a buscar. El se lanzó a los brazos de su madre y la abrazó fuerte, le dio un beso en la mejilla; luego lo hizo también con el. Ian era feliz cuando veía a sus padres, cuando los abrazaba, cuando estaban juntos.
Los tres subieron a su automóvil y volvieron a su hogar.
Siempre que lo veía, mi corazón se sentía un poquito vivo, pero al irse, quedaba más frío y más roto que antes.
Amaba a Ian, desde su nacimiento lo hice, y daría mi vida por ser merecedor de estar cerca de el, pero no era así. Yo no era digno de estar a su lado, yo sólo lo mancharia, lo arrastraria conmigo a mi miseria. Siempre fue asi, siempre arrastraba hacía el pozo a las personas que me querían.
Es por eso que a pesar de amar a algunas personas, las mantenía lejos para no hacerles daño. Suficiente lo hice en el pasado.
No me quedé ni un minuto más, giré sobre mis talones y fui a la parada del bus, ya tenía dinero para volver.
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Integridad Perfecta
FanfictionLa integridad es una cualidad de ser honesto con uno mismo y con los demás. Es vivir una vida de acuerdo a los valores que tiene cada uno, y que las acciones dependan de estos. Lee HyukJae de 23 años, buen hijo de sus padres y de Dios, buen hermano...